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05.02. CARCABUEY Y CARCABULENSES EN LA PRENSA CORDOBESA (1852-1952)

 




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RELIGIOSIDAD POPULAR. Cofradías y hermandades - Artículos varios

CONSTITUCIONES DE LOS DOLORES DEL AÑO 1689

Comentario a las constituciones de la Hermandad de Nuestra Señora de los Dolores del año 1689.

© Enrique Alcalá Ortiz



ASPECTOS GENERALES DEL MOVIMIENTO COFRADIERO PRIEGUENSE  

D

urante casi un siglo, (1589-1680), los habitantes de la Península Ibérica padecieron el azote terrible de varias epidemias de peste. La primera se produjo durante el período 1589-1592, barrió la península de norte a sur, desde el Cantábrico a Andalucía. La segunda, 1647-1652, penetra por  el Levante, concretamente por Valencia, extendiéndose por toda España y según Domínguez Ortiz fue la mayor catástrofe que se abatió sobre España en tiempos modernos. A los cordobeses nos tocó el número de 13.780 muertos. La tercera, 1676-1684, entró por Cartagena y Murcia. Priego llegó a tener 450 enfermos en su hospital a finales de 1680. Murieron 346 prieguenses en esta última plaga.

                Estas oleadas de calamidades junto con las sequías producían en el pueblo un sentimiento de culpabilidad, acorde con la mentalidad de la época, a la que había que redimir realizando cultos diversos, misas, procesiones y novenas para conseguir el perdón de los pecados. Todos estos cultos fueron incentivados por los numerosos clérigos entonces existentes a los que se sumaban las diferentes órdenes religiosas establecidas en la localidad. Ante panorama tan desolador donde ser pobre era la norma y por lo tanto desprovisto de los suficientes medios para aliviarse en caso de grave enfermedad o, ya muerto, para que sus familiares pudieran hacerle un buen entierro, pródigo en novenas y misas, aparecieron un buen número de hermandades de rogativa con  objetivos claros. Por una parte pedir perdón por los pecados cometidos, calmar aL buen Dios, ayudar a los hermanos enfermos, hacerle un entierro en consonancia con la mentalidad de la época y hacer que le rezasen muchas misas para condonar las penas de sus pecados.

                El siguiente cuadro nos muestra la evolución de las más importantes cofradías y hermandades aparecidas durante este período pestilente:

 

ALGUNAS COFRADÍAS Y HERMANDADES FUNDADAS

 EN PRIEGO DURANTE EL PERÍODO

 DE EPIDEMIAS DE LA PESTE[1]

 

DENOMINACIÓN

FECHA DE

 FUNDACIÓN

DATOS DE INTERÉS

Cofradía de la Santa Vera Crux

1550

Abad VII, Juan de Ávila. Sede: convento de San Francisco.

Cofradía de las ?Ánimas?

1592-1597

Abad X. Maximiliano de Austria.

Cofradía del ?Nazareno?

1593

Abad X. Maximiliano de Austria. Sede: convento de San Francisco.

Cofradía de Nuestra Señora de la Soledad

1594

Abad X, Maximiliano de Austria. Sede: convento de San Pedro.

Cofradía de ?Nuestra Señora de la Consolación?

1621-1631

Abad XIII, Pedro de Moya y Arjona. Sede: convento de San Francisco.

Hermandad de la Caridad

1632

Posible abad el XV, Álvaro de Toledo  o el XVI Antonio de Sotomayor. Sede: Ermita de San José.

Hermandad de Nuestra Señora de las Angustias

1670

Abad XX,  Alonso de San Martín.

Hermandad de  ?Jesús Nazareno?

1672

Abad XX, Alonso Antonio de San Martín. Sede: convento de San Francisco.

Hermandad de  ?Jesús de la Columna?

1673[2]

Abad XX, Alonso Antonio de San Martín. Sede: convento de San Francisco.

