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04.09. COFRADÍAS Y HERMANDADES EN LAS PÁGINAS DE ADARVE. (1952-1968)

 




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CANCIONERO POPULAR DE PRIEGO DE CÓRDOBA - Copletas

42. NO CANTO PORQUE ME OIGAN

Lo importante es llenar el aire de alegría.



© Enrique Alcalá Ortiz

 

         Hasta hace muy poco existían en los bares del pueblo letreros como estos: Prohibido el cante. No sé si el letrero conseguiría apagar los jipíos de las voces tronadoras, todas con estilo aflamencado que llenaban el recinto de la taberna y salían resonantes a través de puertas y ventanas buscando los oídos de los pasajeros. A los pocos tragos, un componente del grupo bebedor, sin pensárselo dos veces, se arrancaba por solitario y entonaba una siguiriya, una soleá, un martinete o un fandango. La calidad brillaba por su ausencia. Pero quién pensaba en eso. Ese detalle era impensable. Lo importante era llenar el ambiente de alegría que, junto al vino, embriagara los momentos de preocupación y pusiera el espíritu en la onda del goce.

         En los modernos festivales flamencos que hoy se organizan, junto al rito del cante, los buenos aficionados se acompañan con acompasados tragos de vino de la tierra. Continúan estos dos elementos -vino, cante- ­amalgamados a pesar de que el cante se ha vuelto espectáculo con entrada previa, dejando de ser un estilo de vida. Porque esto es lo que muestra el sencillo cartel tabernero de tasca de barrio, prohibido el cante, un estilo de vida con su filosofía y sus credos.

         El cante acompañado de baile no tenía su recinto en la barra del bar. Llenaba por completo las vivencias de un pueblo que no leía, ni oía la radio, ni veía la televisión y sufría en sus carnes las estrecheces de una vida que si de algo estaba llena era de necesidades y de carencias. Se cantaba en el bar, en los rincoros de la calle, mostricando mazorcas, en la matanza, en los carnavales, en las fiestas populares, en las procesiones, en la iglesia, en las escuelas, haciendo las faenas caseras, en el campo, en el tajo, en todas las partes y por todas las gentes del pueblo. El cante no era composición musical solamente, sino un apagafuegos que hacía agua la nieve de la vida. En esta tesitura, casi llegamos a comprender el significado de estos versos:

 

No canto porque me oigan

ni porque luzca mi voz.

 

1. Con el cante y con el baile

 

2617

Ahora sí que canto claro,

porque me he comido un huevo

que me dio una serrana

al pasar un arroyuelo.

 

2618

Ahora sí que canto yo

con contento y alegría,

de ver que tengo a mi lado

la prenda que yo quería.

 

2619

Anda vete, corre vete,

embustero bailarín,

que en la cara te conozco

que me vienes a mentir.

 

2620

A tu puerta hemos llegado

sin guitarra y sin vihuela:

pa la mierda que tú vales

basta con esta cencerra.

 

2621

Bien sé que estás acostada;

bien sé que durmiendo no;

bien sé que estarás diciendo:

ése que canta es mi amor[1].

 

2622

Calla, si quieres callar,

narices llenas de mocos;

ya que no sabes cantar:

deja que canten los otros[2].

 

2623

Canta tú, cantaré yo;

cantaremos a porfía;

tú le cantas a tu novia,

yo le cantaré a la mía.

 

2624

Compañerita del alma,

a mí nunca me ha gustado

cantarle coplas a nadie

que es oficio rebajado.

 

2625

Con el ay, con el ay, con el ay,

con el ay de la pata la llana,

a mí me gustan las niñas

que bailen las sevillanas.

 

2626

Cuando sales a bailar

a la carrera y al trote,

con la cabeza acachá:

¡qué buen palo en el cogote!

 

2627

Cuando sales a bailar

con el remangue[3] y la toca,

le pareces a mi burra

cuando le pica la mosca.

 

2628

Cuando sales a bailar

con ese garbo y salero

una campana de plata

dejas pintada en el suelo.

 

2629

Cuando una chata va a un baile

y no la quieren sacar,

se le ponen las narices

que le quieren reventar[4].

 

2630

Cuando una tuerta va a un baile

y la sacan a bailar,

se le pone el otro ojo

que se le quiere saltar.

 

2652

Muchachas, cantad, cantad,

muchachas, reíd, reíd:

que viene un vagón de novios

a perrilla el celemín.

 

2653

No canto porque me oigan,

ni porque luzca mi voz,

canto porque no se junte

mi pena con mi dolor.

 

2654

Por muy de recio que cante

mi amante no me ha de oír,

porque la prenda que adoro

está lejillos de aquí.

 

2655

Porque canto y me divierto

me llaman la escandalosa:

a la edad de quince años

no tengo edad de otra cosa.

 

2656

Qué alegría es cuando ves

cantar, reír a las gentes,

pero yo tengo mis ojos

que parecen dos torrentes.

 

2657

Que no voy sola

de noche al baile,

que me ha dicho mi marinero

que la luna sale tarde.

 

2658

Ronca estoy, cantar no puedo,

necesito un limpiavoz,

y ya me lo están haciendo

de los labios de mi amor.

 

2659

Saca tu novia a bailar,

sácala y písale el pie

y si se pone colorada

se lo pisas otra vez[5].



[1] Como variante deformada de los dos primeros versos tenemos:

?Bien sé que tienes la mano

donde el pensamiento yo?.

[2] Véase la número 2768.

[3] Remangue, respingo, levante.

[4] Variante de los dos últimos versos:

se le ponen las narices

como una gata pisó.

[5] En Castil de Campos, Priego de Córdoba, se le pisaba el pie a la moza que se pretendía para que saliera a bailar.





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