Por Rosario Aguayo H.
Almendro japonés? o, lo que seas;
que asomas cada día a mi ventana.
Oriental eslabón de lindas alas,
que se adentra del sol en las preseas.
Cúmulo de rubíes encendidos;
mágica suspensión de luces grana;
granates escarlata, rúbea llama,
que de lejos me inflama los sentidos.
Nunca belleza. igual pudo admirarse;
ni ocaso, púrpura jamás vistió
en los dorados halos de sus trajes,
cual la que exhibes tú, en tu aureola.
Ensueño de cristal, fuego salvaje
con que orlan tus flores sus corolas.