INICIO
 CURRÍCULO  
 NOTAS BIOGRÁFICAS  
 CRONISTA OFICIAL  
 ARTÍCULOS  
 LIBROS  
 FOTOTECA  
 ADARVE FOTOGRÁFICO  
 ENVÍA TUS FOTOS 
 VÍDEOS 
 NOTICIAS DE PRIEGO 
 ENLÁCENOS 
 LIBRO DE VISITAS 
 BLOG 

 

12.086. EXÁMENES, TESINAS, MEMORIAS Y PROYECTOS DE ESTUDIANTES PRIEGUENSES EN LA UNIVERSIDAD DE GRANADA. (1842-1963)

 




Visitas
desde el 1 de mayo 2007
PRIEGUENSES EN LA HISTORIA - Francisco Alcalá Ortiz: Impresiones de un prieguense en los Estados Unidos

08. MRS. HEWLETT ACUSA

Una muestra de la inquietud femenina.



© Francisco Alcalá Ortiz

 

            Mrs. Hewlett es vicepresidenta de la sección de estudios económicos de United Nations Association. Nacida hace cuarenta y dos años en un pueblo minero del País de Gales, la mayor de seis hijas de un maestro de escuela, Mrs. Hewlett pasó su infancia en una casa sin televisión, nevera, teléfono, y, por supuesto, coche. Su cena consistía habitualmente en patatas cocidas, que, para colmo, tenía que pelar ella misma.

            Con mucho esfuerzo y a base de becas consiguió hacer una carrera en Cambridge, y en 1967 vino a los Estados Unido, gracias a otra beca para ampliar estudios en el extranjero. Aquí se casó con un americano y, después de terminar su doctorado en ciencias económicas en Inglaterra, decidió venirse definitivamente a América. En 1974 obtuvo un puesto de profesora adjunta en Barnard College, universidad exclusiva de mujeres, que, a su vez, es parte de Columbia University, hasta hace poco universidad exclusiva de hombres.

            Al venirse a América, su ilusión no podía ser más grande. No sólo se hallaba en la tierra de promisión, la nación más avanzada del mundo, sino, además, en un tiempo en que se estaba haciendo historia femenina con el movimiento de emancipación de la mujer, y en una institución, Bernard College, considerada una avanzadilla del feminismo americano. Tanto ella como su marido Richard eran profesionales, y la historia parecía haberla predestinado a ser una pionera, probando a todos que una mujer puede llegar en una profesión tan lejos como un hombre y al mismo tiempo ser madre y esposa ejemplar.

            Lo que el futuro inmediato tenía reservado a Mr. Hewlett no iba a ser tan maravilloso.

            Desde el momento en que su primer embarazo se hizo patente, ninguno de sus colegas mostró interés o comprensión por su nueva situación física, familiar y profesional. De hecho nadie mostró ni curiosidad siquiera. Tanta indiferencia era incomprensible en un centro universitario para mujeres. Y, sobre todo, para mujeres con la conciencia femenina más aguda de todo el continente.

            A este choque ideológico y sicológico vinieron a sumarse otros muchos más prosaicos. El seguro de enfermedad que ofrecía su universidad no cubría sus visitas periódicas al ginecólogo. Entre los beneficios suplementarios de su empleo no había ninguno que le pagara el sueldo por cese temporal causado por el embarazo y el parto. Si de hecho recibió una indemnización por dos semanas de ausencia, "oficialmente" fue justificada por su incapacidad física. Como ambos esposos trabajaban, tuvieron que contratar a una niñera particular durante el día. Si por las noches Mrs. Hewlett tenía que asistir a alguna reunión y llevaba a su bebé en brazos, los colegas, tanto masculinos como femeninos, dejaban ver claramente su disgusto.

            Su desencanto con América se acentuaba todavía más cuando pensaba en otros países europeos como Francia, Suecia, Italia y Australia, a donde Mrs. Hewlett había ido en viaje de estudios. En alguno de estos países las mujeres gozan hasta de seis meses pagados de cese por maternidad.

            Y sin necesidad de ir más lejos, ahí estaba su hermana Helen, en Manchester, Inglaterra, que también había tenido un niño por aquel tiempo y que se había quedado ocho meses en casa, seis de ellos con sueldo completo. Y eso que enseñaba en una escuela secundaria y no en una universidad como ella.

