El tema de los bandoleros es siempre apasionante y más para los que vivimos en una zona geográfica como la Subbética donde los tuvimos hasta ayer como quien dice y, además contamos con el honor de tener a José María ?el Tempranillo? como uno de nuestros hijos famosos dentro de este tema. Hoy que se hacen congresos por todo, no nos podía faltar uno sobre bandoleros y así a nuestra comarca acuden los especialistas de diferentes países con sus importantes estudios sobre cuatreros y otras gentes echadas al monte por diversas causas y motivos.

            Este gusanillo bandoleril ya se nos metió de lleno en nuestra inquietud desde el mismo momento que iniciamos nuestra faceta como investigador. Fue uno de los primeros temas que tocamos. Con la poca documentación que entonces teníamos y nuestro trabajo de campo que realizamos en Fuente Tójar (Córdoba), -haciendo varias entrevistas y recogiendo documentación-, montamos un pequeño trabajo al que titulamos ?También aquí hubo tempranillos? que incluimos en el primer tomo de ?Historia de Priego de Andalucía? con lo cual parecía que queríamos hacer notar que nuestra comarca no estaba a la zaga en este campo, como efectivamente estábamos en muchos otros. Entonces me centré en los ?caballistas? de cierta fama oriundos de Fuente Tójar, es decir, en los apodados Reverte, Rebeca, Pepino Grande y Pepinillo.

Ahora, con varias décadas de investigación a nuestras espaldas, con nueva metodología, muchos archivos y varios miles de fichas en la base de datos del ordenador, era hora de ampliar aquel pequeño trabajo. Para ello hemos utilizado las noticias aparecidas en las páginas de sucesos en la prensa cordobesa, desde la aparición de ésta a finales de la primera década del siglo XIX hasta la mitad del siglo XX. Es decir, un siglo de noticias de las localidades de Almedinilla, Carcabuey, Fuente Tójar y Priego. Así que no toda la Subbética esta comentada, sino parte de ella. Incompleta, pues, pero bastante significativa para formarnos una idea cabal de cual era el estado latente de un pueblo lleno de necesidades y hambriento, que se echaba al monte, o se quedaba en el pueblo, pero que tenía que coger de donde hubiera puesto que no poseía nada.

Aunque el presente trabajo no lo hemos agrupado por capítulos, la estructura presenta tres partes bastante definidas. Hay un antes y un después de los bandoleros de Fuente Tójar citados.

Primeramente exponemos el estado de la cuestión en la segunda mitad del siglo XIX. Damos notas de las coplas populares, de la gran avalancha que se produjo con motivo de las revoluciones, y muchas noticias de robos, asaltos y raterías transcritas al pie de la letra.

Todo esto, como precedente de los tojeños que son los verdaderos protagonistas de este estudio. Ellos llenan lo que podríamos considerar una segunda parte. Tenemos ocasión de enterarnos de sus raterías, el acoso de la benemérita, hasta conseguir apresarlos, a veces a tiros, y ponerlos a disposición judicial. Nos enteremos de algunos de sus procesos judiciales y de sus condenas. Al Reverte, por ejemplo, le cayeron más de cien años.

En la tercera parte, demostramos, que si bien el bandolero caballista había desaparecido de nuestra comarca, no por ello el índice de robos y otros delitos similares había descendido. Como epílogo destacado de esta especie, destacamos el apodado Aguililla también de Fuente Tójar, ladrón donde los haya, y que al actuar en la tercera década del siglo XX había perdido el calendario de su posible ascensión a la fama. Terminamos con los sucesos más importantes de la época republicana y el exterminio que se hizo con las partidas que aparecieron después de la guerra civil.

Con todo, este trabajo no es definitivo ni completo. Nuestro objetivo ha sido poner de manifiesto, a través de las noticias de prensa, esa otra historia cotidiana y siempre trágica que se suele olvidar con frecuencia cuando se estudia un período histórico.

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