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03.15. ALMEDINILLA EN EL ARCHIVO DE LA REAL CHANCILLERÍA DE GRANADA. (Trabajo de campo)

 




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desde el 1 de mayo 2007
CANCIONERO POPULAR DE PRIEGO DE CÓRDOBA - Las referencias geográficas

04. AMOR PATRIO Y LOCALISMO SUBBÉTICO

Priego en el Cancionero.

© Enrique Alcalá Ortiz



         Necesariamente, los lugares, parajes y calles más importantes del pueblo donde hacemos la recopilación se tenían que reflejar en las coplas de sus gentes. Cualidad ésta común en todo el pueblo andaluz. Enamorado de sus pequeñas cosas, les gusta hablar de ellas y alabarlas. Así pues se hablan de ellas piropeándolas[1].Ya decía Ricardo Molina: "Donde mejor se revela el patriotismo flamenco es en el amor a la "patria chica", a la tierra natal, ciudad, pueblo, o lugar, que nos vio nacer (...) El cante es un arte arraigado y terruñero. Se afianza al suelo con vehemencia botánica. Desasido de su ambiente natural, le ocurre lo que a las plantas, se marchita"[2].

 

Viva Priego que es mi pueblo,

san Nicasio su patrón;

viva al gente de Priego,

porque de Priego soy yo.

 

                   En la misma escala de amor que se le tiene al nombre propio de pila, pero en un nivel inmediato inferior se sitúa el nombre del pueblo, de la ciudad que nos vio nacer. Y si no son éstos, serán aquellos lugares que nos acogieron en los días siempre añorados de la infancia y de la juventud. Hoy ya no se nace en las casas particulares por lo que pronto desaparecerán las lápidas de los hijos ilustres que digan: "En esta casa nació... "Serán cambiadas, sin lugar a dudas, por otras que digan: "En esta casa vivió". Porque ya el nacer, antes un hecho casero, doméstico y de comadres, se ha convertido en un acto más, dentro de una compleja organización sanitaria. Las camas familiares que llenaban sus hojas de servicios con el nacimiento de todos los vástagos de la familia, se han trocado en hospitalarias e impersonalizadas que recogen a la parturienta después del alumbramiento.

                   Con todo esto, el amor al entorno geográfico que nos acoge es general y casi siempre apasionado. A la patria chica se la quiere a pesar de que frecuentemente no nos gustan muchos de los aspectos y condiciones de ambiente y sociedad.

 

Viva Priego, viva Priego;

viva Lucena, Lucena;

vivan unos ojos negros

en una cara morena.

 

Andarás a escoger,

ésta quiero, ésta no quiero,

y luego escogerás

a la más fea de Priego.

 

         Muchas de las transformaciones que sufre la copla en su peregrinaje oral se hacen en beneficio del lugar donde es cantada y no es raro observar un verdadero mapa descriptivo de sus lugares, monumentos y plazuelas más bellos y de un arrebato encantador:

 

Es el Adarve de Priego,

hermosísimo balcón,

que se ve a la Pilarica

sin estar en Aragón.

 

La Virgen de la Salud

la que está en la Fuente Rey,

esa Señora lo sabe

si yo te quiero de ley.

 

Hasta la Cruz de la Aurora

me dijo que te olvidara

porque al casarme contigo

sería muy desgraciada.

 

Ana María, tu novio

me lo encontré en la Carrera;

le dije que si quería

agua de la Fuente Nueva.

 

         Es esta otra nos describen los lugares donde en la localidad se hacían los corros, puesta en boca de una mocita a la que no le debían haber ido muy bien las cosas.

 

Por Dios, que no quiero Villa,

por Dios, ni Huerta Palacio,

por Dios, ni calle San Guío,

por Dios, ni calle San Marcos.

 

         El proceso de adaptación lugareña de la copla al paisaje de su representación y puesta en escena es común en toda la geografía española. Nace como una envidia colectiva, como unos celos de posesión frente a las riquezas comunitarias de otras poblaciones. Vosotros tenéis esto, pero nosotros tenemos aquello; vosotros sois de esta forma, nosotros somos de la otra; eso que vosotros tenéis, pronto lo tendremos nosotros. No se quedaría corto, no, un ensayo sobre este punto.

 

         Salgamos del casco urbano descrito y sentemos plaza de turistas en ese rosario de aldeas que le rodean donde vemos un cuadro de temas y motivos variopintos:

 

Campos no le llaman Campos

que le llaman relicario,

porque de patrona tiene

a la Virgen del Rosario.

 

En El Cañuelo me llaman

y en Campos Nubes dan voces,

yo me voy a Zamoranos

que de allí son mis amores.

 

En la ermita El Castellar

han puesto una sastrería

y a todos trajes le cortan

sin tomarle la medía.

 

A las Sileras yo voy

aunque me den con un leño,

por ver si puedo traerme

un muchacho silereño.

No lo quiero silereño,

ni tampoco de los Ríos,

que lo quiero de Castil

que tiene que ser el mío.

 

Camino del Salobral

llevan a un borrico preso,

porque le han averiguo

que a una burra le ha dao un beso.

