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12.014. NICETO ALCALÁ-ZAMORA Y PRIEGO DE CÓRDOBA

 




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Historia de Priego de Andalucía - Esas calles tan llenas de historia

EL NOMBRE DE LOS NOMBRES. (II)

Hipótesis sobre el origen del nombre de Priego.

                                                            © Enrique Alcalá Ortiz



  

 

    L

a frase "un nombre para toda la vida", es frecuentemente cierta para mu­chos seres, pero no lo ha sido para denominar a nuestro pueblo. Su lexema actual -muchos autores lo han tratado- ha ido metamorfoseándose a lo largo y ancho del tiempo, hasta desembocar en el que ahora tenemos: Priego de Córdoba.

                Después de la conquista castellana, aparece en sus documentos los nombres de Pego y Pliego que evolucionan rápidamente hacia el Priego actual. Atrás se habían quedado definitivamente los nombres que los tratadistas árabes le die­ron: Medina Bahiga, Medina Baga, Medina Bago, Bega, Baguh.

                Durante toda la época moderna a Priego se le añade en los documentos un complemento para determinarla geográficamente y diferenciarla de otros ho­mónimos, llamándosela Priego de Andalucía. Una de las veces, que hemos en­contrado en acta esta denominación, data del año 1797 y aparece en el docu­mento de donación para obras pías que hizo el abad Ilmo. Sr. don José Mar­tínez Palomino, de Alcalá la Real. En dicho documento, cuando cita a nuestra ciudad, lo hace con el poético nombre de "Villa de Priego de Andalucía".

                A principios del siglo XVIII ha de llegarle uno de sus primeros títulos ho­noríficos: "Muy Noble y Muy Leal y Nobilísima". Conseguido gracias a la

ayuda en soldados y armas que la villa de Priego pone a disposición de Felipe V, aspirante al trono de España en la guerra de Sucesión[1].

                En los últimos días del mes de octubre del año 1881, el Ayuntamiento, regi­do entonces por don José Luis Rubio, recibe un comunicado del Sr. Goberna­dor Civil de Córdoba, que había recibido, a su vez, del Ministro de la Gober­nación que decía lo siguiente: "El Rey (q.D.g.) se ha servido expedir el Real Decreto siguiente": "Que queriendo dar una prueba de Mi Real aprecio a la Villa de Priego, provincia de Córdoba, y atendido su aumento de población e importancia agrícola y su constante adhesión a la Monarquía Constitucio­nal, vengo en conceder a dicha Villa el título de Ciudad. Dado en Palacio a 18 de Octubre de 1881. Alfonso. El Ministro de la Gobernación. Nemesio Gon­zález. De Real orden lo traslado a V. S. para su conocimiento y demás afectos. Dios guarde a V. Córdoba, 21 Octubre 1881"[2]. El hecho tiene una buena acogida en la villa que, desde entonces, ya se nombra ciudad. A partir de este momento todas las actas comenzarán con la siguiente leyenda: "En la ciudad de Priego...". Igualmente, el título se recoge con orgullo en las actas del Casi­no de Priego, donde aparece por última vez "En la villa de Priego" el día 30 de noviembre de 1881, pero ya en la inmediata acta de diciembre se cambia por el nuevo título.

                Desafortunadamente no hemos encontrado esa claridad y precisión para el complemento "...de Córdoba", con el que acompañamos hoy el nombre de nuestra ciudad.

                Cuando se repartió el primer servicio por los Reyes Católicos, los receptores del mismo metieron a Priego en el partido de Córdoba, a pesar de pertenecer a la abadía de Alcalá la Real, en el partido del Obispado de Jaén. Fue en las Cortes de Cádiz, y en el trienio liberal (1820-.1823), cuando se hace una rees­tructuración de los antiguos reinos -Jaén, Granada, Sevilla y Córdoba- en los que estaba dividida la región andaluza, y fue un granadino de Motril, Francisco Javier de Burgos, quien llevó a cabo, con éxito, esta remodelación territorial, convirtiendo los cuatro reinos de Andalucía en las ocho provincias actuales. Probablemente -y esto es sólo una hipótesis, por ahora- el com­plemento "... de Córdoba" proceda de este hecho.