Hermandad de Nuestra Señora de la Soledad

1684

Abad XX, Alonso Antonio de San Martín. Sede: Convento de San Pedro

Hermandad de ?Nuestra Señora de los Dolores

1689

Abad XXI, Pedro de Toledo Osorio. Sede: iglesia de Santiago.

Hermandad de las ?Benditas Ánimas del Purgatorio?

1689

Abad XXI, Pedro de Toledo Osorio. Sede: iglesia de Santiago.

Hermandad  ?Nuestra Señora del Buen Suceso?

1689

Abad XXI, Pedro de Toledo Osorio. Sede: convento de San Francisco.

Se unen las hermandades de ?Nuestra Señora de las Mercedes?  y la del ?Rosario?

1707

Abad XXIII, Diego Castell Ros de Medrano. Sede: iglesia de San Antonio Abad (Mercedes.)

                 Como observamos en el cuadro, durante todo el período de cien años,  después de cada una de las tres plagas, se producen fundaciones de cofradías o hermandades. En primer lugar marcha en solitario la cofradía de la Santísima Vera Cruz que por aparecer en 1550 se aparta del círculo de muerte dentro del cual se va a enmarcar la aparición de todas las demás y probablemente también estará fuera del círculo la hermandad de la Virgen de la Cabeza.

                Inmediatamente, después de la primera epidemia, se funda la cofradía de las Ánimas y del Nazareno (1593) con sede en el convento de San Francisco, a la que sigue la de la Soledad (1594), como réplica de los otros franciscanos descalzos, con sede en San Pedro. Varias décadas más tarde, y todavía antes de aparecer de nuevo el azote pestilente se crean las cofradías de Nuestra Señora de la Consolación (1631), y la Hermandad de la Caridad (1632) con nombres muy expresivos, acordes a las desgracias que se sufren.

                Dieciocho años después de la segunda epidemia, se funda la  hermandad de las Angustias (1670) a la que dos años más tarde sigue la del Nazareno (1672) y la de la Columna (1673), estás dos últimas con sede y titulares donde ya existían sendas cofradías por lo que sus objetivos y características tendrían que ser muy diferentes a las de sus homólogas ya existentes. La misma característica de estas dos últimas tiene la hermandad de la Soledad (1684) erigida en el mismo año de la terminación de la tercera epidemia. Ya repuestos del azote y desolación que se creó con la extinción de la última epidemia en la que murieron tres centenares y medio de prieguenses aparecen en el mismo año ?1689- tres hermandades, la de los Dolores y Benditas Ánimas del Purgatorio con sede en la desaparecida iglesia de Santiago y la del Buen Suceso con sede en el convento de San Francisco. 

 UNA SANTA HERMANDAD PARA AYUDA Y SUFRAGIOS

            Como acabamos de ver, la hermandad de los Dolores aparece unos años más tarde de la última y terrible oleada de peste por lo que podemos estimar su origen lejano dentro del estado de inquietud provocado por tantas muertes ya que su origen inmediato como en la introducción de las mismas Constituciones fundacionales se especifica claramente es la aparición de un retrato y la carencia de culto en dicho altar: (...) atendiendo que en la parroquial de señor Santiago de esta dicha villa no se frecuenta y hay un altar colateral al lado derecho, del Descendimiento de la Cruz y Nuestra Señora de los Dolores nuevamente hallado el retrato queremos en dicho altar situar una Congregación o Hermandad para que se frecuente el culto divino y ayudarnos unos a otros con sufragios (...)[3]

