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omo vimos en sus notas biográficas Emilio Serrano Higueras es otro representante típico de los miembros que componen esta cofradía, sobresaliendo en él el largo período de tiempo dedicado a su Cofradía de la que es uno de sus más destacados representantes de aquella renovación producida a finales de la década de los años sesenta del siglo XX que consiguió llevar a la Cofradía a una etapa de esplendor jamás conocida, motivadora también del consiguiente movimiento de renacimiento producido en la Semana Santa prieguense.

Si algo se destaca en esta etapa con claridad manifiesta es la intensa colaboración mantenida con el Excmo. Ayuntamiento y concretamente con su Alcalde, Tomás Delgado Toro.

Si bien ya había habido conversaciones al respecto con el Alcalde para la cesión del Cristo de la Buena Muerte, propiedad municipal, a la Cofradía, será en este período cuando se lleve a efecto. La imagen, procedente del cementerio, por petición del director de la "Fundación Virgen de la Cabeza", se depositó en la recién construida iglesia de la Virgen de la Cabeza a principios de la década de los setenta, siendo procesionada desde entonces por la Cofradía la cual en 1977, con motivo de la renovación de sus estatutos, añadió su nombre a su denominación llamándose desde entonces Cofradía de María Santísima de los Dolores y Cristo de la Buena Muerte. La cesión gratuita se produce a principios de mayo de 1995, precisamente unas fechas antes de unas elecciones municipales,  a pesar del consejo de los técnicos administrativos de ceder el uso, pero no la propiedad. Cedido para ser expuesto en la Ermita, la autoridad eclesiástica creyó más conveniente y beneficioso para sus feligreses que continuara recibiendo culto en la iglesia de la Virgen la Cabeza y allí continúa.

Prácticamente con el inicio de su mandato, la Escuela Taller  "Álvarez Cubero" va a realizar una profunda remodelación en el interior y exterior de la ermita y edificaciones adyacentes, así como en los alrededores. Así de esta forma en la ermita se reforman cubiertas y paramentos, su interior sin decoración, toma un aspecto barroco inspirado en los maestros del siglo XVIII prieguense. Aparte, la puerta se amplía considerablemente para que pudiera salir sin problemas el trono de la imagen, construyendo una portada a imitación de la del antiguo convento de San Pedro. La nave se  amplía en la parte posterior y se revoca por entero.

Si la Ermita con estas actuaciones, se le había quitado el aire de simplicidad de los diseñadores de los años treinta, los alrededores campestres se convierten en urbanizados, con la fijación de las cruces de piedra, arreglo de las escalinatas, acomodo de la explanada y construcción de jardines.

Observando todo este desarrollo constructivo, no solamente en esta época sino desde la década de los setenta y las importantes ayudas recibidas por las diferentes corporaciones que se han ido ejerciendo el poder, es lógico que se aprobara por unanimidad el nombramiento de ?Hermano Mayor Honorario? al pueblo de Priego, concretado en su Corporación Municipal, acuerdo que aún hoy no se ha llevado a la práctica, porque si bien se ha pedido el preceptivo visto bueno del Obispado, el silencio ha sido toda la respuesta.

Otro punto importante de colaboración con las autoridades municipales se produce con el encargo del pregonero para la Semana Santa de 1998. Por indicaciones del Alcalde, se aparta para otra ocasión a la persona que se tenía dado el encargo de pregonar y se pide su intervención a Miguel Castillejo Gorraiz, sacerdote, Presidente de Cajasur, hombre docto y poderoso, con numerosísimas distinciones de todo tipo, quien realiza un pregón espectacular tanto en su desarrollo como por la gran cantidad de público que acude a oírlo a la iglesia de la Asunción.

Como novedad de estos años, la Cofradía organiza una caseta dentro del real de la feria de septiembre desde el año 1994 cuando se inauguró el nuevo recinto ferial lejos del casco urbano. Ha representado una buena ocasión para tener un lugar de sana convivencia durante los días feriados, proyectar la Cofradía a la sociedad prieguense y al mismo tiempo ganar algunas pesetas y un patrimonio porque se consigue comprar todos los útiles necesarios para su instalación. Incluso un año se gana el primer premio por la portada.

                El discurrir diario también se mejora ostensiblemente. Vienen a engrosar el nomenclátor numerosos jóvenes que proyectan sobre la cofradía un futuro esperanzador para las renovaciones necesarias de ejecutivos, y así son muchos los que forman parte de la directiva; el Vía Crucis de los viernes de Cuaresma se organiza con la Agrupación de Cofradías y vocalías de culto; se arregla la corona de la Virgen, se aprueba un nuevo logotipo y se amplía la banda de cornetas. Algunos días de desfile llueve por lo que tuvieron que ser desplazados a otras fechas, destacando cuando no su pudo realizar la vuelta al Calvario y se dejó para el domingo de Resurrección por la tarde que se hizo con las túnicas, pero con la cara descubierta.

                Por su parte, el Hermano Mayor, ebanista, fotógrafo, escultor y pintor, entre otras habilidades, sigue poniendo su capacidad al servicio de su Cofradía, arreglando las manos de la imagen, construyendo un atril, diseña un escudo para los faldones de los bombos y el logotipo oficial del que se hacen insignias y es colocado en la puerta de la Ermita.

                Como cualquier gestión que se precie, tuvo sus altibajos en el tema de participación de la Directiva. Los problemas empezaron con el tesorero y continuaron con el secretario, habiendo fases que se encontraba con poca ayuda.  Nos dice: -Yo he tenido una etapa un poco delicada. He tenido gente que por circunstancias han pasado unos tragos duros. Pensabas dar los cargos bien y luego no son responsables (...) (...) Eso fue a última hora. Hay etapas en las que está la gente más emotiva, más participativa, y otras que está más apagada y yo con los problemas que tuve con los algunos directivos que creía que eran responsables y que luego no eran. Algunas veces estaba la junta un poco vacía.

                Con toda lógica, se siente orgulloso de haber sido Hermano Mayor: (...) No me pesa haber estado de Hermano Mayor. No me pesa, con todas las contras que he tenido. Porque son cuatro años y en ese tiempo te suceden muchas cosas, buenas y malas. El primer año entras casi con lo que había con el otro que sale, el segundo año piensas algunos proyectos y mientras se hacen y no se hacen, se te pasa el plazo y muchas cosas se te quedan en la estacada. (...) Como tú sabes, todo el mundo cuando entra en un cargo tiene afán de hacer muchas cosas, pero como tú sabes las cosas no son así. Te encuentras con muchos fallos. La suerte es que he estado ahí cuatro años y pico y solamente por haber sido Hermano Mayor ya es un orgullo para mí.