© Enrique Alcalá Ortiz
arlos Aguilera Siller como Patrono de la recién creada Fundación Benéfico-Docente "Virgen de la Cabeza" en una instancia dirigida a la Corporación Municipal, fechada el catorce de abril de 1971, le comunicaba que estaban muy avanzadas las obras de construcción del colegio e iglesia Virgen de la Cabeza, que como deseaban inaugurar la capilla en las próximas Navidades para satisfacer las necesidades religiosas del barrio, solicitaba que el Cristo propiedad del Ayuntamiento existente en la capilla del Cementerio Municipal pasara en depósito a la Virgen de la Cabeza donde sería colocado en el altar mayor, y por su parte donaría otro de menor mérito que se pondría en la capilla del Cementerio en el lugar del que solicitaba.
Apoyaba su petición en una fotografía del Cristo donde se ponía de manifiesto el abandono en que se encontraba. Tenía el brazo izquierdo desprendido del cuerpo y el otro a punto de despegarse, por lo que el cuerpo estaba atada con una cuerda a la cruz para evitar que se cayera y colocado bajo un dosel derruido y lleno de podredumbre, es decir, hecho una lástima. En vista del estado actual, añadía que en el cementerio no merecerá más atención que la que hasta ahora se le había prestado, ni cuidado ni culto. Incluso hacía observar que al ser el cementerio Municipal, así como su capilla, el Ayuntamiento tenía la obligación de conservarlo y colocarlo donde mejor cumpliera su función, ya que por otra parte la legislación sobre tesoros artísticos autorizaba al Estado a privar a los dueños de las obras de arte si estaban expuestas a ruina como era el caso actual.
Por otra parte consideraba el gran tesoro patrimonial de Priego acumulado durante los siglos XVII y XVIII, del que tan orgullosos se sentían todos los priegueños, pero sin preocuparnos mucho del estado en que se encontraba tanta riqueza. Diciendo ?El patrimonio artístico mobiliario de Priego, tiene un enorme valor. El que suscribe se ha sonrojado con frecuencia, simplemente contemplando el estado de un cuadro o de una talla. Sobran los ejemplos; cada uno de nosotros puede darse un paseo y contemplarlos; con un mínimo de sensibilidad y formación, tendrá enseguida análoga sensación; la de no merecer esas obras de arte que se arruinan solas y la del reproche que se nos hará por consentir su ruina?, congratulándose seguidamente por la próxima creación de un museo donde se conservarían tantas piezas de valor en peligro.
Argumentaba que los habitantes del barrio de la Virgen de la Cabeza merecían el gesto generoso de la Corporación para que pudieran contemplar y orar ante tal imagen ya que se colocaría en el centro de la capilla, teniendo a un lado la Virgen de la Cabeza (que también estaban restaurando) y al otro el Sagrario. Por su parte, la Fundación que presidía se comprometía a restaurarlo en el Museo del Prado o en el Instituto Nacional de Restauración. Terminaba su petición haciendo hincapié que el traslado de Cristo iría en interés de Priego y de su tesoro artístico.
Cursada la instancia, bien pronto se movió la Administración Local, pues en un informe del secretario de inventario de bienes, José Alcalá-Zamora Yébenes indicaba al secretario de contratación municipal que el Cristo constaba en el inventario con el número 721 y con un valor de 2.000 pesetas, estimando que su valor era muchísimo más, no constando datos de su adquisición, si bien estimaba "que siempre ha estado destinado al culto en la Capilla del Ayuntamiento".
Después se siguieron los trámites legales en parte. Ocho días después de la fecha de la instancia, concretamente el 2 de abril, el Alcalde firma un edicto que no se envió finalmente al Boletín Oficial de la Provincia, pero sí estuvo expuesto quince días en el tablón de anuncios para a continuación el Secretario de Contratación y el de la Comisión de Gobernación y Abastos informar favorablemente para que se llevara a cabo el traslado. Y con una rapidez inusitada el 27 de mayo de 1971, el Ayuntamiento Pleno en sesión ordinaria adoptó a cesión bajo las siguientes condiciones:
1º. Acceder a lo solicitado, prestando su conformidad a lo que la citada efigie del Cristo Crucificado del Cementerio Municipal, propiedad de este Ayuntamiento, pase a ser colocada en el Altar Mayor de la iglesia de la Fundación Virgen de la Cabeza.
2º. La imagen que se cede, lo es en calidad o concepto de depósito, permaneciendo de propiedad municipal.
3º. Aceptar la oferta de restaurar el mencionado Cristo, a cargo de la Fundación peticionaria y con las garantías necesarias.
4º. Por la citada fundación, se colocará otra imagen de Cristo Crucificado en la capilla del Cementerio, conforme ofrece.
5º. De la información pública llevada a efecto, por esta Administración Municipal, para oír al vecindario, no se ha formulado reclamaciones ni objeciones a lo proyectado.
6º. Solicitar las autorizaciones canónicas necesarias tanto para la restauración de la imagen como para su colocación en el templo citado de la Fundación ?Virgen de la Cabeza.?
7º. Por el Servicio de Inventario se tomará la debida nota.
La votación fue nominal y contó con el voto en contra del Sr. Galisteo que estimaba que la imagen debía restaurarse y permanecer en la Capilla del Cementerio.
Para cumplir parte del punto sexto de lo acordado, el 31 de mayo se pide permiso al Obispo para su traslado que al mes siguiente contesta diciendo que "(...) por lo que a Nos toca, concedemos la autorización solicitada." En vista de lo cual a principios de julio se da orden de formalizar el traslado solicitado
Por lo que respecta a la restauración del Cristo en una institución oficial madrileña, nunca se llevó a cabo. La Fundación se la entregó el restaurador local Antonio Carrillo Carrillo, quien pegaría un brazo, reafirmaría el otro y haría una limpieza general de la imagen. Una restauración integral se haría en el año 1991 por los alumnos de la Escuela Taller "Juan de Dios Santaella."
