Hay hechos que marcan carácter en la vida de las personas. El casamiento, la muerte de un ser querido, la boda, etc. Y la mili. El servicio militar, sin duda, para mucha gente imprime carácter. De tal forma que muchos dividen su existencia a efectos de cronología diciendo: antes de la mili y después de la mili. Detrás de cada mozo que marcha a la mili hay una moza que queda abandonada, - ¡durante tres años!- y que sentirá una fuerte pena por ese novio que hicieron soldado.
Algunas de las coplas nos recuerdan las Cantigas de Amigo del Cancionero galaico-portugués, en el que la doncella enamorada casi siempre lamenta ausencias y soledades, con actitud de resignación y espera, ante ese tiempo que tan largo se va a hacer. No faltando aquellas coplas que tienen sentido humorístico.
La moza y el soldado
1
Dentro de mi pecho tengo
un canillero dorado,
y, dentro del canillero,
los amores de un soldado.
2
Dime rosita de mayo,
¿quién te ha robado el color?
-Un soldadito de Franco
con palabritas de amor.
3
El día que a mí me digan,
la licencia está en el cuarto,
le entrego el equipo a un quinto
y echo la chanca por alto.
4
En la puerta de una fiesta
todos los hombres son guapos;
pero en llegando la quinta
unos cojos y otros mancos.
5
Estos muchachos de ahora
son como los cigarrones,
que, cuando los llama el rey,
se cagan en los calzones.
6
Las estrellitas del cielo
se visten de colorao,
y yo me visto de negro
porque mi amante es soldao.
7
Los mocitos de hoy en día
son como las cañas huecas,
que cuando los llama Franco
a todos les da cagueta.
8
Mañana se van los quintos,
se llevan los buenos mozos,
y en las esquinas se quedan
cuatro gatos cenizosos.
9
Mañana se van los quintos,
se llevan los buenos mozos,
y nosotras nos quedamos
con los gatos cenizosos.
10
Mañana se van los quintos
y se llevan a mi amor;
ya no tengo quien me tire
chinitos a mi balcón.