© Enrique Alcalá Ortiz

Y DE LOS PICOS DE EUROPA A SAN VICENTE DE LA BARQUERA, PASANDO POR EL MONASTERIO DE SANTO TORIBIO DE LIÉBANA HASTA ISLA

Estamos en tierras húmedas,

esto no es Andalucía,

¿quién dijo que hacía sol

y que apenas llovería?

Si alguien lo dijo..., ahora

estará muerto de risa,

porque aquí con tanta agua

algunos están que trinan

porque no es que llueva mucho,

son unas gotas muy finas,

son unas gotas continuas,

son unas gotas muy frías,

un pertinaz sirimiri

como un polvo de harina

que cae constantemente

a todas horas del día.

Para visitar Cantabria

hicimos nueva salida.

Después de Cangas de Onís,

Untera nos recibía.

Las fábricas de corbatas

con gustos nos ofrecían

pastas ricas en sabores

hechas con gran maestría.

Pero no se me equivoquen,

estas corbatas son dulces

para llenar la barriga

y no prendas de vestir

para en el cuello lucirlas.

Con dirección a los Picos

nos pasaron por La Ermida,

desfiladero encantado

de singular maravilla.

Si alguien veía unas cabras,

¡cabras!, con fuerza decía

y al contemplarlas comiendo

soltaban una sonrisa.

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