© Enrique Alcalá Ortiz
ASPECTOS GENERALES DEL MOVIMIENTO COFRADIERO PRIEGUENSE
Estas oleadas de calamidades junto con las sequías producían en el pueblo un sentimiento de culpabilidad, acorde con la mentalidad de la época, a la que había que redimir realizando cultos diversos, misas, procesiones y novenas para conseguir el perdón de los pecados. Todos estos cultos fueron incentivados por los numerosos clérigos entonces existentes a los que se sumaban las diferentes órdenes religiosas establecidas en la localidad. Ante panorama tan desolador donde ser pobre era la norma y por lo tanto desprovisto de los suficientes medios para aliviarse en caso de grave enfermedad o, ya muerto, para que sus familiares pudieran hacerle un buen entierro, pródigo en novenas y misas, aparecieron un buen número de hermandades de rogativa con objetivos claros. Por una parte pedir perdón por los pecados cometidos, calmar aL buen Dios, ayudar a los hermanos enfermos, hacerle un entierro en consonancia con la mentalidad de la época y hacer que le rezasen muchas misas para condonar las penas de sus pecados.
El siguiente cuadro nos muestra la evolución de las más importantes cofradías y hermandades aparecidas durante este período pestilente:
ALGUNAS COFRADÍAS Y HERMANDADES FUNDADAS
EN PRIEGO DURANTE EL PERÍODO
DE EPIDEMIAS DE LA PESTE
|
DENOMINACIÓN |
FECHA DE
FUNDACIÓN |
DATOS DE INTERÉS |
Cofradía de la Santa Vera Crux |
1550 |
Abad VII, Juan de Ávila. Sede: convento de San Francisco. |
Cofradía de las ?Ánimas? |
1592-1597 |
Abad X. Maximiliano de Austria. |
Cofradía del ?Nazareno? |
1593 |
Abad X. Maximiliano de Austria. Sede: convento de San Francisco. |
Cofradía de Nuestra Señora de la Soledad |
1594 |
Abad X, Maximiliano de Austria. Sede: convento de San Pedro. |
Cofradía de ?Nuestra Señora de la Consolación? |
1621-1631 |
Abad XIII, Pedro de Moya y Arjona. Sede: convento de San Francisco. |
Hermandad de la Caridad |
1632 |
Posible abad el XV, Álvaro de Toledo o el XVI Antonio de Sotomayor. Sede: Ermita de San José. |
Hermandad de Nuestra Señora de las Angustias |
1670 |
Abad XX, Alonso de San Martín. |
Hermandad de ?Jesús Nazareno? |
1672 |
Abad XX, Alonso Antonio de San Martín. Sede: convento de San Francisco. |
Hermandad de ?Jesús de la Columna? |
1673 |
Abad XX, Alonso Antonio de San Martín. Sede: convento de San Francisco. |
Hermandad de Nuestra Señora de la Soledad |
1684 |
Abad XX, Alonso Antonio de San Martín. Sede: Convento de San Pedro |
Hermandad de ?Nuestra Señora de los Dolores |
1689 |
Abad XXI, Pedro de Toledo Osorio. Sede: iglesia de Santiago. |
Hermandad de las ?Benditas Ánimas del Purgatorio? |
1689 |
Abad XXI, Pedro de Toledo Osorio. Sede: iglesia de Santiago. |
Hermandad ?Nuestra Señora del Buen Suceso? |
1689 |
Abad XXI, Pedro de Toledo Osorio. Sede: convento de San Francisco. |
Se unen las hermandades de ?Nuestra Señora de las Mercedes? y la del ?Rosario? |
1707 |
Abad XXIII, Diego Castell Ros de Medrano. Sede: iglesia de San Antonio Abad (Mercedes.) |
Como observamos en el cuadro, durante todo el período de cien años, después de cada una de las tres plagas, se producen fundaciones de cofradías o hermandades. En primer lugar marcha en solitario la cofradía de la Santísima Vera Cruz que por aparecer en 1550 se aparta del círculo de muerte dentro del cual se va a enmarcar la aparición de todas las demás y probablemente también estará fuera del círculo la hermandad de la Virgen de la Cabeza.
Inmediatamente, después de la primera epidemia, se funda la cofradía de las Ánimas y del Nazareno (1593) con sede en el convento de San Francisco, a la que sigue la de la Soledad (1594), como réplica de los otros franciscanos descalzos, con sede en San Pedro. Varias décadas más tarde, y todavía antes de aparecer de nuevo el azote pestilente se crean las cofradías de Nuestra Señora de la Consolación (1631), y la Hermandad de la Caridad (1632) con nombres muy expresivos, acordes a las desgracias que se sufren.
