Después de lo comentado por diversos autores y la nueva documentación aparecida sobre esta corrida de 1932, nos atrevemos a resumir estas conclusiones, por ahora definitivas, hasta que aparezcan nuevos datos sobre las incidencias de tan comentado espectáculo:

1ª.- Durante la etapa precedente a la República, es decir, durante la Dictadura de Primo de Rivera, y los ayuntamientos de los valverdistas, nunca hubo lleno absoluto ni en las novilladas, espectáculos más frecuentes ni en las corridas que excepcionalmente se dieron. Las frases de los corresponsales se resumen en ?con un lleno mediano?, ?con regular animación?, ?con bastante animación?, ?buena entrada?, ?lleno en el sol y buena entrada en la sombra?. En una ocasión se dice: ?con un lleno grande? y esta misma novillada, repetida después resultó un fracaso de público.

2ª.- En la gran corrida celebrada en el año 1924 con Ignacio Sánchez Mejías, Nicanor Villalta y Antonio Posada, la plaza ?no estaba llena del todo, aunque acoge una buena entrada?.

3ª.- Es decir, las novilladas nunca se vieron con el cartel ?no hay billetes? y muchos menos las corridas. Nunca en este período la plaza se llenó hasta la bandera.

4ª. Los precios de la corrida citada de 1924 fueron 14 pesetas la general de sombra y 7 pesetas, la general del sol. Mientras que en 1932, subieron a 20 y 10 pesetas respectivamente.

5ª.- Es un hecho probado que sobre un aforo de 6.000 plazas se vendieron 2.100 entradas, lo que representa un 35 % del total, un poco más de la tercera parte. El corresponsal dice: ?la entrada fue floja, lo mismo en la sombra que en el sol?.

            6ª.- Si la asistencia normal a este tipo de corridas, por el precedente de 1924, la podemos fijar en unas 5.000 personas, puesto que nunca hubo lleno, tenemos que convenir que unas 2.900 personas dejaron de asistir a la corrida ese día.

            7ª.- No está documentado que la plaza se abriera al comienzo de la corrida para que entrase todo el que quisiera. Ningún corresponsal recoge este dato que hubiera sido muy significativo. La normal por aquellos tiempos y bastantes décadas más tarde era abrirlas en el último toro.

            Pero, ¿por qué no fueron a los toros nuestros paisanos y no llenaron la plaza aquel día?

Estas fueron las causas, sin poder precisar lógicamente el porcentaje de cada una de ellas:

a) El precio tan caro de las entradas, nunca tan elevado.

            b) El bulo propagado en la comarca por los enemigos del régimen, diciendo que las entradas se habían terminado.

            c) El engaño de los valverdistas diciendo que habían comprado muchas entradas.

            d)  Y que durante el desarrollo de la corrida harían manifestaciones en contra del Presidente y de la República, y formarían alboroto.

            e) El temor de muchos a posibles incidentes debido a los especiales momentos que se vivían con destacados hombres de la dictadura prieguense encarcelados como presuntos implicados en el golpe de Sanjurjo sucedido unas semanas antes. Temor que no tuvieron en la calle donde don Niceto y su séquito fueron aclamados por la multitud.

            f) El claro boicot de las personas desafectas al régimen republicano, monárquicos y simpatizantes de los valverdistas, entre los que se encontraban destacadas familias de la burguesía prieguense, y por lo tanto con medios suficientes para asistir.

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