UN CRIMEN.- El día 21 del corriente fue encontrado muerto, en el sitio conocido por La Manchuela, del término de Priego, el guardia municipal Primitivo Ariza Ortega. La Guardia civil, que descubrió el cadáver, encontró cerca de él a un hombre que, al ser interrogado, declaróse autor del crimen. Llámase este individuo Manuel Ramírez Escobar y es vecino de la aldea de Castil de Campos, donde tiene una taberna. Según sus declaraciones, mató al desgraciado Primitivo Ariza porque éste le debía el importe de veinticinco cafés y además le denunció a causa de tener abierto el establecimiento a las altas horas de la noche. Para realizar el hecho se valió, como arma, de un escardillo, y después de consumado marchóse a una taberna, en la que tuvo bebiendo con varios amigos, a fin de poder probar la coartada y más tarde fue al lugar en que se encontraba el cadáver, donde le sorprendió la benemérita. (1906). 

DETENCIÓN.- La Guardia civil del puesto de Priego ha detenido a dos gitanos, vecinos de Córdoba, que hurtaron un pavo y una gallina de la finca llamada La Poyata de aquel término. (1906). 

DETENCIÓN.- La Guardia civil del puesto de Priego ha detenido a un sujeto que intentó abusar de una mujer. (1906). 

BUEN SERVICIO.- La Guardia civil del puesto de Priego detuvo el día nueve del actual a Eduardo Mérida Bueno (a) Villagordo, Felipa Arriero Jiménez y Rafaela Jiménez Serrano, esposa del primero, autor y cómplices, respectivamente, de robo de dos mil ochocientas ochenta y siete pesetas, efectuado el día 9 de febrero del año último en una casa extramuros de dicha ciudad, habitada por don Amador Sánchez. Desde aquella fecha venía vigilando al detenido la benemérita, hasta que ya observó que hacía gastos impropios de su posesión, y entonces procedió a capturarlo, encontrando en su domicilio, en un agujero tapado con yeso, 666 pesetas 85 céntimos en metálico y un billete de 25 pesetas oculto entre las cañas del techo. También le fueron ocupadas ropas y efectos por valor de 300 pesetas. (1907). 

DESDE PRIEGO.- ROBO DESCUBIERTO.- Acaba de serlo uno en esta ciudad el 9 de febrero del año último.

         En la noche de ese día, Eduardo García Bueno (a) Villagordo, protegido de don Amador Sánchez Machado, quien le daba trabajo y le ayudaba en épocas calamitosas, con una ingratitud criminal y aprovechándose del conocimiento y hospitalidad que recibía en aquella casa, fracturó un rejón de la misma, en ocasión en que la familia del señor Sánchez había salido, y forzando un arca, sustrajo la suma de 2.887 pesetas.

         Inútiles fueron cuantas pesquisas se hicieron a raíz de la comisión del delito para descubrirlo, pues aunque recaían todas las sospechas sobre el que efectivamente había sido el autor, y se le detuvo e interrogó por este juzgado, como se encerrara en una negativa categórica y no resultase en su contra sino vehementes sospechas, hubo de quedar en libertad, bien que vigilado por el muy celoso cabo de la Guardia civil don Francisco Romero.

         Desembarazado ya de la acción de la justicia el verdadero y hasta entonces impune ladrón, para despistar a aquella, echó a volar la calumniosa especie de que el autor del robo había sido un individuo de la misma familia del robado, cuya falsa inculpación da una idea del cinismo y maldad del calumniador.

         Esto, no obstante, el antedicho cabo de la benemérita y los guardias Chirivella y José Calasanz que le seguían la pista al presunto ladrón, lograron al fin descubrir el robo, del cual ya está convicto y confeso el Villargordo.

         En sus declaraciones ha manifestado que al esconder el dinero robado en la bodega de su casa, tuvo conocimiento del hecho su tía Felipa González, que se llamó a la parte, y le amenazó con delatarlo si no le daba 1.500 pesetas, cuya cantidad tuvo que entregarla. Ésta dice que no recibió más que cuarenta pesetas.

         Hasta ahora lo que ha podido recobrarse son quinientas pesetas y pico que tenía escondidas en una pared el procesado.

         Merecen plácemes los referidos guardias que tan buen servicio han prestado a la justicia y que son los mismos que disolvieron recientemente la partida de Reverte, hiriendo y procurando la captura de este bandido.

         El Corresponsal. (1907). 

D.E.P.- El día 9 del corriente falleció en la ciudad de Priego la apreciable señora doña Mercedes Pedrajas, esposa de nuestro estimado amigo don Luis Usano. Nos asociamos al sentimiento que experimentan dicho señor y la estimada familia de la señora difunta y rogamos a Dios por el descanso de su alma. (1907). 

RIÑA SANGRIENTA.- El día dos del actual, en el sitio llamado Cubertillas, del término de Priego, cuestionaron los vecinos de Fuente-Tójar Silverio Cano Leiva y Matías Barea Sánchez y el primero hizo un disparo de escopeta al segundo, hiriéndole en el brazo izquierdo y en el vientre. La Guardia civil detuvo al agresor y le intervino el arma. (1907). 

PETICIÓN DE INDULTO.- El vecindario de Priego trata de elevar un mensaje a Su Majestad el Rey pidiendo el indulto de José García Alcoba y Manuel Rodríguez Baena, condenados a muerte por la Audiencia de Córdoba, como autores de un delito de robo y homicidio, en causa que se vio los días 26 y 27 de febrero último. (1907). 

ABUSOS DESHONESTOS.- Ante la sección segunda de esta Audiencia se celebró ayer la vista, a puerta cerrada, de la causa instruida en el juzgado de Priego, contra José María Pizarro Luque, por el delito de abusos deshonestos.

         Practicada la prueba sostuvo la acusación el Teniente Fiscal señor Porcel y la defensa estuvo a cargo del abogado señor Iñiguez.

         El jurado dio veredicto de inculpabilidad y el Tribunal de Derecho absolvió libremente al procesado. (1907).

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