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03.35. INMATRICULACIONES EPISCOPALES. HISTORIA DE UN LEGAL DESPOJO EN PRIEGO Y ALDEAS (1971-2013). Tomo I. Iglesias y ermitas: del pueblo a la diócesis

 




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PRIEGUENSES EN LA HISTORIA - Percy en Adarve. (Sátira y humor)

07. ANTOLOGÍA DE PERCY. (José Madrid Mira-Perceval) (III)

Comprende las poesías: "Por culpa del apellido", "Honestidad", "El amor", "En technicolor", "Clavelomanía, "Notas de humor", "Acertijo", "Nobleza obliga", "Mi última voluntad"

© Enrique Alcalá Ortiz



 

  POR CULPA DEL APELLIDO

 

No me explico la manía

que de repente te ha entrado,

no querer para María

al joven Pepito Aguado

cuando es la lotería

que por las puertas se ha en­trado.

 

Sabes que tiene dinero

y que tiene propiedades,

que estudia para ingeniero,

tiene buenas cualidades

en su clase es el primero

de familias principales.

 

-Sé que es elegante y fino,

que está muy bien educado,

que será un yerno divino

como no lo habré soñado;

pero a mí me gusta el vino

y me horroriza el Aguado[1].

 

 

           HONESTIDAD

 

Un agente comercial,

de estos de papelería,

fuese un día a trabajar

a un pueblo de Andalucía,

algo atrasado en verdad.

 

A un guardia municipal

le preguntó sonriente

si le podría indicar,

si no tenía inconveniente

la Casa Consistorial.

 

El guardia con gesto frío,

le contestó displicente,

no hay de eso aquí, amigo mío,

esto es un pueblo decente

y nunca se ha «consentío»

que se pervierta la gente[2].

 

 

                EL AMOR

 

¿Qué es el amor fraternal?

¿Cuál es el amor de hermanos?

¿Qué se quitan un real

y se vienen a las manos,

y si es preciso matar?

 

¿Qué es amor de las naciones?

¿Qué es amor de vecindad...?

¿El preparar los cañones,

mujeres, niños, matar,

y destrozar poblaciones?

 

¿Qué es amor de caridad?

¿Qué es el verdadero amor?

¿Qué el que tiene, si te da,

es un «perdona por Dios,

que la cosita está mal»?

 

¿Y el amor que es ciego y niño?

¿Y el amor de juventud?

¿No es tan sólo un puro aliño?

No es, ¿«cuanto tienes tú,

pues tanto tiene mi niño?».

 

Yo escuché a persona fina,

para mí un gran señor,

esta frase tan... cochina,

que la antorcha del amor

se enciende en la trascocina.

 

¿Qué les pasa a los mortales?

¿Qué nos ocurre Señor?

¡Qué síntomas más fatales!

Qué no queda más amor

que el de limpiar los metales[3].

 

 

          EN TECHNICOLOR    

 

NEGRO

¡Jesús, qué sofocación!

¡Jesús, qué vida más perra!,

es tan... malito el carbón[4]

que toda me pone negra,

¡todo se vuelve tizón!

 

UNO ROSA

Si es hombre es un zulú.

Si es mujer diría otras cosas.

Al Corazón de Jesús,

No deben robarle rosas.

 

AHORA UNO BLANCO

La leche quiere subir

los lecheros atrevidos.

?No se debe consentir,

?Hombre si el agua ha subido!

?Oh, perdona, entonces sí[5].

 

 

             CLAVELOMANÍA

 

¿Artistas?... hay que llamarlos,

son gente de voluntad

que me adornan los retablos

de Cristos y Soledad,

¿Nazarenos? ¿Columnarios?

 

¿Ortiz Serrano? ¿es Madrid?

¿es Parra? ¿Seminaristas?

¿Alguna dama de aquí?

Que más da; es un artista

aunque no se llame así[6].

 

Ponen miles de claveles,

damascos y terciopelos

de oro, ricos manteles,

gasas de nubes de Cielo

y magníficos joyeles.

 

Los Higueras y Martín

hacen sus combinaciones

y ponen de luces mil,

mucha cera, reflectores

que no paran de lucir.

 

Todo el trabajo de un día

se quita tras la función;

todos claveles querrían,

pero no por devoción,

es? por ¡clavelomanía![7]

 

 

        NOTAS DE HUMOR

 

En los palos de la baraja.

Sepan ustedes que:

Los toreros son espadas.

Los taberneros, copas.

Los cortijeros, bastos.

Y los cines son... oros[8].       

 

           ACERTIJO

 

¿Cuál es el nombre

y pronombre

del hombre

que se apellida capital,

después le siguen las vistas

y termina con un Val?[9]

 

Si no lo sabe ninguno,

que pregunte casa Arturo[10].         

