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12.047. PRIEGUENSES EN SUIZA. (Reportaje, 2008)

 




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CANCIONERO POPULAR DE PRIEGO DE CÓRDOBA - Los malos tratos

06. MALQUERENCIA A LA SUEGRA

La suegra, la que aparece más maltratada, siendo objeto de numerosas burlas.

© Enrique Alcalá Ortiz



La copla de los rincoros representó una válvula de escape para la mocita casada quien la más de las veces tenía que compartir techo con los padres de su marido. Era muy frecuente que los recién casados al no disponer todavía de casa propia, (la furia constructiva de pisos aún no había aparecido), se fueran a vivir con los suegros en cuya casa habilitaban un dormitorio para la nueva pareja que tenía que compartir todas la otras dependencias de hogar, razón por la cual los roces de convivencia, por muy buenos que fueran, habrían de aparecer necesariamente.

         Estamos ahora ante coplas de disparate, del despropósito burlesco. Si ya una suegra es una carga, a veces inoportuna, si se quieren tener dos es para esto:

 

To el mundo tiene una suegra,

yo quisiera tener dos,

para engancharla a un carro

y de carretero yo.

 

         Y su variante:

 

Nadie quiere tener suegra,

yo qusiera tener dos:

atarlas a una carreta

y ser el carrero yo.

        

Ya antes de consumarse el matrimonio empiezan las amenazas y el  anuncio de futuras contiendas:

 

Anda diciendo tu madre

que tiene ganas de bronca,

que me va a arrancar el moño

si sigo siendo tu novia.

 

De mi parte, tú le dices

que no se meta en tales cosas,

que si ella me arranca el moño

tiene una nuera pelona.

 

La tonta de tu madre

no sabe que yo

tengo un geniecillo

que vale por dos.

 

Que si ella a mí el moño

me llega a arrancar,

le arranco yo el suyo

y estamos en paz.

 

         Si la nuera tira del moño, esta acción se puede considerar una bagatela comparada con la amenaza del yerno:

 

Debajo de tu ventana

tengo un puñal escondido,

para matar a tu madre

si no te casas conmigo.

 

Dentro pues de este contexto de convivencia matrimonial en la casa de los padres, la moza crea estas coplas como desahogo a los roces continuos de convivencia que tiene con su segunda mamá. Y lo hace con un ánimo de escape, pero además con el deseo de provocar la risa, usa los disparates para con el asombro levantar la carcajada del auditorio. A la suegra se la maltrata ?de boca- metiéndola de cabeza en un bidón, en un agujero, en un retrete, en un pilón, en un tinajón de vino, en una pila, en un puchero y en una olla,  en copletas que suelen empezar con el mismo verso: ?A mi suegra la metí...?

 

 A mi suegra la metí

de cabeza en un bidón

y cuando salió de allí

parecía un boquerón.

     *

A mi suegra la metí

de cabeza en un bujero,

y le echaba cigarrones

como si fuera un mochuelo.

      *

A mi suegra la metí

de cabeza en un retrete;

cuando salió de allí

salió con la permanente.

    *

A mi suegra la metí

de cabeza en un pilón,

y le dije: ?Suegra mía,

se ha vuelto un alcaparrón?.

      *

A mi suegra la metí

en un tinajón de vino,

y le dije: ?Suegra mía,

quién se ahogara contigo?.

      *

A mi suegra la metí

de cabeza en una pila,

y le dije: ?Suegra mía,

se ha vuelto uste una sardina?.

      *

A mi suegra la metí

de cabeza en un puchero,

y los garbanzos que había

asustados se salieron.

      *

A mi suegra la metí

de cabeza en una olla

y salieron los garbanzos

pidiendo misericordia.

 

         Siguen las barbaridades, burradas y desatinos para esa mujer que parió el objeto de sus amores. Se la peina con la mano del almirez, se le pone candela debajo de la silla y pólvora encima para hacerla volar como si fuera un cohete artificial, se desea que voltee por un tajo o incluso se la tacha de murmuradora aun teniendo la boca cerrada.

 

Si mi suegra está peinada,

yo mejor la peinaría,

con la mano el almirez

la raya se la abriría.

   *

Ven acá, querida suegra,

ven acá y la peinaré,

que le voy a abrir la raya

con la mano el almirez.

   *

A mi suegra le pongo

la mejor silla,

con candela debajo

y pólvora encima.

   *

 Es mi suegra la que dice

que ella no se mete en na;

y es mi suegra la que muerde

con la boquita cerrá.

   *

Mi suegra me quiere mucho,

yo la quiero mucho más;

pero será verla un día

por el tajo voltear.

 

A veces, no se queda todo en el hecho de que la nuera le haga barbaridades a la suegra, sino que se entablan enconadas disputas de tú a tú.

 

Una sartén sin rabo

me dio mi suegra, sí,

gory, gory, gory,

tilín, tilín,

me dio mi suegra, sí.

 

Cada vez que reñimos,

la sartén suena, sí,

gory, gory, gory,

tilín, tilín

la sartén suena, sí.

 

Y yo le digo, madre,

y yo le digo, sí,

gory, gory, gory,

tilín, tilín,

y yo le digo, sí.

 

Tenga usted la sartén

que el jopo es mío, sí,

gory, gory, gory,

tilín, tilín,

que el jopo es mío, sí.

 

La más famosa de todas las que hemos encontrado dedicadas al tema de la suegra ha sido ésta, extendida y cantada por numerosos pueblos, no sólo de la Subbética:

 

Desde que vino la moda

de echar las suegras al mar,

la mía como es tan tuna

se está enseñando a nadar.





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