11.48, IGLESIA DE NTRA. SRA. DE LAS MERCEDES: DE LA COFRADÍA AL OBISPADO
Vive el joven complacido,
ágil como las gacelas
mientras oye las vihuelas
que le llegan al oído.
Agradece al dios Cupido
esos dardos que el amor
le dejan tan buen sabor
y muy grata somnolencia.
Reclama a su adolescencia
que derrame su licor.
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