Dieciocho años después de la segunda epidemia, se funda la hermandad de las Angustias (1670) a la que dos años más tarde sigue la del Nazareno (1672) y la de la Columna (1673), estás dos últimas con sede y titulares donde ya existían sendas cofradías por lo que sus objetivos y características tendrían que ser muy diferentes a las de sus homólogas ya existentes. La misma característica de estas dos últimas tiene la hermandad de la Soledad (1684) erigida en el mismo año de la terminación de la tercera epidemia. Ya repuestos del azote y desolación que se creó con la extinción de la última epidemia en la que murieron tres centenares y medio de prieguenses aparecen en el mismo año ?1689- tres hermandades, la de los Dolores y Benditas Ánimas del Purgatorio con sede en la desaparecida iglesia de Santiago y la del Buen Suceso con sede en el convento de San Francisco.
UNA SANTA HERMANDAD PARA AYUDA Y SUFRAGIOS
Como acabamos de ver, la hermandad de los Dolores aparece unos años más tarde de la última y terrible oleada de peste por lo que podemos estimar su origen lejano dentro del estado de inquietud provocado por tantas muertes ya que su origen inmediato como en la introducción de las mismas Constituciones fundacionales se especifica claramente es la aparición de un retrato y la carencia de culto en dicho altar: (...) atendiendo que en la parroquial de señor Santiago de esta dicha villa no se frecuenta y hay un altar colateral al lado derecho, del Descendimiento de la Cruz y Nuestra Señora de los Dolores nuevamente hallado el retrato queremos en dicho altar situar una Congregación o Hermandad para que se frecuente el culto divino y ayudarnos unos a otros con sufragios (...)
Así que, claramente, los objetivos a conseguir son socorrerse mutuamente en las enfermedades, en los gastos de sepelio y decir misas aplicadas por las almas del purgatorio. En el caso de enfermedad grave y de extrema necesidad del hermano enfermo, serán los celadores, y si es necesario el secretario y demás oficiales, sin poderse negar, los que irán casa por casa de los hermanos pidiendo dinero para ayudar al enfermo y en caso de muerte, si consta que no tiene medios, la Congregación asumirá los gastos de entierro, con moderada pompa, así como las veinticinco misas ?porque es por vía de mejora de la Santa Congregación se hace atendiendo a su mucha pobreza?. Para el caso de muerte, se detalla que para cualquier hermano o hermana fallecido se dará media libra de cera para alumbrar hasta que se lo lleven a enterrar y seis hachas mientras se le canta la vigilia y misa de cuerpo presente. Para el hijo se le darán sólo dos hachas para que ardan durante el entierro. Se rezarán 25 misas a cada difunto que podrán ser incrementadas con los dineros conseguidos con las multas procedentes por la falta de asistencia a los entierros sin causa justificada. Todos los miércoles y viernes de la semana se dirán sendas misas en el altar de la Santa Hermandad por el sacerdote que ejerce de secretario en sufragio de los hermanos vivos y difuntos dándole una limosna al sacerdote de 85 maravedíes, es decir, dos reales y medio. Como hecho extraordinario y para conmemorar el hallazgo del retrato del Descendimiento de la Cruz y Nuestra Señora se instituía fiesta principal el día 21 de junio si era fiesta, en caso contrario se pasaría al domingo siguiente. Se diría una misa rezada y sermón y para estos gastos se nombraban dos comisarios que irían pidiendo a cada uno de sus hermanos una aportación voluntaria, dejando claro que estas celebraciones se harían abstrayéndose de todo género de vanidad, porque así es nuestra voluntad.
El coste económico de estas actividades se cubría de la siguiente forma:
PAGOS QUE SE DEBEN HACER A LA HERMANDAD |
CONCEPTO |
IMPORTE |
Al darse de alta en el nomenclátor |
17 maravedíes |
Todos los domingos del año |
8 maravedíes |
Cada vez que muera un hermano |
0?5 reales (17 maravedíes) |
Si no asiste a los entierros sin causa justificada |
0?5 reales |
Para la fiesta anual consistente en misa rezada y sermón |
Voluntario |
Para socorrer a los hermanos/as enfermos necesitados y enterrarlos si son pobres |
Voluntario |
Si algo debemos resaltar es el carácter de pobreza de los fundadores y hermanos de la Congregación que se funda. Ya hemos destacado el supuesto de enfermad y sepelio de los hermanos necesitados a lo que añadimos lo que se dice en el capítulo tercero donde detalla que la asistencia a los entierros se hará ?con el vestido que cada uno se hallare? sin necesidad de asistir con vestidos negros ?atendiendo a que somos pobres?, aunque si lo tuviere, bien por conveniencia o por pertenecer a otra hermandad, debería acudir con tales vestiduras. Finalmente, después de las trece constituciones, en las consideraciones finales alegan que no debe asistir el vicario de la villa a las reuniones particulares (cobraba por su asistencia) por ser pobres.
