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06. NO TE ASOMES A LA VENTANA
Los celos son un instinto como el de conservación o el sexual.
© Enrique Alcalá Ortiz
Los celos son un instinto como el de conservación o el sexual. Todos sabemos que la llegada de un nuevo hijo a la familia trae un manojo de celos al hermano mayor que verá como el cuidado y cariño deberán ser repartidos en esa nueva situación que le perturba y le pone de mal humor. De mayores los celos tocan al asunto amoroso donde toman carta de ciudadanía.
Estos de ahora nos muestran la primera fase del proceso celoso que puede llegar a ser fatal y sangriento en los casos de virulencia más graves. En esta fase de novios, los celos, afortunadamente, se quedan en un rechinar de dientes y en un morderse el labio inferior. Si se hace algo grande, son exageradas hipérboles para mostrar la rabia que se tiene porque la chica o el chico que le gusta sale con un rival.
Las coplas del hombre celoso son las más numerosas, estando en segundo plano las que muestran a la mujer en la misma situación, y esto porque públicamente, quizá, estaba mal visto que la mujer diera rienda suelta a su pasión no correspondida.
1. Celos
1808
Como la perdiz herida
que se va a morir al soto,
lo mismo me pasa a mí
cuando te veo con otro.
1809
Cuando dos quieren a una
y los dos están presentes:
uno se muerde los labios
y el otro recruje los dientes.
1810
Cuando me veas por la calle
sentimiento te he de dar;
cuando me veas con otro
si me quieres de verdad.
1811
De día pensando en ti,
de noche yo me desvelo,
de pensar que está con otro
la mujer que yo más quiero.
1812
La mazurca que aquel sábado
te bailaste con Daniel,
como la toquen mañana
la bailaré encima de él.
1813
La mujer que quiere a dos,
no tiene conocimiento;
ni tiene perdón de Dios,
ni vergüenza ni talento.
1814
Me han dicho que tienes otra
que la quieres más que a mí,
quiérela mucho y aprisa,
me cago en ella y en ti.
1815
No quiero que a misa vayas,
ni que a la puerta te asomes;
ni tomes agua bendita
donde la toman los hombres.
1816
Si la sangre de mis venas
se derrama gota a gota,
no sería tan terrible
como verte a ti con otra.
1817
Si la sangre me sacaran
poco a poco, gota a gota,
no me dolería tanto
como verte a ti con otra.
1818
Tengo yo un escribanito
que me escribe y que me anota
las horas y los minutos
que estás hablando con otras.
1819
Te pusiste tan contenta
con tu nuevo pretendiente,
y te han echado poncima
un jarro de agua caliente.
1820
Tú te has echado otra novia
por hacerme pasar ducas;
ahora te ha dicho que no:
toma café sin azúcar.
Variante de los dos primeros versos:
?ni bebas agua del caño
donde la beben los hombres?.
Ducas, del léxico caló: penas, tribulaciones.
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