            Como buena americana, aunque todavía novata, Mrs. Hewlett no se resignó con la situación sino que intentó cambiarla, o al menos mejorarla, a través de grupos políticos y sindicatos ya existentes. Su sorpresa se convirtió en consternación cuando se dio cuenta de que nadie estaba interesado en sus ideas, incluidas las mismas mujeres "feministas", valga la expresión.

            Yo no conozco personalmente a Mrs. Hewlett, pero si la conociera, trataría de hacerle comprender que para cambiar su situación y la de otras muchas mujeres casadas que trabajan hoy día, habría que cambiar antes la mentalidad, el estilo de vida y el sistema social americano. El desamparo no es privativo de las mujeres casadas que trabajan, aunque en éstas revista una especial urgencia, sino que afecta a todos, porque así es como los americanos han decidido que sea, o al menos, los americanos que deciden.

            Seguro que la hermana de Manchester no está intentando tantas cosas a la vez ni con tanto ahínco como Mrs. Hewlett, americana conversa. Es decir, avanzar rápida e ininterrumpidamente en su profesión, medir el desarrollo multidimensional de su niño con docenas de escalas, auscultar constantemente las relaciones con su marido, asistir a sesiones de toma de conciencia femenina, hacer gimnasia y yoga, organizar comités y escribir un libro de cuatrocientas páginas sobre los problemas de la mujer casada en América. Yo no digo que un sistema de vida sea mejor que el otro, sino que se trata de dos sistemas

y que no se puede cambiar una pieza dejando las demás intactas. Y, además, que cada sistema tiene un precio.

            Los políticos eluden estas cuestiones porque las consideran más morales y privadas que públicas. Los empresarios sólo ven a los empleados como factores de producción, y, vistos así,  las mujeres les presentan muchos más problemas que los hombres. Los sindicatos hoy día tienen bastante con subsistir. Muchos hombres de la mayoría todavía no se han liberado del todo de prejuicios seculares, y muchos hombres de las minorías temen la competencia que les presentan tantas mujeres educadas, ambiciosas, agresivas, superorganizadas, concienzudas y concienciadas. Y no faltan las mujeres que todavía se aferran a la maternidad y la domesticidad, donde se sienten más seguras y "realizadas" como mujeres.

            Pero ¿y las feministas? Las feministas han venido predicando durante decenios que las mujeres son iguales que los hombres y, por tanto, pedir un tratamiento especial por parte del gobierno o de las empresas contradiría sus principios. Si se ha defendido el aborto porque es una decisión personal, el embarazo y la maternidad han de ser lo mismo. Es decir, es un asunto privado que no debe aflorar nunca en la esfera profesional o pública.

            El libro que Mrs. Hewlett ha escrito se titula Una vida disminuida. El mito de la liberación de las mujeres en América. Su título debería ser: "Una vida disminuida. Consecuencias de la mentalidad y el sistema americano en las mujeres americanas que quieren llegar a la cúspide de su profesión al estilo americano y al mismo tiempo quieren ser madres y esposas al estilo americano también".

            Yo reconozco que este título es demasiado largo, pero es más exacto que el de Mrs. Hewlett. Los beneficios de que gozan las mujeres casadas con niños en Europa no han ido resultado del movimiento de concienciación y reivindicación feminista sino de un tradicional sentido social que nunca ha prosperado en América, donde sólo hay individuos que hacen contratos con otros individuos. Muchos de los beneficios sociales en Europa no se dirigían tanto a la mujer como a los niños y la familia que eran considerados como el fundamento de la sociedad. Y todo eso suena aquí a socialismo, que suena tan mal como fascismo, que suena tan mal como comunismo, que huele a cuerno quemado.

            (Adarve, número 280, 15 de enero de 1988, páginas 16 y 17).





1060 Veces visto - Versión para Imprimir




Libro de
Visitas


Colabora con tus fotos



Buscador de Artículos



[INICIO] | [CURRÍCULO] | [BIOGRAFÍA] | [CRONISTA OFICIAL] | [ARTÍCULOS] | [LIBROS] | [FOTOTECA] | [ADARVE FOTOGRÁFICO]
[ENLÁCENOS] | [LIBRO DE VISITAS] | [ENVÍA TUS FOTOS] | [BLOG]


Diseño Web: © dEle2007