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13.11. MEMORIA INFORME. Cursos 1933.34 y 1934.35. Instituto Elemental de Segunda Enseñanza Alcalá Zamora de Priego de Córdoba

 




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Historia de Priego de Andalucía - Temas variados

DE LA FUENTE DEL REY A LA CALLE RÍO

Paseo distendido por la calle más turística de la ciudad de Priego.

© Enrique Alcalá Ortiz



 

E

n este año de pertinaz sequía cuando muchos pueblos de nuestra Andalucía miran al cielo esperando recibir ese líquido ele­mento que tan restringido y esca­so se les ofrece, Priego de Córdo­ba, enclavada en el centro de nuestra región, ciudad barroca, ciudad de la cal, recibe también otro nombre por el que se la cono­ce:. Priego del Agua.

Aunque hoy, muchas de las fuentes y manantiales con los que riega sus fincas y sus huertas han sufrido los efectos del estiaje y sus principales ríos se ondulan esqueléticos mientras recorren sus valles comarcanos, la ciudad conserva y aprovecha en el inte­rior mismo de la población, la denominada Fuente de a Salud, na­cimiento encalvado a unos 800 metros de altitud, manantial que surte, hasta ahora sin graves pro­blemas, a toda la población. Al amparo de sus aguas la ciudad nació, creció y fructificó y más tarde una fuente que en su parte más antigua data de 1586 y según se cree pertenece a Francisco del Castillo que aprovechando lo abrupto del terreno construyó la citada fuente con un estilo manie­rista según la moda italiana, con paramento almohadillado pareci­do a muchos edificios que aún se conservan en Roma y Florencia e imitando al Palacio de Carlos V que se encuentra en la Alhambra de Granada. El segundo cuerpo, llamado Fuente del Rey, fue cons­truido a principios del siglo XIX según un proyectó del artista alcalaíno Remigio del Mármol que esculpió el famoso grupo del Rey Neptuno y Anfitrite. Los lugare­ños, exagerando como buenos andaluces, dicen que la fuente tiene tantos caños como días el año, pero no deja de ser una mentira piadosa ya que su número se eleva exactamente a 139. Es una fuente para que el pueblo la disfrute con asientos de piedra que la circundan completamente y dos escaleras de acceso a am­bos lados de la parte central don­de uno puede beber agua directa­mente del caño o recogerla pera usos domésticos. El nombre de Fuente del Rey sólo se le cambió oficialmente el año 1842 por el de Fuente de la Fama o Fuente de Priego, pero duró poco el cambio. Al paseo-jardín que la circundan y embellecen se le nombró Paseo de María Cristina en honor a la reina. 

La calle Río 

Y siguen las aguas por una ca­lle que necesariamente ha de lla­marse Río. Las aguas de este cauce crean los topónimos de muchas de las calles de la ciu­dad, algunos de ellos perdidos oficialmente pero que deben ser re­cuperados: Lavadero, Puerta del Agua, Noria, Puente de Tablas, Horno Acequia, Calle de Tintes; Ribera de Molinos, Molinos, etc. Alrededor del curso de las aguas surgieron molinos, hornos, carnicerías, fábricas de tintes, indus­trias sederas y lavaderos.

En siglos anteriores al nuestro la pequeña burguesía prieguense fue acaparando todos los inmuebles de esta calle del Río por una razón muy simple: las aguas. Hasta el año 1926 que no se ca­nalizaron las aguas para uso de todos los vecinos de Priego, sólo tenían agua las personas con sufi­cientes recursos económicos que podían traerla a sus casas direc­tamente del río, instalando ellos mismo sus propias cañerías.

Así de esta forma, se fueron construyendo hermosas casas residenciales que poseían agua cristalina tomada del limpio ma­nantial, pero que al mismo tiempo evacuaban al cauce sus desechos. Vivir pues cerca de la fuen­te, por estas fechas, fue un privi­legio de los económicamente fuertes. El agua corriente a domi­cilio era un lujo al alcance de unos pocos.

La calle Río haciendo honor a su nombre fue creciendo sinuosa­mente siguiendo los meandros del cauce y quizá sea éste un as­pecto que la hace atrayente y misteriosa. El viandante no sabe las sorpresas que se va a encon­trar en cada una de sus curvas serpenteantes. Destacamos en su recorrido la ermita de Nuestra Señora de las Angustias, mandada construir por María Josefa del Mármol en estilo barroco y la igle­sia parroquial de Nuestra Señora del Carmen de interior barroco y fachada neoclásica.

La arquitectura de sus edificios tiene una mezcla que a veces hace romper su encanto. Se destacan la Casa de la Cultura, anti­gua residencia de la familia Casti­lla, que ha sido Instituto Laboral, Escuela de Formación Profesio­nal y que actualmente alberga el Aula de Música del Conservato­rio, la Biblioteca Municipal, C.E.P., E.P.O.E., Movimiento de Renova­ción "Marcos López? y la ?Escue­la Taller Juan de Dios Santae­lla". Se conserva la estructura arquitectónica de la fachada del Colegio de las Angustias, obra del siglo XVIII, y algunas ca­sas de dos pisos que siguen el modelo de construcción del siglo XIX y poseen bodegas. Pero lo más sobresaliente es el aspecto señorial del conjunto. En toda esa decoración tuvo mucho que ver Francisco Ruiz Santaella, paisano que diseño muchas de las portadas con que se enorgullece la calle. Un detalle típico son los fa­roles y lámparas que todavía exis­ten en las fachadas de algunas casas y que nos recuerdan épocas en las que había poca ilumi­nación pública. Otra casa desta­cada, por lo que significa para el pueblo, es la casa donde nació el primer presidente de la II República Niceto Alcalá-Zamora, dona­da por sus hijas a la ciudad y en cuyo patio existe un busto del presidente pagado con suscripción popular.

Desgraciadamente en las dé­cadas de los sesenta y los seten­ta se hicieron edificios, pretendi­damente modernos, de hasta cinco y seis plantas que han veni­do a poner una nota de mal gusto en lo que tan hermosamente se había conservado.

Sobre la calle Río, habrían de incidir necesariamente los avata­res políticos y su nombre se ha visto cambiado en numerosas ocasiones. El año 1842 con las re­voluciones liberales recibe el nombre de General Riego. En las postrimerías del siglo XIX -1897- con motivo del asesinato de Cánovas del Castillo se la bautiza con su nombre para honrarlo. Más tarde, en 1910, cuando Niceto Alcalá-Zamora, hijo predilecto de la ciudad, empieza a destacar en política se le da su nombre.

En el Alzamiento del año 1936 recibe el título de Héroes de Toledo, y con la llegada del actual régimen democrático se la denomina con el nombre que nunca llevó en este siglo: Río. El pueblo sabio, a pesar de tantos cambios, siempre la siguió llamando Río.

Aunque existen algunos comercios y bares, la calle Río es una calle residencial más que comercial. Desemboca en la denominada popularmente Plaza, y se abre como un abanico a las calles Torrejón, Mesones, Ribera, Solana, Cava, Paseíllo y Carrera de las Monjas. La calle termina, no así el caudal de las aguas que sigue siendo alimento de cuerpos y almas.

 





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