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12.054. EL CASTELLAR DE PRIEGO EN LA PRENSA CORDOBESA

 




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RELIGIOSIDAD POPULAR. Cofradías y hermandades - Apuntes históricos

NAZARENO

Pontificia y Real Cofradía y Hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno, María Santísima de los Dolores y San Juan Evangelista.

 © Cofradía

         PONTIFICIA Y REAL COFRADÍA Y HERMANDAD DE NUESTRO PADRE JESÚS NAZARENO, MARÍA SANTÍSIMA DE LOS DOLORES Y SAN JUAN EVANGELISTA.

          SEDE 

L

a devota imagen de Jesús Nazareno, desde finales del siglo XVI, ocupó diversos lugares en la iglesia de San Francisco.

La cofradía de la Concepción cedió su capilla para que en su lugar se formase la de Jesús Na­zareno. Las obras de la nueva capilla comenzaron en 1731. Su decoración se realizaría a partir de 1756. Se acabó la capilla en 1760.

Documentalmente, no se sabe quién fue el autor de esta capilla, pero sin duda creemos que debió serlo el propio Sánchez de Rueda, como también señala Taylor. Él haría la planta que a finales de 1730 estaba confeccionada. Le relevaría su discípulo Juan de Dios Santaella.

Esta capilla es un organismo centralizado de planta hexagonal que, como bien señala René Ta­ylor, recuerda a las capillas idénticas que Hurtado dispuso en el Sagrario de El Paular.

En alzados, los muros del primer cuerpo pre­sentan una serie de grandes hornacinas poco profundas, similares a las de la capilla del Car­denal Salazar, y unos arcos que se comunican con el presbiterio y la nave lateral. El segundo cuerpo, no tan alto como el anterior, repite sus arcadas, las cuales incluyen unas tribunas que se interrumpen al llegar a los machones. Estas tribunas no se comunican directamente, sino a través de una galería oculta por los machones y unos muros; éstos, a su vez, tienen unas arcadas más pequeñas y, en algunos casos, unos ósculos. Se corona el conjunto con una cúpula gallonada que surge de una dinámica cornisa, que anuncia lo que más tarde se realizará en el Sagrario de la parroquia de la Asunción. La luz proviene funda­mentalmente de las ventanas que se abren en los gallones de la cúpula, aunque también, de forma más parca, de los ósculos de los muros frontales de las tribunas. Por ello, la luz, que tiene su origen en zonas altas, no perceptibles desde fuera de la capilla, fomenta un misterio que sorprende a todo el que visita esta iglesia.

En mucho, estas estr ucturas y luces nos recuerdan las de la gran cámara del Sagrario parroquial y, en virtud de ello, se debe considerar a esta capilla como el precedente más inmediato de aquélla. En un principio, además, la imagen de Jesús estuvo colocada en un tabernáculo central y aislado, concebido como verdadero eje de la composición. No menos importancia que la iluminación tiene el ornato, de elegantes y disper­sas yeserías, estilísticamente semejantes a las de la nave de la iglesia. Muy características de esta capilla y del estilo de Santaella en general son las composiciones que hay en los ángulos, a la altura de las tribunas que se resuelven como especie de veneras con abundantes y diminutos planos, de delicado tratamiento, distante del más áspero de la Asunción. Asimismo son propias del arte de Santaella las labores de las pechinas, de tan nervioso y apretado diseño.

Tres de los lados del tabernáculo se aprove­charon en el primer cuerpo del retablo mayor y en los colaterales, labrándose el segundo cuerpo del retablo central a partir de 1790. De esta ma­nera se consiguió una especie de gran tríptico. Tanto el primer cuerpo del retablo mayor como los retablos laterales, se deben atribuir a Juan de Dios Santaella, por su estilo. Su nerviosa y todavía profusa decoración es característica del mencionado Santaella, con lo que se aproxima al rococó. Éste triunfa plenamente en el segundo cuerpo del retablo central, que, según el testimonio documental diseñó o ejecutó el propio Francisco Javier Pedrajas. El gran relieve cuatrilobulado de la Coronación de Espinas ha sido atribuido a Remigio del Mármol. 

 REFERENCIA HISTÓRICA DE LA HERMANDAD 

El 4 de abril de 1593 se funda la Cofradía de los nazarenos de la villa de Priego con sede en la iglesia de San Francisco de Priego de Córdoba. El día 4 de abril se leyó una carta del abad mitrado de Alcalá la Real, don Maximiliano de Austria, fe­chada el día 3 de marzo de ese mismo año, en la que autorizaba la institución y la fundación de la cofradía, confirmada por Clemente VIII.

