17.20. DEVOCIÓN INMACULISTA EN POETAS PRIEGUENSES DEL SIGLO XIX
Al calor de tu tarima
me puse a galantear.
Casi mi llegué a quemar
con el fuego de tu estima,
pues renovaste mi clima
con sana zalamería.
Al encender tu bujía
y las ascuas de tu cisco
yo levanté un obelisco
para darte pleitesía.
1102 Veces visto - Versión para Imprimir
Libro deVisitas