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03.09. PRIEGO EN FIESTAS (1852-1952)

 




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Historia de Priego de Andalucía - Crónica negra de Priego según los diarios cordobeses

15. SUCESOS

Sucesos variados recopilados en el ""Diario de Córdoba". (1852-1952).

 



                                                                                                                                © Enrique Alcalá Ortiz 

TIMADORES.- La Guardia civil de puesto de Priego ha detenido a una cuadrilla de timadores que fue a dicha ciudad para ejercer su profesión durante los días de feria, teniendo la mala pata de caer en manos de las autoridades al realizar el primer negocio. Fue víctima de tales caballeros Santiago Leiva Expósito, natural de Almedinilla, vecino de Loja y tratante en cerdos, que preso en las redes que le tendiera una moza llamada María Josefa, de la cuadrilla en cuestión, se dejó seducir por sus encantos y cuando rendido de amor se postraba a los pies de la doncella, parodiando sin duda la escena del sofá  del Tenorio, filtráronse por las paredes, no el comendador y sus acompañantes, sino los compañeros de la dama, que maniataron al galán, robándole 520 pesetas y huyendo con la dama y con los metales. Por fortuna, la benemérita, después de practicar activas gestiones, ha logrado la captura de la cuadrilla formada por los pájaros siguientes: Diego Plaza Suárez, de 34 años, vendedor ambulante, malagueño, vecino de Granada; Manuel Gutiérrez Martín, (a) el Torero, granadino y de 25 años; Paco Miguel (a) el Sevillano, acompañante de María Pepa; José Sánchez López, de Alhama de Granada, vecino de Santa Cruz, de 18 años, y vendedor ambulante, y Antonio Sánchez Romero (a) Losero, granadino y de 14 abriles. La sirena engañadora, Mari-Pepa sigue en libertad y con los cuartos del pobre doncel, pero muy pronto hará compañía a sus colegas, pues la Guardia civil le sigue la pista. (1899). 

OTRO INCENDIO.- A las siete de la mañana del tres del actual se declaró un incendio en la casa número 23 de la calle de Gracia, en la ciudad de Priego, habiéndose quemado dos habitaciones altas.

         No ocurrieron desgracias personales y las pérdidas se calcula que ascienden a 300 pesetas. (1899). 

RIÑA. ECOS DE PRIEGO. (De nuestro corresponsal).- 27 de septiembre. El domingo veinticuatro fue herido gravemente, con arma blanca, José Alcalá Serrano, por Pablo Mérida Vázquez, siendo ambos conducidos, el herido al hospital, donde continúa con su gravedad, y el agresor a disposición del Juzgado. O. (1899). 

ACCIDENTE. PRIEGO.- 23 de octubre.- El 21 fue conducido al hospital, en graves estado, Toribio Nocete Pareja, natural de Fuente Tójar, el cual, hallándose trabajando en la obra de un molino, tuvo la desgracia de que se le cayera encima una gran piedra. (1899). 

ECOS DE LA PROVINCIA.- PRIEGO. 26 OCTUBRE.- La Guardia civil de este pueblo ha conducido a la cárcel del partido a Encarnación Ruiz, vecina del Higueral de Iznájar, porque se apropió contra la voluntad de su dueño de más de una cuartilla de bellotas en el sitio de Lagunillas, de este término. O. (1899). 

RIÑAS. ECOS DE LA PROVINCIA. (De nuestros corresponsales.) PRIEGO.- 1 de diciembre. DRAMA SANGRIENTO.- Disputando en la madrugada de hoy, en la calle Prim, Salvador Bonilla y Francisco Javier Montoro, vinieron a las manos, resultando este último con varias heridas de arma blanca en la cabeza. El herido corrió tras su contrario, disparando un revólver hasta seis veces, alcanzando cuatro proyectiles al Bonilla, que cayó muerto en un salón de Círculo de Obreros, en donde entraron uno tras otro.                      

          Dícese que el Montoro se ensañó dando golpes con el arma homicida, ya vacía, sobre la cabeza del cadáver. Coincidencia: en este mismo mes, hará próximamente treinta años, murió de igual suerte el padre del Bonilla. O. (1899). 

DETENCIÓN.- La Guardia civil ha detenido en Priego a Antonio del Rosal Expósito, que hurtó 46 cajetillas de cigarros a Camilo Aguilera Ruiz. (1899). 

CRIMEN EN PRIEGO.- Entre un hombre y su mujer, vecinos de aquella ciudad, trabóse acalorada discusión hace tres días. El marido descargó un terrible hachazo sobre el cuello de la infortunada mujer, que falleció al poco rato. (1900). 

CRIMEN. ECOS DE LA PROVINCIA.- (De nuestro corresponsal).- PRIEGO.- 28 enero.- Carta extraviada.- El día 23 escribí para el DIARIO una correspondencia, y viendo que no se ha publicado, la repito porque he visto en el número 14685, correspondiente al 25 del presente, que con el epígrafe Crimen en Priego da la noticia de un hecho pero no como yo lo comunicaba.

         Decía que en una casa de la calle de la Amargura, número 19, se promovió una acarolada disputa entre un hombre y una mujer, que hacían vida común y que en el calor de la discusión el hombre, llamado Manuel Pino, dio un golpe con una azada a su manceba, llamada Eduvigis Serrano Onieva, de cuyo golpe resultó ella herida gravemente en la cabeza, y que fue conducida al hospital, donde se hallaba y continúa en grave estado, y el autor del hecho a la cárcel a disposición del Juzgado.

         Como esta noticia se ha dado de distinto modo de cómo yo la refería y como nada se ha dicho de otras cosas, supongo que se ha extraviado mi carta anterior. (1900). 

RIÑA. ECOS DE LA PROVINCIA.- (De nuestro corresponsal). PRIEGO.- 8 de abril.- Hoy, en las últimas horas de la tarde, promovieron cuestión bastante acalorada varios individuos que se hallaban bebiendo en un establecimiento de la calle Mesones, y resultaron heridos siete; uno de ellos con dos heridas de gravedad en el pecho, causadas con arma blanca; otro con un gran mordisco en el labio inferior, y los demás con cortaduras o rasguños de más o menos gravedad.

         No hay para qué decir el alboroto que se originó en aquella calle y en la Plaza.

         El Juzgado entiende del asunto, pues en el momento del suceso se personó en el hospital a tomar declaraciones, mientras el médico señor Entrena se cuidaba de la primera cura de los heridos, ayudado por el practicante.

         El temporal continúa fuerte, tanto en lluvias como en viento y frío.

         En este momento sale para la villa de Luque el ilustrado médico don Miguel Marín, para asistir allí a una consulta motivada por la enfermedad que sufre doña Matilde Fernández Mariscal, esposa de don Agustín Ortiz, farmacéutico de aquella población. O. (1900).





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