 

 

          NOBLEZA OBLIGA

 

De ADARVE su Director[11]

que es hombre de buen criterio,

además de un gran Señor,

me pide que escriba, en serio,

en la Semana Mayor.

 

Lo prometo, sí Señor.

Los chistes hoy terminados

porque un Hombre, por mí

por redimir mis pecados de amor

murió en cruz: El Redentor.

 

Semana Mayor, ¿lo dudas?

días de recogimiento,

semana como ninguna,

semana del Prendimiento.

Pero..., somos tantos Judas!

 

Es semana de oraciones,

son días de sacrificios

semana de confesiones,

y confesar nuestros vicios,

¡porque somos tan... sayones!

 

Sin chistes hoy, pues que pase,

me parece lo mejor

de conciencia hacer examen;

y ponerme bien con Dios

que buena falta me hace[12].

 

 

       MI ÚLTIMA VOLUNTAD

 

Como yo me he de morir,

como todos los mortales,

quiero por esto escribir

mis últimas voluntades.

 

Cuando esté «cuerpo presente»,

no me hagan velatorio

que se molesta a la gente

y además es un «jolgorio».

 

Que no me líen en la sábana,

aunque esto sea lo corriente,

que a mí no me da la gana:

quiero ir de penitente.

 

Que no me hagan novenario.

Una misa en la Columna.

En casa, en casa el rosario,

no me gusta «la nocturna».

 

Que lo que pueda costar

el hacer el novenario...

unas misas y rezar

en la ermita del Calvario.

 

Una cajita decente,

que no cueste una locura,

y aunque critique la gente

entierro de un solo cura[13].

 

Lo que se puedan gastar

en pompas y funerales

una gran limosna dar

a pobres sin dos reales.

 

A la hora de marchar

en hombros de seis o siete[14]

nada, nada de gritar

 

ni me digáis: ¡Adiós Pepe!...


          Al llegar la conducción
que no lleven los pendones[15]

porque bastantes ?pendón?

he sido yo?, en ocasiones[16].



[1] ?Adarve?, número 19, 8 de febrero de 1953.

[2]  ?Adarve?, número 18, 1 de febrero de 1953.

[3]  ?Adarve?, número 20, 15 de febrero de 1953.

[4] El carbón era el material más usado en las cocinas, hasta que poco a poco fueron introduciéndose los hornillos de petróleo y más tarde el gas butano.

[5] ?Adarve?, número 32, 10 de marzo de 1953.

La leche se vendía por las calles a domicilio por los lecheros que transportaban el blanco producto en cántaros metálicos, bien en las manos o en burros. Para rentabilizar su negocio solían ?bautizar? su mercancía con agua de la Fuente del Rey. El Ayuntamiento tenía establecido un servicio de inspección para evitar, en lo posible, estos abusos.

[6] Son los famosos ?retablistas de la época?. Madrid, es él mismo que se llamaba José Madrid Mira-Perceval.

[7] ?Adarve?, número 33,  17 de mayo de 1953.

[8] Por esta época, al no haber televisión, unas de las diversiones más habituales de la población eran la asistencia al cine, cuyas salas siempre estaban repletas. Eran un buen negocio para Nicolás Lozano que por entonces regentaba los dos cines de invierno de la localidad, el ?Cine Victoria? y el ?Teatro Principal?, situado en la Plaza del Palenque.

[9] Indudablemente el suyo propio: José Madrid Mira-Perceval.

[10] ?Adarve?, número 31, 3 de mayo de 1953. Ese ?Arturo? es Arturo Hernández, propietario de una tienda de tejidos situada en la Plaza.

[11] José Luis Gámiz Valverde que sería director desde el año 1952 hasta 1968, año de su muerte.

[12] ?Adarve?, números 26-27, 29 de marzo de 1953.

[13] Entierro de un cura, dice puesto que eran lo menos que despachaban en aquellos tiempos cuando el sacerdote acompañaba al féretro hasta las mismas puertas del cementerio. Existían entierros de varias categorías: de una capa, de dos capas, de tres capas?, etc. Con las capas iban un cura, todo dependía de los dineros que tenía la familia del fallecido. Por esta razón, para no gastar mucho, solicita ?entierro de un solo cura?. Fue un acierto que el Concilio Vaticano II quitara esta discriminación que se hacía con los pobres, al poner categorías en los entierros variable con el dinero que después había que entregar a los curas participantes.

[14] El féretro iba a hombros de familiares y amigos. Normalmente hombres, puesto que las mujeres no era costumbre que bajaran al cementerio. No habían hecho su aparición los coches fúnebres.

[15] Todavía es costumbre que cuando fallece un miembro de alguna cofradía o hermandad le envíen al sepelio alguno de sus símbolos.

[16] ?Adarve?, número 28, 12 de abril de 1953.





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