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12.004. PRIEGO Y PRIEGUENSES EN LA PRENSA

 




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desde el 1 de mayo 2007
POESÍA DE ENRIQUE ALCALÁ ORTIZ - Prieguenses en Italia

12. ROMA, CABEZA DEL MUNDO

© Enrique Alcalá Ortiz



Aquí reside el gobierno

y el imperio de los papas,

por eso acude la gente

para chupar de la tarta.

Hay millares de políticos

y mucho más de jerarcas

con sus coches elegantes

y sus costosas sotanas.

 

El gran Coliseo Flavio

era visita obligada,

por ser la obra señera

de la cultura pagana.

Vendedores de recuerdos

sus tenderetes levantan

y mancebos de soldados

ceñidos con rojas capas,

con cascos en las cabezas

y en la cintura la espada,

se acercan a los turistas

y con ellos se retratan.

Vespasiano logró hacer

una obra muy celebrada

donde duros gladiadores

unos con otros luchaban

o con las fieras salvajes

a las que muerte les daban.

Otras veces, en sus fiestas

celebraban las naumaquias,

se inundaba el Coliseo

y con barcos se enfrentaban.

O hacían carrera en carros

para ver quien la ganaba.

Por dentro es una belleza

más grande que nuestra plaza,

pero en vez de ser redonda

tiene una forma almendrada.

En los siglos de abandono

disipó su exuberancia,

pero sus restos conmueven

por su figura gallarda.

 

Para descansar un rato,

nos sentamos en las gradas;

otros hacían sus fotos

subidos en las barandas

para observar el conjunto

en toda su panorámica.

 

Continuamos en los foros

al que Romano se llama

siguiendo en los Imperiales

pues ambos se dan la cara.

Palatino, el Capitolio

y el Esquilino los guardan.

En sus restos, la ciudad

del César es conservada.

Palacios, vías, mercados,

columnas igual que palmas,

como aquella de Trajano

que luce tan bellas tallas;

el arco de Constantino

y domus como el de Flavia;

majestuosos templos, pórticos,

y de vestales las casas.

Basílica de Majencio

el  que en Milvio disipó

el reino en una batalla.

 

El día del Coliseo

hubo colisiones varias.

La primera colisión

la tuvimos a la entrada.

Un grupo se coló dentro,

mientras el otro miraba

y paseaba por fuera

con la carita arrugada.

Pasada casi una hora,

y viendo la gamberrada

nos dieron opción a entrar

por unos euros de nada.

Los jubilados son gratis

para no gastar la paga.

Perdimos casi una hora

de ver esta ciudad santa.

Y no me gustan las pérdidas,

yo sólo juego a ganancias.

 

Otra colisión tuvimos

en la gira que nos daban,

mientras el bus dulcemente

por las vías circulaba,

un motorista alocado

en la cola nos besaba.

La colisión no fue grave

y sin sangre en la calzada,

sólo abolladuras chicas

y muy encendidas palabras.

El tráfico de Roma es

como el ovillo de Ariadna.

Muchos se saltan las normas

y así pasa lo que pasa.

 

Uno de los del conjunto,

mientras torcía la cara,

dijo casi a voz en grito

para que se le escuchara

a la vez que se subía

en una columna muy alta:

- Esto tendrá mucha historia

no dudo que aquí se guarda

un extenso patrimonio

de nuestra cultura humana

pero estoy negro por dentro,

marchémonos a una plaza

que yo quiero humedecer

lo seco de mi garganta.

 

Y hacia las plazas marchamos

a la vez que unas chicharras

daban un vivo concierto

subidas en unas ramas.

Unos tordos con el ruido

al ver su siesta turbada

formaron un revoleo

y desplegando sus alas

levantaron fugaz vuelo

para evitar la algazara.

 

Las plazas de esta ciudad

hay despacio que mirarlas,

pasearlas muy tranquilo,

y contemplarlas con calma.

 

En la Plaza Barberini

un tritón sopla la aguas

encima una caracola

con escudo decorada.

 

En la Plaza del Popolo

- que es elíptica y muy amplia-,

el obelisco Flaminio

en el centro se nos alza.

Muy cerca Santa María

que tan bellos frescos guarda.