El 13 de abril de 1593 se celebra un nuevo cabildo. Se acuerda trasladar al abad las conclu­siones del mismo para que confirme la fundación. No hay constancia documental de la aprobación definitiva, pero ésta debió producirse por estar sus estatutos de acuerdo con las normas reinantes para este tipo de asociaciones religiosas.

El 25 de octubre de 1672, se funda la Her­mandad de la Rogativa, previa petición que elevaron al abad de Alcalá la Real los siguientes vecinos de la localidad: Diego de Mora Garrido, Francisco López de Mora, Luis de Rojas, Juan Muñoz de Santaella y Pedro de Mora.

Las reglas de la Hermandad de la Rogativa de Jesús Nazareno fueron aprobadas el 28 de noviembre de 1672. La Hermandad, desde su na­cimiento, se agrega a la Cofradía de los nazarenos de la villa de Priego. Nace debido a la epidemia de peste que padeció la población en el año 1650.

La epidemia se extendió por toda la población en el año 1650, pero no fue hasta el año 1654 cuando se acordó hacer el novenario de misas cantadas con sermón el último día. De esta sencilla manera, la Cofradía de los nazarenos instituye las fiestas votivas de mayo.

 La unión de la Cofradía de nazarenos y de la Hermandad de la Rogativa se produce el 24 de marzo de 1699, previa petición realizada en el cabildo de 24 de febrero de ese mismo año. Para ello, se reúnen Francisco Bernardo de los Reyes, hermano mayor de la Cofradía, y Antonio de Molina Montenegro, hermano mayor de la Hermandad, para realizar la petición al abad de Alcalá la Real.

El primer acuerdo de unificación se tomó el 17 de febrero de 1697. La unificación real finalizada a principios del siglo XIX, sobre el año 1819, tras la aprobación de un nuevo texto de las Constitu­ciones, que se había elaborado sobre la base de otro reformado en el siglo XVIII. 

PASO PROCESIONAL 

La mañana del Viernes Santo el aire huele de otra manera, se dice que todo el mundo es naza­reno ese día en Priego.

Antes de las once de la mañana la multitud de apiña en el Compás de San Francisco a la espera de ver aparecer la imagen de Jesús Nazareno que, a esa hora en punto, sobre su trono y andas realizadas por Francisco Tejero Stéger en 1942, hace su salida de la iglesia de San Francisco ante la multitud que le aclama.

En sentido estricto, la procesión de Jesús Naza­reno del Viernes Santo no es tal, ya que aunque va formada durante una parte del recorrido, el paso de Jesús siempre va rodeado por una muchedumbre de costaleros, personas que se quieren acercar al trono y acompañarle de cerca, cruces... Los costaleros no se pueden cuantificar, a lo largo de toda la procesión pugnan por introducirse debajo de las andas, a veces poniendo en peligro la es­tabilidad del paso, repitiendo un rito iniciático que se pierde en los tiempos. La marcha del paso es muy lenta, hacia delante, hacia atrás, hacia los lados, "¡Padre mío, que lo trepan!"

Así va siguiendo su itinerario por la Carrera de Álvarez, la Ribera, la Carrera de las Monjas, hasta llegar al Palenque donde cambia la procesión y al grito de "paso redoblado? se le da el paso ligero que lo aupará hasta el Calvario. Marcando el paso los tambores y cornetas imprimen un ritmo breve, re­petitivo, desgarrador, que queda grabado en todos cuantos lo oyen, que se dice serían capaces de reconocer en cualquier lugar del mundo. Una vez llegados al Calvario la multitud espera expectante, junto a la Virgen, la bendición, con los hornazos levantados, a todo el pueblo. Es el clímax de la Semana Santa prieguense, a partir de ahí queda el retorno.

La procesión se forma nuevamente en la ca­lle Río, que junto a la Virgen y las imágenes de San Juan, la Magdalena y la Verónica aguardan la bajada de Jesús que siempre envuelto en la multitud recorre el resto de su itinerario hasta ser depositado en su capilla, para el próximo año vol­ver a vivir la mañana del Viernes Santo tal y como se ha hecho por siglos.

Los penitentes, que forman la procesión vis­ten túnica morada, cíngulo amarillo y capirote blanco.

En cuanto a la banda de la Hermandad, aunque tuvo antecedentes como la banda de romanos que compartía con la Columna, se creó en 1976. Desfilan 19 cornetas, 30 tambores, 12 bombos y una escuadra de gastadores que heredó de la antigua banda de los Maristas. En total unos 70 componentes que interpretan ritmos y toques militares y por supuesto el toque ancestral del Viernes Santo del que ya se ha hablado. En 1980 se creó otra banda para acompañar a la Virgen de los Dolores que tiene unos 40 miembros entre tambores y bombos.