El aspecto económico de otras importantes hermandades de la localidad prieguense comparado con la de los Dolores nos daría el siguiente resumen:
ANÁLISIS ECONÓMICO COMPARATIVO
CON ALGUNAS HERMANDADES DE LA MISMA ÉPOCA |
CONCEPTO |
HERMANDADES |
|
|
Columna |
Soledad |
Dolores |
Al darse de alta |
|
340 |
1904 |
17 |
Todos los domingos del año o anual |
|
|
208 (anual) |
8 (cada domingo) |
Cada vez que muera un hermano/a |
|
20 |
17 |
17 |
|
|
34 |
No se especifica |
17 |
Para la fiesta anual |
|
Voluntaria |
Voluntaria |
Voluntaria |
Para socorro de hermanos y misas |
|
Voluntaria |
Voluntaria |
Voluntaria |
Número de misas por los difuntos |
|
30 |
50 |
25 |
Número de hermanos/as |
|
105 |
170 |
No se especifica |
Cera para los entierros |
|
Media libra cirios |
Seis cirios y dos velas |
Media libra y seis hachas |
Como podemos observar, en algunos de los conceptos económicos arriba reseñados hay notables diferencias en las cuotas de entrada donde vemos grandes variaciones, así como en la cuota anual, lo que confirma que la Hermandad de los Dolores nace para acoger a una población con pocos medios económicos que no puede sostener el ritmo de pagos de las otras hermandades más poderosas. La Soledad, por ejemplo, rezaba 50 misas por sus difuntos en vez de las 25 de los Dolores y la misa de todos los jueves de la Columna era cantada con diácono y subdiácono, un lujo que sólo la nuestra se podía permitir una vez al año cuyos gastos se amortizaban con una suscripción voluntaria como acabamos de indicar.
Los órganos de gobierno de la Hermandad de los Dolores eran muy simples. En primer lugar estaba un hermano mayor, debiendo ser secular y no eclesiástico, elegido por votos secretos en persona de ciencia y conciencia; seguía en importancia el secretario, elegido por votación, siempre sacerdote, quien sería capellán, con las funciones de guardar la documentación, decir las misas y llevar el control pagando su importe; le siguen el depositario, secular, votado igualmente, dos celadores, elegidos de la misma forma, para vigilar las asistencias a los entierros y el control de las misas, y cuadrilleros, nombrados in voce para el cobro de las cuotas, multas y aportaciones voluntarias, además de un mandatario, para lo que sea mandado, además de llevar la cera y caja a casa de los hermanos difuntos.
El abad Pedro de Toledo y Osorio aprueba las constituciones de la denominada Hermandad del Descendimiento de la Cruz y Nuestra Señora de los Dolores el día 30 de junio de 1689, si bien haciendo dos precisiones. Por una parte, que no podrían ampliar ni restringir el articulado presentado, y por otra, que no se le excusa, según su petición, de visita de inspección por ser parte de la jurisdicción eclesiástica y dignidad abacial.
Años más tarde de la aparición del cuadro que motivó la aparición de esta Hermandad, los "Hermanos de la Escuela de Cristo", institución religiosa fundada en Priego en 1671, solicitaron que se les concediera la capilla de Nuestra Señora de los Dolores para mayor veneración de este cuadro. Para incrementar la devoción, el arzobispo Moscoso, titular de la Diócesis de Granada, concedió 80 días de indulgencias a todos los fieles que rezaran delante de este cuadro.
De la vida posterior de esta Hermandad poco se sabe, puesto que no consta documentación. A principios del año 1802 todavía seguía existiendo pues el Abad de Alcalá la Real, Manuel Trujillo incrementó las indulgencias concedidas a la Hermandad. Durante este siglo XIX se perdería su memoria hasta finales de la tercera década del siglo XX cuando aparece con sede en la ermita del Calvario otra Cofradía con similar nombre.
CONCLUSIONES
Resumiendo todo lo expuesto, podemos señalar como características más sobresalientes de la Santa Hermandad de los Dolores fundada en 1689:
1. Nace dentro del contexto de una época azotada por las plagas de la peste con un articulado muy parecido a las hermandades ya existentes en la localidad, si bien más reducido.
2. El motivo inmediato es el descubrimiento de un cuadro antiguo en la desaparecida iglesia de Santiago, dedicado al descendimiento de la Cruz y la Virgen de los Dolores.
3. El fin principal, al igual que una compañía de seguros moderna, es tener a la hora de la muerte, hachas, cera, caja, misa de cuerpo presente y misas de sufragio. Actos todos que representan una importante fuente de ingresos para el clero, por entonces, sin la actual y sustanciosa ayuda percibida del Estado moderno.
4. Como su titular es un cuadro, (y también por economía) no establecen procesiones de rogativa, ni rifas, ni piden con el cepo por la vía pública. Se dicen dos misas todas las semanas en el altar de su advocación y una para la fiesta, en esta ocasión cantada.
5. Debido a lo exiguo de las cuotas, está abierta a una clase de ciudadanos con poco medios económicos. Se preceptúa la ayuda a los hermanos enfermos y los fallecidos de pobreza probada.
6. No existe número clasus, ni normas xenófobas como en otras hermandades del pueblo.
7. Para su gobierno se eligen, hermano mayor, secretario (siempre clérigo), depositario, dos celadores, cuadrilleros y un mandatario.
8. Están bajo la jurisdicción eclesiástica y a las órdenes del abad de Alcalá la Real, debiendo celebrar sus reuniones en presencia del vicario de la Villa y permitir al inspección del visitador abacial.