Así que, claramente, los objetivos a conseguir son socorrerse  mutuamente en las enfermedades, en los gastos de sepelio y decir misas aplicadas por las almas del purgatorio. En el caso de enfermedad grave y de extrema necesidad del hermano enfermo, serán los celadores, y si es necesario el secretario y demás oficiales, sin poderse negar, los que irán casa por casa de los hermanos pidiendo dinero para ayudar al enfermo y en caso de muerte, si consta que no tiene medios, la Congregación asumirá los gastos de entierro, con moderada pompa, así como las veinticinco misas ?porque es por vía de mejora de la Santa Congregación se hace atendiendo a su mucha pobreza?. Para el caso de muerte, se detalla que para cualquier hermano o hermana fallecido se dará media libra[4] de cera para alumbrar hasta que se lo lleven a enterrar y seis hachas[5] mientras se le canta la vigilia y misa de cuerpo presente. Para el hijo se le darán sólo dos hachas para que ardan durante el entierro. Se rezarán 25 misas a cada difunto que podrán ser incrementadas con los dineros conseguidos con las multas procedentes por la falta de asistencia a los entierros sin causa justificada. Todos los miércoles y viernes de la semana se dirán sendas misas en el altar de la Santa Hermandad por el sacerdote que ejerce de secretario en sufragio de los hermanos vivos y difuntos dándole una limosna al sacerdote de 85 maravedíes, es decir, dos reales y medio. Como hecho extraordinario y para conmemorar el hallazgo del retrato del Descendimiento de la Cruz y Nuestra Señora se instituía fiesta principal el día 21 de junio si era fiesta, en caso contrario se pasaría al domingo siguiente. Se diría una misa rezada y sermón y para estos gastos se nombraban dos comisarios que irían pidiendo a cada uno de sus hermanos una aportación voluntaria, dejando claro que estas celebraciones se harían abstrayéndose de todo género de vanidad, porque así es nuestra voluntad.

El coste económico de estas actividades se cubría de la siguiente forma: 

PAGOS QUE SE DEBEN HACER A LA HERMANDAD

CONCEPTO

IMPORTE

Al darse de alta en el nomenclátor

17 maravedíes

Todos los domingos del año

8 maravedíes

Cada vez que muera un hermano

0?5 reales[6] (17 maravedíes)

Si no asiste a los entierros sin causa justificada

0?5 reales

Para la fiesta anual consistente en misa rezada y sermón

Voluntario

Para socorrer a los hermanos/as enfermos necesitados y enterrarlos si son pobres

Voluntario

 Si algo debemos resaltar es el carácter de pobreza de los fundadores y hermanos de la Congregación que se funda. Ya hemos destacado el supuesto de enfermad y sepelio de los hermanos necesitados a lo que añadimos lo que se dice en el capítulo tercero donde detalla que la asistencia a los entierros se hará ?con el vestido que cada uno se hallare? sin necesidad de asistir con vestidos negros ?atendiendo a que somos pobres?, aunque si lo tuviere, bien por conveniencia o por pertenecer a otra hermandad, debería acudir con tales vestiduras. Finalmente, después de las trece constituciones, en las consideraciones finales alegan que no debe asistir el vicario de la villa a las reuniones particulares (cobraba por su asistencia) por ser pobres.

El aspecto económico de otras importantes hermandades de la localidad prieguense comparado con la de los Dolores nos daría el siguiente resumen: 

ANÁLISIS ECONÓMICO COMPARATIVO

CON ALGUNAS HERMANDADES DE LA MISMA ÉPOCA

CONCEPTO

HERMANDADES

 

 

Columna

Soledad[7]

Dolores

Al darse de alta

 

340

1904

17[8]

Todos los domingos del año o anual

 

20[9]

208 (anual)

8 (cada domingo)

Cada vez que muera un hermano/a

 

20

17

17

Por falta de asistencia a los entierros sin causa justificada

 

34[10]

No se especifica

17

Para la fiesta anual

 

Voluntaria

Voluntaria

Voluntaria

Para socorro de hermanos y misas

 

Voluntaria

Voluntaria

Voluntaria

Número de misas por los difuntos

 

30[11]

50

25

Número de hermanos/as

 

105

170[12]

No se especifica

Cera para los entierros

 

Media libra  cirios

Seis cirios y dos velas

Media libra y seis hachas

 Como podemos observar, en algunos de los conceptos económicos arriba reseñados hay notables diferencias en las cuotas de entrada donde vemos grandes variaciones, así como en la cuota anual, lo que confirma que la Hermandad de los Dolores nace para acoger a una población con pocos medios económicos que no puede sostener el ritmo de pagos de las otras hermandades más poderosas. La Soledad, por ejemplo, rezaba 50 misas por sus difuntos en vez de las 25 de los Dolores y la misa de todos los jueves de la Columna era cantada con diácono y subdiácono, un lujo que sólo la nuestra se podía permitir una vez al año cuyos gastos se amortizaban con una suscripción voluntaria como acabamos de indicar.