 

La linda Plaza Navona

con su forma abarrocada

se decora con tres fuentes:

Fuente del Moro, Neptuno,

-igual tenemos en casa-

 y la Fuente de los Ríos

Ganges, Nilo, de la Plata

y el por último el Danubio.

 

Y nuestra Plaza de España

con su forma de clepsidra

es decir, carillón de agua.

Es única y pintoresca

su soberbia escalinata,

su espigado obelisco

y Fuente de la Barcaccia.

Y ya que hablamos de fuentes

la que se lleva la palma

es la Fontana de Trevi,

famosa donde las haya.

Todo el que visitó Roma

arroja aquí sus nostalgias,

en multitud de monedas

que se ahogan con las aguas.

 

Muy cerca suena alboroto.

De las trattorias se escapan

olor de pizzas cocidas,

y sabores de empanadas

con color de vino tinto

cultivado en la Campania.

Una voz varonil mientras,

con viejo violín de nácar

y recia voz de barítono,

va recordando a su mamma,

y cantando por las calles

un aria de La Traviata.

 

En Roma hay muchas iglesias

dignas de ser visitadas

Como el rancio Panteón

donde los dioses estaban,

con frontón de bronce en oro

y cúpula de naranja.

San Juan de Letrán, la antigua,

con su imponente fachada.

La Mayor Santa María

y los mosaicos que guarda.

La de San Pedro in Vincoli

donde metidas en caja

se conservan las cadenas

que al buen San Pedro apresaran,

donde vemos el Moisés

que Miguel Ángel tallara.

San Pablo Fuori le Mura,

y la anticuada Vía Apia;

las profundas catacumbas

bajo el suelo soterradas.

Además tienen palacios

y  museos a paladas.

 

Pero lo más luminoso,

aquello que más resalta,

lo que aun está por encima

incluso de las galaxias

con una belleza única

tanto mayor que la Alhambra

es Ciudad del Vaticano

la residencia del Papa.

La gran Plaza de Bernini

es enorme panorámica

de orgullosa arquitectura

con soberbias columnatas

formadas por cuatro filas

y ciento cuarenta estatuas.

Cerrando todo el conjunto,

la majestuosa fachada

con su gigantesca cúpula

la mayor de las logradas,

con cinco puertas de acceso

siendo una de ellas la Santa.

 

Tan grande es el interior

que cabría una montaña.

Gigantescas son sus naves,

enormes muchas pilastras.

Y bastante arte admirado

por su belleza que espanta

La Piedad de Miguel Ángel,

-es su única obra firmada-;

y la tumba  de San Pedro,

quizás las más venerada;

el famoso baldaquín,

y la más famosa cátedra;

un gran altar de los papas

la  Confesión de Maderno

con noventa y nueve lámparas.

Los museos vaticanos

son cuantiosos. Allí guardan

todo lo más admirable

que los artistas crearan.

Por citar, esa capilla

que Sextina nos la llaman

donde solo Miguel Ángel

sin ninguna otra compaña

creó esos frescos sublimes

más brillantes que las llamas.

 

Descansamos con los cuadros

expuestos en las estancias

que el Papa Julio Segundo

a Rafael encargara.

 

La más pequeña nación

que se encuentra en los mapas,

centro de la cristiandad

y residencia del Papa

deja pasmado a cualquiera

y lo llena de nostalgia.

 

Una foto nos hicimos

con dos de sus lindos guardias

que al ver que éramos de Priego

nos presentaron sus lanzas.

 

Es Roma Ciudad Eterna,

con Roma nada se iguala.

El mundo fundió sus bronces

para construir las campanas

que repican por las tardes

en todas las espadañas.

Roma de los mil caminos

entre colinas guardada.

Roma, Roma, caput mundi,

pero igualmente una llama.

El imperio te dio cuerpos

y el cristianismo las almas.

Por eso tú eres eterna,

por eso nada te iguala

 

Tú, Roma de los sollozos

fundidos en las fontanas.

Arrivederci, te grito,

Arrivederci, sultana,

a pesar que no quisiera

de mis ojos brotan? lágrimas.

Roma de los mil caminos

entre colinas soñada?





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