rontera natural entre Andalucía Occidental y Oriental, la vida económica de Priego de Córdoba se ha regido siempre por ritmos de vida particulares. Con una comarca muy extensa y encerrada entre los montes calizos de las Subbéticas, la geografía y la historia han marcado unas peculiaridades en las actividades de sus habitantes que la convierten, siendo una típica ciudad media del interior andaluz, en un pequeño centro industrial, más propio de otras latitudes.
Si bien, su desarrollo ha sido frenado por esos mismos factores:
La geografía.- Priego se encuentra aislado, separado de las áreas de consumo, y,
La historia.- Su desarrollo ha sido siempre coyuntural y participa de la frustración histórica de la industria andaluza.
La agricultura, actividad tradicional, hoy en día en vías de modernización, centra, como actividad primordial o secundaria la vida de gran parte de la población. Pero en Priego, lo peculiar ha sido siempre, y lo es actualmente, la existencia de unos importantes sectores, secundario y primario. Es decir, las actividades propias de un centro comarcal, -comercio y servicios- y, sobre todo, de una industria textil cuya tradición se remonta a los comienzos de la Edad Moderna, cuatrocientos años atrás.
Olivares y huertas
La agricultura se caracteriza por el monocultivo del olivo en los llanos y laderas de secano, y el policultivo de regadío en las huertas que flanquean los innumerables arroyos de los alrededores de la población. Ambos cultivos crean un paisaje en el que el verdor se gradúa hasta desaparecer, dando paso a las crestas pardas o grisáceas de los montes.
En ellos aún subsisten encinares, huellas de la vegetación natural, junto al sotobosque mediterráneo.
Los olivares y las plantaciones de almendros muy escasos, junto a alguna higuera diseminada ocupan los secanos.
El aceite de oliva es el primer producto de la zona. Un aceite exquisito, con denominación de origen que está alcanzando los máximos galardones nacionales y extranjeros. Este aceite es comercializado por alguna empresa de tamaño medio y por las cooperativas olivareras en el resto de España y en Europa.
Las huertas, cultivadas en régimen de aparcería, (hoy en regresión), cultivan tradicionalmente hortalizas, legumbres y frutales. Aunque de menor importancia económica, son origen de una serie de frutos de gran calidad, algunos con caracteres locales muy acusados, en todo caso de una gran variedad: camuesas, peros luises, albarillos o albaricoques, cerezas, ciruelas, servas, y especialmente manzanas, ponderadas por todo el que las conoce. (Decía en el siglo pasado Ramírez de Arellano, en su Corografía -un clásico de la geografía cordobesa- que esas manzanas eran lo mejor de esta tierra). El sistema de cultivo se va modernizando y la rentabilidad está obligando a la desaparición de estos frutales, pero aún pueden encontrarse en el mercado local, comercializadas por los propios hortelanos. Sólo la vid de entre los cultivos mediterráneos, está ausente, desaparecida con la filoxera de finales del siglo XIX.
De la antigua ganadería, propia de esta zona montuosa, sólo quedan vestigios en la existencia de una ganadería de cerda y cabrío muy repartido (minifundista), y en la de algunas granjas y vaquerías modernizadas. Lo mismo ha ocurrido con la apicultura y las actividades forestales, sacrificadas junto a los cereales en beneficio del monocultivo olivarero.
Del textil a la confección
A la vez que esta riqueza agrícola, y debido al tipo propiedad (de tamaño pequeño y medio, tan lejos de grandes latifundios de las campiñas andaluzas), la población de Priego ha diversificando sus actividades económicas, volcándose hacia una industria textil que le ha da personalidad, hasta el punto de ser llamada en algún momento «la Badalona del Sur».
En Priego, las industrias agroalimentarias no representan más del 20% del sector industrial, siendo el sector textil superior al 60%. Estas actividades textiles, representas hoy en día por el gran número de empresas dedicadas confección de ropa, siguen una tradición iniciada con fabricación de tejidos de seda en los siglos XVI, XVII y XVIII. Estas sedas enriquecieron la ciudad y la convirtieron en una pequeña capital monumental del barroco tardío. Tras la decadencia de la industria sedera, en el siglo XIX, parece ser que el textil no desapareció nunca del todo. A comienzos de este siglo renace una industria algodonera que alcanzaría su época de esplendor en las posguerras, cuando el paisaje de nuestra ciudad estaba erizado de las altas chimeneas de ladrillo rojo de las fábricas. De nuevo, en los años sesenta, se produce una fuerte crisis, ante la competencia de los tejidos artificiales, y los especializados obreros textiles prieguenses acuden a las fábricas catalanas, formando con el grueso de la emigración campesina de esos años.
Pero el peso de esa tradición es muy fuerte y el textil prieguense se ha reconvertido en las últimas decenas hacia la industria de la confección, (esta es hoy día segunda fuente de ingresos de la población) en la que se ocupa una población muy joven y con gran espíritu de empresa.
Tallistas y herreros
Pero no se acaban ahí las actividades industriales de Priego. La talla en madera y la forja representan más del 10% del sector industrial.
Seguidores de una tradición que cuenta también con siglos de actividad en nuestra ciudad, todavía quedan algunos talleres artesanos cuyos trabajos de restauración, muebles, tallas religiosas y dorados tienen demanda en toda Andalucía.
También destaca el trabajo en hierro, algunas muestras del cual pueden verse en los enrejados de ventanas y balcones que adornan nuestras calles. De esta actividad también subsisten algunos talleres.
Ambas actividades pueden potenciarse con la formación de nuevos artesanos en las escuelas taller.
Priego: capital comarcal
Por último, el sector terciario es el propio de un centro comarcal. Así, el comercio y los servicios se encuentran muy desarrollados y atienden a una población en parte diseminada por las numerosas aldeas de su término municipal.
El turismo, como actividad económica, tiene grandes expectativas de desarrollo, ya que cuenta cada vez con más alicientes. La creación del Parque Natural de la Subbética y de una Mancomunidad de Municipios que potencien esta actividad viene a sumarse a los ya existentes atractivos naturales y culturales.
La caza y la pesca han dejado de tener peso económico y han pasado a ser actividades deportivas. Un gran número de personas practican la caza menor en el término. La pesca, especialmente el barbo, se practica en menor medida dado el escaso caudal de los cauces fluviales.
En cuanto a las perspectivas de desarrollo, la mejora de la infraestructura viaria que comunica Priego con el exterior va a ser el factor decisivo que puede dar a esta ciudad un nuevo horizonte económico al romper las barreras naturales que siempre han yugulado su expansión. Así, el desarrollo económico puede ser un atractivo más, que unido a la belleza romántica de su paisaje y a la riqueza cultural y artística de esta ciudad, a mitad de camino entre Córdoba y Granada, muy próxima a Jaén y a Málaga, exponente de una Andalucía laboriosa y emprendedora, a la vez que tranquila y festiva.