Los órganos de gobierno de la Hermandad de los Dolores eran muy simples. En primer lugar estaba un hermano mayor, debiendo ser secular y no eclesiástico, elegido por votos secretos en persona de ciencia y conciencia; seguía en importancia el secretario, elegido por votación, siempre sacerdote, quien sería capellán, con las funciones de guardar la documentación, decir las misas y llevar el control pagando su importe; le siguen el depositario, secular, votado igualmente, dos celadores, elegidos de la misma forma, para vigilar las asistencias a los entierros y el control de las misas, y cuadrilleros, nombrados in voce para el cobro de las cuotas, multas y aportaciones voluntarias, además de un mandatario, para lo que sea mandado, además de llevar la cera y caja a casa de los hermanos difuntos.

El abad Pedro de Toledo y Osorio aprueba las constituciones de la denominada Hermandad del Descendimiento de la Cruz y Nuestra Señora de los Dolores el día 30 de junio de 1689, si bien haciendo dos precisiones. Por una parte, que no podrían ampliar ni restringir el articulado presentado, y por otra, que no se le excusa, según su petición, de visita de inspección por ser parte de la jurisdicción eclesiástica y dignidad abacial.

Años más tarde de la aparición del cuadro que motivó la aparición de esta Hermandad, los "Hermanos de la Escuela de Cristo", institución religiosa fundada en Priego en 1671, solicitaron que se les concediera la capilla de Nuestra Señora de los Dolores para mayor veneración de este cuadro[13]. Para incrementar la devoción,  el arzobispo Moscoso, titular de la Diócesis de Granada, concedió 80 días de indulgencias a todos los fieles que rezaran delante de este cuadro.

De la vida posterior de esta Hermandad poco se sabe, puesto que no consta documentación. A principios del año 1802 todavía seguía existiendo pues el Abad de Alcalá la Real, Manuel Trujillo incrementó las indulgencias concedidas a la Hermandad[14]. Durante este siglo XIX se perdería su memoria hasta finales de la tercera década del siglo XX cuando aparece con sede en la ermita del Calvario otra Cofradía con similar nombre. 

CONCLUSIONES

                 Resumiendo todo lo expuesto, podemos señalar como características más sobresalientes de la Santa Hermandad de los Dolores fundada en 1689:

1. Nace dentro del contexto de una época azotada por las plagas de la peste con un articulado muy parecido a las hermandades ya existentes en la localidad, si bien más reducido.

2. El motivo inmediato es el descubrimiento de un cuadro antiguo en la desaparecida iglesia de Santiago, dedicado al descendimiento de la Cruz y la Virgen de los Dolores.

3. El fin principal, al igual que una compañía de seguros moderna, es tener a la hora de la muerte, hachas, cera, caja, misa de cuerpo presente y misas de sufragio. Actos todos que representan una importante fuente de ingresos para el clero, por entonces, sin la actual y sustanciosa ayuda percibida del Estado moderno.

4. Como su titular es un cuadro, (y también por economía) no establecen procesiones de rogativa, ni rifas, ni piden con el cepo por la vía pública. Se dicen dos misas todas las semanas en el altar de su advocación  y una para la fiesta, en esta ocasión cantada.

5. Debido a lo exiguo de las cuotas, está abierta a una clase de ciudadanos con poco medios económicos. Se preceptúa la ayuda a los hermanos enfermos y los fallecidos de pobreza probada.

