© Enrique Alcalá Ortiz
a historia del Hospital de San Juan de Dios se inicia en 1637 cuando don Juan Herrera y Aranda dona sus bienes para la fundación de un hospital, bajo la advocación de San Onofre, siendo primer patrono fray Justiniano Sánchez que renunciaría a favor del duque de Feria y marqués de Priego quien agregó otro hospital que existía anteriormente llamado de la Caridad.
En un principio, el hospital contaba con camas para hombre y mujeres, servicios religiosos y enfermeras. Más tarde se encargan los Hermanos de la Orden de San Juan de Dios, hasta la desaparición de esta orden hospitalaria y la desamortización de sus bienes.
El patrón del hospital desde 1836 es el Ayuntamiento de Priego hasta el 11 de enero de 1883 cuando la organización, orden y cuidado de los enfermos pasó a manos de las Madres de la Caridad de Nuestra Señora de las Mercedes, fecha en la que se otorga escritura de convenio y obligación entre el Teniente de Alcalde D. Francisco de Paula Martínez y D. Juan Nepomuceno Zegrí, fundador de la Conferencia de Nuestra Señora de las Mercedes. En dicha escritura se encarga a seis madres mercedarias la asistencia a los enfermos, por lo que recibían la cantidad de 2.500 pesetas anuales.
En 1900 se reclasifica el Hospital como Civil y Beneficencia particular de San Juan de Dios y se le otorga un reglamento aprobado por R. O. de 20 de agosto de dicho año. Por dicho reglamento, la directiva del Hospital recae en una Junta de Patronos. En 1935 se procede a la firma de un contrato entre Hospital y Ayuntamiento para la instauración de una Casa de Socorro.
En 1947 dieron comienzo unas importantes obras de remodelación del hospital que terminaron en 1954. Más tarde se firma un convenio para efectuar servicio de maternidad. En 1984 se cancela el concierto con el INSALUD, relativo a servicio de maternidad hospitalario, debido a la falta de demanda de este servicio.
Desde esa fecha, la actividad de las Hermanas se encauza hacia el cuidado de jubilados en las instalaciones hospitalarias reconvertidas en habitaciones de residencia. Los principales ingresos, provienen de la aportación de los 28 residentes que hoy ocupan el Hospital, de la subvención otorgada por la Excma. Diputación por residentes que no reciben pensión alguna y por último de las rentas de las fincas patrimonio de la institución. Por otro lado, las Hermanas Mercedarias de la Caridad gestionan el centro de una forma gratuita, si bien el Patronato les concede, una pequeña gratificación, cuando los ingresos lo permiten, yendo esta gratificación a la Congregación central y nunca a la comunidad de Priego.
Estos han sido, en resumen los esfuerzos más importantes realizados por esta institución secular a lo largo de sus más de 350 años de historia, dedicados siempre al servicio de la comunidad Prieguense.
La noticia de la marcha de las Hermanas Mercedarias que atienden la residencia de ancianos con sede en el antiguo hospital de San Juan de Dios de esta localidad, ha llenado de honda preocupación a la sociedad prieguense y de la que soy su portavoz.
Durante más de un siglo la labor de las Hermanas ha sido encomiable, realizando un trabajo social muy importante en una comunidad con escasos medios para llenar sus necesidades históricas. Sus labores hospitalarias en general, acogida y educación de huérfanos de guerra, casa de socorro, maternidad y últimamente residencia de ancianos han sido ejemplares. Prestaciones con las que tradicionalmente se han ganado el cariño y aprecio de los ciudadanos de Priego que ha visto siempre a "sus hermanas" como un componente imprescindible dentro del campo de la ayuda comunitaria desinteresada. El reconocimiento de esta gran dedicación en pro del desvalido y necesitado se ha visto, en parte refrendado, cuando en 1988 se le entrega el título de "Prieguenses del año". Distinción que contó con el beneplácito de amplios y variados estamentos de nuestra localidad.
Si bien muchas de sus actuaciones tradicionales a las que se han dedicado durante los cien años de su permanencia en Priego se han hecho cargo las instituciones locales y autonómicas, su actual trabajo como residencia de ancianos viene a llenar unas carencias todavía no completadas por las instituciones públicas. Tesis que se demuestra por el alto número de acogidos que se inscriben en los tres centros en funcionamiento, los cuales siempre tienen sus plazas cubiertas, y que por lo tanto son insuficientes para atender toda la demanda existente.
La marcha de las hermanas de la Conferencia de Nuestra Señora de las Mercedes ubicada en las instalaciones del antiguo hospital de San Juan de Dios, y el consiguiente abandono de su residencia de ancianos, aumentará en nuestro municipio este problema social cuya solución la consideramos prioritaria.
Por esta razón instamos a M. Provincial de la Conferencia a que reconsidere el acuerdo tomado, para que los ciudadanos de nuestro municipio puedan seguir disfrutando de un servicio social tan importante e imprescindible.
