© Enrique Alcalá Ortiz

Nuestros desayunos fueron

unos menos y otros más;

o de gula se pecó,

o de estilo monacal;

o se derrochó comida,

o un solo bollo de pan

con la mantequilla viuda

para poderlo engrasar.

Pan de muy diversas clases

desde el blanco al integral.

Tostadas, molletes, agua

y como dulce el croissant.

Mermelada de ciruela,

de naranja o afinidad,

de muy dulce miel dorada

llegada el romeral.

Zumos agrios de pomelo,

a veces del natural.

Para endulzar, el azúcar

que se pone a voluntad

en la leche o en el café

de gusto tan singular.

En las comidas y cenas,

¿qué podemos destacar?:

las pastas de varias clases

que luego se citarán,

cubiertas con queso blanco

como miguilla de pan.

Rodajas de lomo fino

como hojuelas de cristal,

junto a sus patatas fritas

como perlas de un collar.

Prometo no comer lomo

en varios años o más.

Perdono a las patatas

pues ellas suelen gustar.

Ensaladas, arroz blanco,

jamón en lonchas sin sal,

la tortilla de verduras

y pollo en cautividad.

El pescado lo probamos

como un hecho excepcional.

Como postres, macedonia

en copitas de cristal,

o tarritos de gelato.

Nunca nos dieron un flan,

o las frutas que los árboles

como frutos suelen dar.

Caso aparte es España

donde el bufé libre dan.

Aquí se toma con gusto,

con entera libertad,

sopas, carnes y pescados

y la fruta a voluntad.

España es muy diferente

eso es una gran verdad.

En el autobús nos dieron

de chuches gran variedad,

caramelos a puñados,

de galletas, mucho más;

los palitos almendrados

o las almendras con sal;

chicles de varios sabores

y cacahuetes un mar.

Así se pasaba el tiempo

y se dormitaba en paz.

Una vez recolectaron

piñones en un pinar;

se agachaban y cogían

con pasmosa habilidad.

Después con piedras le daban,

justo en medio, en la mitad,

y la semilla en la boca

era el acto terminal.

Al bajar del autobús

y pararnos en un bar,

cada individuo pedía

lo que quería tomar.

Una cerveza muy fría,

- birra allá suelen llamar-,

o pedía un capuchino,

café malo de rufián;

otros una jarra de agua

con sabor artificial.

Después, visita al servicio

a arreglarse? a orinar?

a lo que todos hacemos

en el mundo terrenal,

ya que llegado el momento

nadie se puede aguantar.

-¿Y las comidas más buenas??-.

-Esas que en casa nos dan

y que tragamos a gusto

sentados en el sofá.

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