6. No existe número clasus, ni normas xenófobas como en otras hermandades del pueblo.

7. Para su gobierno se eligen, hermano mayor, secretario (siempre clérigo), depositario, dos celadores, cuadrilleros y un mandatario.

8. Están bajo la jurisdicción eclesiástica y a las órdenes del abad de Alcalá la Real, debiendo celebrar sus reuniones en presencia del vicario de la Villa y permitir al inspección del visitador abacial.



[1] Los datos de este cuadro se han tomado de los siguientes libros y documentos: GUARDA CASTELLANO, Antonio: Notas para la historia de Alcalá la Real. Estb. Tipográfico de la Viuda de A. Álvarez. Madrid, 1913. Alcalá la Real ?Centro de Estudios Históricos ?Carmen Juan Lovera?, 1996.  VV. AA. Priego de Córdoba, sus hermandades y cofradías. Agrupación de Hermandades y Cofradías de Priego de Córdoba. 1998. FORCADA SERRANO, Miguel: Historia de la Hermandad de la Santa Veracruz y Nuestro Padre Jesús en la Columna. Cajasur. Córdoba, 2000. ALCALÁ ORTIZ, Enrique: Soledad en todos. Historia de la Real cofradía del Santo Entierro de Cristo y María Santísima de la Soledad Coronada (1594-194). Excmo. Ayuntamiento de Priego, Obra Cultural de la Caja Provincial de Ahorros de Córdoba  Real Cofradía del Santo Entierro de Cristo y María Santísima de la Soledad Coronada. Priego de Córdoba, 1994.

[2] Ya había iniciado su andadura en 1642 como rogativa para evitar el contagio de la peste.

[3] Archivo del Obispado de Córdoba. Enlegajo 45. Sección: Clero. Cfr.: PELÁEZ DEL ROSAL, Manuel: Orígenes históricos de la antigua cofradía de Nuestra Señora de los Dolores y de la advocación mariana más antigua de Priego de su mismo título. ?Fuente del Rey?, número 124, página 10.

[4] Libra. Peso antiguo, dividido en 16 onzas y equivalente a 460 gramos.

[5] Hacha. Vela de cera, grande y gruesa, de figura por lo común de prisma cuadrangular y con cuatro pabilos.

[6] Real. Moneda de plata, del valor de 34 maravedíes.

 Ducado. Moneda imaginaria, equivalente a 11 reales de vellón (374 maravedíes), aumentada en una mitad más por la pragmática de febrero de 1680,  vuelta después a su valor primero.  En 1618 un ducado equivalía a 375 maravedíes.

[7] Los datos están tomados de los estatutos de 1785 ya que los primitivos de 1684 aún no han aparecido.

[8] Los datos están en maravedíes

[9] Todos los jueves del año tenían que dar 5 cuartos Cada cuarto eran cuatro maravedíes de vellón.

[10] A la primera falta a un entierro a la procesión se la pondría la sanción de un real, por la segunda falta, dos reales, por la tercera, cuatro;  por la cuarta falta, la expulsión.

[11] Las misas en la Columna eran todos los jueves del año cantada con diácono y subdiácono y órgano. Para el entierro llevan toallas, bufete, paño, cera pendón y efigie de Jesús en la Columna, además de cera.

[12] Podía haber un número indeterminado de supernumerarios.

[13] B.N. LÓPEZ, Tomás: Diccionario geográfico. Manuscrito nº 7294, describe cómo a finales del siglo XVII, con motivo de unas obras en la iglesia de Santiago se descubrió en el testero de la nave derecha una pintura de la Virgen de los Dolores de una vara de alto y la gran veneración que le tenían los hermanos de la Escuela de Cristo.

[14] ALFÉREZ MOLINA, Candelaria: Priego de Córdoba en la Edad Moderna: de las epidemias de peste a la religiosidad popular. Tesis doctoral inédita. Departamento de Territorio y Patrimonio Histórico. Universidad de Jaén. Jaén, 2000.





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