                La primera prueba escrita que hemos encontrado se remonta al año 1883 y aparece en una etiqueta que está pegada en el libro de actas del Casino, que di­ce así: "Imprenta, Librería y Encuadernación de Miguel Carrillo. Priego de Córdoba".

                En los libros capitulares aparecerá de esta manera muy tardíamente. El 1 de enero de 1924, en los sellos a tinta violeta, hace su primera aparición. De una forma escrita manualmente nos lo encontramos el 20 de marzo de 1924, en un informe que presenta al Ayuntamiento don Francisco Adame Hernández. Pe­ro es el 7 de marzo de 1926 cuando aparece de una forma definitiva, por pri­mera vez, en acta el siguiente comienzo: "En la ciudad de Priego de Córdoba...". Era entonces Alcalde don José Tomás Valverde Castilla. Y, siempre así, hasta hoy.

                Hemos encontrado un solo caso de la pérdida, -cambio oficial mejor- de un heredado topónimo. Se refiere al pequeño núcleo de población llamado Cortijo del Judío, Cortijos de los Judíos o Cortijos del Judío, con estos dife­rentes morfemas aparece. Se produce éste en septiembre de 1901. Los vecinos acababan de construir, sobre terreno realengo de 20 metros de largo y 10 de ancho, en el sitio que ocupaba una Santa Cruz, un templo destinado al culto divino. En un memorial que presenta don José Pablo Marín Ordóñez y otros moradores, solicitan que el nombre de "Aldea de Cortijos de los Judíos" que lleva en la que viven, se cambie por el de "Aldea la Concepción", nombre que suena mejor, que es más conforme con las creencias católicas de los morado­res y con el nombre de la Iglesia que a sus expensas acaban de construir.

 

LAS CALLES DEL DIECIOCHO

 

    L

a mejor y única[3] descripción de las calles de nuestro pueblo en el siglo XVIII la tomamos de Pedro Alcalá-Zamora que nos dice textualmente el año 1798[4]: "El casco de Priego tiene 63 calles y dos plazas que por hallarse si­tuadas casi en los extremos opuestos, sirven para el mercado de verduras, pes­cado, carne de cerdo y aves. Una placeta formada por la conjunción de siete bocacalles[5] que parten desde aquel punto como centro. Las calles son, en su mayor parte, tortuosas pero anchas y bien acompañadas de edificios. Están todas empedradas, excepto tres, las más principales y anchas que tienen arre­glado el piso con tierra del picado de la piedra tosca y en invierno y en verano están como losadas para los transeúntes, sin incomodarles el barro ni el polvo. Hay 1823 casas de morada en el casco y su posición sana hacen que se habiten los bajos todo el año. Las casas de las personas algún tanto acomodadas tie­nen arriba el piso principal y, sobre él, otro que denominan terrado y sirve particularmente para custodiarlos granos y otras prevenciones. Debajo del pi­so principal hay bodegas abiertas en la piedra tosca y sirven para ocuparla más generalmente con los vasos en que custodian el aceite, vino y vinagre. Las ca­sas de la gente más pobre tienen sus cámaras o piso principal sin otro techo que las cubra que el tejado. Las de las aldeas y cortijadas están edificadas co­mo las últimas y muchas cubiertas de retamas en lugar de tejas. Cuenta Priego en su campo 3.875 vecinos con 14.027 habitantes y la mitad del vecindario está diseminado en toda la superficie de su término".



[1] Libros Capitulares de los años 1704, 1705 y 1706.

[2] A partir de este momento, cuando aparezca en el texto la fecha del Acta Capitular de donde hemos sacado el dato que comentamos, no daremos nota aparte, ya que enten­demos que está suficientemente localizable y justificado. 

[3] Ya que Luis María Ramírez y de las Casas-Deza en su libro titulado Corografía de la Pro­vincia de Córdoba hace un servil plagio del manuscrito de Pedro Alcalá-Zamora, agrava­do el hecho por la desfachatez del copista que no cita siquiera la fuente de la que bebe.

[4] ALCALÁ-ZAMORA, Pedro, Apuntes para la Historia de Priego, compuesta en el año 1789. Boletín de la Real Academia de Córdoba.

[5] Se refiere a la Plaza de Andalucía (Plaza del General Franco) ya que en la plaza del Paseí­llo estaba el convento de las monjas de la Orden de Santa Clara, que no fueron exclaus­tradas hasta el año 1868 (el de la Gloriosa).

 





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