 

Camino del Salobral

me encontré un lagarto cojo

que venía de segar

con una raspa en el ojo.

 

Mira si he corrido tierra

que vengo de Almedinilla.

Fuente Tójar, Zamoranos,

Esparragal y Zagrilla[3].

 

Quiéreme que soy muy rico

que tengo cuatro higueras,

una cochina de crías

y una casa en Las Sileras.

 

Te quiero más que al Cañuelo,

más que al Esparragal,

más que a los montes de Luque,

¡no puedo quererte más!

 

Si tú te vas a Luque

a pasar el Carnaval,

yo me voy a Zamoranos

que allí se divierten más.

 

María, pon el puchero

aunque sea con agua fría,

que pelemos el mochuelo

que pilló Antonio María

en la sierra El Cucaero.

 

Aire, que me lleva el aire;

aire, que me va a llevar;

aire, que me lleva el aire,

el aire de El Tarajal.

 

         Agrandemos el círculo con los municipios de los alrededores:

 

A mi suegra la llevé

a la feria Algarinejo

y no la puede vender

que era chico el aparejo.

 

A mi suegra la llevé

a la feria l'Alminilla

y no la pude vender

porque era mu chiquitilla.

 

A mi suegra la llevé

a la feria de Alcaudete

y no la pude vender

porque le faltaba un diente.

 

A mí me ha salido un novio

de las huertas de Alcaudete,

que todo el mundo lo sabe

menos la madre y su gente.

 

Al cura de l'Alminilla

se le ha roto la sotana,

y quiere que se la cosa

y a mí no me da la gana.

 

Tu madre lo quiere rico,

y aquí rico no lo hay,

que te suba en un borrico

y te lleve a Carcabuey.

 

En Zuheros venden leche,

en Doña Mencía, vino,

en Alcaudete, orejones,

y en Baena, tipos finos.*

 

A Sevilla yo voy a irme

a querer a un sevillano,

porque los niños de Cabra

fantasía y todo en vano.

 

Una vez fui a Alcalá,

me salió el sol en los Llanos:

no por mucho madrugar

amanece más temprano.

 

Río de Benamejí,

deja pasar a un serrano

que viene de lejos tierras

y va a Puertollano.

 

Si te llamas Araceli,

yo ya no puedo quererte,

que en las minas de Araceli

tuvo mi padre la muerte.

 

Si te llamas Araceli,

no tengas pena, morena;

porque Araceli se llama

la patrona de Lucena.

 

Estamos en Lucena

como en la gloria,

los niños con diez años

ya tienen novia.

 

A la entrada de Lucena

hay un molino que muele

perejil y yerbabuena.

 

Aguilar y Montilla,

Cabra y Lucena,

estos lugares

son de la reina[4].

 

Si yo tuviera un ochavo

te comprara medio Rute,

y las huertas de la Granja

y los palacios del Duque.

 

Vino y vinagre

también traigo yo,

y aguardiente de Rute

del más superior.[5]

 

         La toponimia comarcal se completa con otros pueblos de nuestra provincia y capital:

 

Montoro ya no es Montoro

que es una gran capital

con las luces que le han puesto

al café del Madroñal.

A Cordobita la llana

la tienen cerca del río,

y yo la tengo cercada

de lágrimas y suspiros.

 

A Cordobita la llana

me tengo que ir a vivir,

que dicen que allí se gana

la gloria antes de morir.

 

Todas las mujeres llevan

el pelo tirao p'atrás.

Lola la Cordobesa

lo lleva p'acá y p'allá,

el pelo y la cabeza.

 

         Se ensalzan en los elogios esa cotidianeidad que la gente del pueblo ve, siente y vive continuamente, los monumentos, parajes y calles que no tienen en otro lugar y que son irrepetibles, los buenos productos de la tierra, el santo patrón, la belleza de sus mujeres, el ambiente agradable para divertirse, etcétera, etcétera.



[1]MANRIQUE, José: Coplas flamencas. Editorial "La mano en el cajón". Barcelona, 1982, página 185.

[2]MOLINA, Ricardo: Obra flamenca, Demófilo, Fernán-Núñez, Córdoba, 1977, página 102.

 [3]GUICHOT Y SIERRA, Alejandro: El FolK-lore, etc, página 493, recoge:                        

- Mira si he corrido tierras

que he estado en el Berrocal,

en el Monte, tras la Sierra,

Zalamea la Real,

y en la provincia de Huelva

me dieron una pedrá.

[4]CABALLERO, Fermín: Nomenclatura geográfica de España. Sociedad Económica Matritense, Madrid, Imprenta de don Eusebio Aguado, 1834, página 240.

[5]Es un pregón tomado de Antonio Machado Álvarez en la obra El Folk-lore andaluz. Sevilla 1882 a 1883. Colección Alatar 1881, página 253, donde resalta el carácter etnográfico y geográfico de los pregones callejeros. Otros de su mismo artículo alusivos a nuestra comarca son: "Peras de Priego", "Arropías cordobesas" y "Tallas de la Rambla".





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