               En cuanto a los cultos que la Hermandad orga­niza previos a Semana Santa se realizan sendos quinarios en honor de Jesús Nazareno y la Virgen de los Dolores. 

FIESTAS GLORIOSAS 

Instituidas desde 1654, la Hermandad pro­mueve en mayo solemnes cultos religiosos en los que se han pronunciado memorables homilías a cargo de importantes oradores sacros españoles.

Posee piezas musicales propias de gran valor que son interpretadas en estas fiestas.Como es tradicional, estas fiestas que realizan en voto de acción de gracias las hermandades de la localidad, entre las que destacan la Soledad, la Columna y el Nazareno, exponen a las imágenes en bellos retablos y celebran rifas que pudieron tener su origen a ncipios del siglo XVIII a causa de la falta de limosnas y la crisis económica. 

 NUESTRO PADRE JESÚS NAZARENO 

 Según el libro de cabildos estaba en la iglesia de San Francisco en el año de constitución del a Cofradía (Cabildo de 4-IV-1693). La autoría de la misma -año 1592? se le atribuye al imaginero alcalaíno Pablo de Rojas y la poli­cromía a Pedro de Raxis. Está tallada en madera dorada y policromada.

Jesús Nazareno (162 x 50 cm.) ocupa un lugar preferente en la capilla de la Hermandad, en un camarín octogonal reformado por el montillano Garnelo con motivos procedentes del primitivo trazado del escultor y ar­quitecto Francisco Javier Pedrajas, de mármol con relieves en bronce de los evangelistas y el emblema de la Hermandad. La obra de esta fábrica, en su trazado primitivo, del último tercio del siglo XVIII, es del prieguense Francisco Javier Pedrajas. Garnelo acometió la reforma actual, que comenzó en el último tercio del siglo XIX y concluyó en el ario 1928, gracias a la donación de Paulina de Castilla Ruiz, camarera de Jesús.

Tomamos del catálogo "Escultura barroca en Priego de Córdoba", 1993, la descripción que Mudarra Barrero y Moreno Cuadro hacen de la imagen de Jesús Nazareno:

"La espléndida talla, que fue atribuida a Pablo de Rojas por el profesor Orozco muestra la imagen completa de Cristo, vestido con amplia túnica sujeta a la cintura por una cuerda de la que parten anchos pliegues angulosos que dejan entrever los pies de la imagen y el movimiento del cuerpo, dispuesto en una singular actitud de caminar cargado con cruz, avanzando la pierna izquierda y adelantando la mano derecha para cagar el madero que le hace girar la cintura hacia la izquierda y la cabeza a la derecha en una y dinámica y conseguida disposición de la imagen que conserva su antigua policromía, probablemente de Pedro de Raxis, con fondos dorados sobre los que se han representado follajes y querubines de tonalidades azules.

Importante es el tratamiento de las extremidades y magnífica su cabeza, con barba y cabellera de largos mechones ondulados que enmarcan un bello rostro, de facciones nobles y correctas, de modelado sobrio, con expresión serena y profundo mirar, en el que se condensa el dolor y el sufrimiento de la Pasión, distintas de las interpretaciones del Varón de Dolores de las siguientes décadas que responden a los postulados de Trento.

En la actualidad esta singular imagen de Jesús con la cruz se presenta vestida con túnica y peluca sujeta con corona de espinas, según la transformación barroca que la acercaba al espíritu tridentino.? 

MARÍA SANTÍSIMA DE LOS DOLORES Y OTRAS IMÁGENES DE LA HERMANDAD 

                La Hermandad cuenta con una imagen de candelero de la Virgen de los Dolores, atribuida al círculo de Pablo de Rojas (1592).

                Un San Juan Evangelista, talla en madera policromada, también atribuida al círculo de Pablo de Rojas (1592). Ambas efigies son cotitulares de la Hermandad, junto con la de Jesús Nazareno.

                Siguiendo la tónica de las hermandades nazarenas, la nuestra, completa su trío con la Verónica ?escuela granadina, siglo XVII- y María Magdalena, obra del imaginero local Niceto Mateo, 1996. Todas ellas procesionan el Viernes Santo.

                Hay que destacar, que la Hermandad cuenta con dos excelentes tallas de crucificados: el Cristo Chico  Pablo de Rojas, 1597- y el Santo Cristo ?escuela granadina, 1681-. En la actualidad no procesionan el Viernes Santo.





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