© REMEDIOS MARÍA GÓMEZ

 

 

                       

Hoy la campana trajo esencia de rosa, a la calleja blanca.                    

Hoy entre el gozar de los vecinos,

entre el mantón y la guitarra,

desnuda sus calles limpias mi Villa la más amada.

Y es que trajo la copla el eco,

entre la calle angosta y blanca

entre maceta y maceta una tinaja basta,

¡y vive!, o tal vez despierta como antaño.

Tal vez se sienta más mora, bajo su sol prieguense claro.

!Y vive! y su clamor lo lleva todo

convaleciente en una rima... en el canto de un jolgorio.

¡Levanta, hidalga mía, arriba! Allá donde suene tu nombre.

Allá donde te guíe, tu Adarve.

Allá donde el balcón te adorne.

Y siente señora hoy de la inquietud más floreada.

El Corpus embriagará tus rincones y tus entrañas de dulce calma .

¡Flor perenne en el recuerdo de un pueblo que siente perderlo todo!

Hoy tú, ¡Villa eterna! Ensalzas de honor a todos[1].

 

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