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06.03. NICETO ALCALÁ-ZAMORA Y FAMILIARES EN LA PRENSA CORDOBESA. (1888-1949)

 




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PRIEGUENSES EN LA HISTORIA - Francisco Ruiz Santaella: el Leonardo da Vinci prieguense

7. MIEMBRO DESTACADO DE LA SOCIEDAD PRIEGUENSE, ADEMÁS DE INTENDENTE Y ORGANIZADOR DE FIESTAS SOCIALES.

Algunas actividades dentro de la sociedad prieguense.

  © Enrique ALCALÁ ORTIZ



         En las páginas de los diarios cordobeses nos hemos encontrado a Francisco Ruiz Santaella en algunas ocasiones. En la primera de ellas debido a la amistad que mantuvo con Niceto Alcalá-Zamora y Torres, dos años más pequeño que él. En la primera ocasión asiste a la finca La Calderetilla a una comida que le dan sus amigos al anteriormente citado para celebrar su ingreso con el número uno en el Cuerpo de Oficiales del Consejo de Estado. Carrillo nos cuenta: ?ECOS DE LA PROVINCIA.- (De nuestro corresponsal). PRIEGO.- 31 julio. Después de larga ausencia ha vuelto a esta ciudad, uno de sus hijos que la honran con su talento. D. Niceto Alcalá-Zamora, que así se llama el joven a quien me refiero, ha obtenido en Madrid el número uno en las oposiciones a las plazas de oficiales del Consejo de Estado. Dichas plazas son de grandísimo prestigio por los muchos personajes de alta categoría que proceden del cuerpo de oficiales.

         Hoy sus íntimos amigos D. Francisco Ruiz Santaella, D. José Serrano Ramos, D. Francisco Alguacil Alcaide, D. Pedro Alcalá-Zamora, D. Celso Beca E. de los Monteros, D. Daniel Zurita Ruiz, D. José Madrid Linares, don José Cañizares Calderón, D. Maximino  Serrano Torres, D. Baldomero Rodríguez Cobo, D. José Fernández Gómez, D. José Linares Serrano, don Adolfo Lozano Sidro, D. Francisco Serrano Madrid, D. Juan Bufill Torres, D. Bernabé F. de Villalta, D. Paulino Castilla Caracuel, han dado en honor del referido joven un espléndido banquete, el cual se ha llevado a efecto en la poética y preciosa quinta la Calderetilla, propiedad del acaudalado propietario D. Santiago Serrano.

         D. Rafael Serrano Lozano, hijo del dueño del referido vergel, en representación de su señor padre, hizo los honores de la casa.

         El acto resultó brillantísimo.

         A los postres hubo entusiastas brindis, entre los que se distinguieron los del padre de D. Niceto, de su hermano Manuel, el del susodicho joven que, con hermosas frases, en un sentido discurso, expresó a sus amigos el más vivo agradecimiento.

         Damos por tales triunfos la enhorabuena a D. Manuel Alcalá-Zamora, digno padre de este joven, que honra a sus paisanos[1]. Del menú nos hemos enterado por una tarjeta que seguramente dibuja el pintor Adolfo Lozano Sidro, uno de los invitados. Aquel día treinta y uno de julio comieron paella a la valenciana, salmón a la vinagreta, filete a la italiana, pollo a lo rokaberty, entremeses, postres, vino y café.

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         A principios del año 1904 se inauguró oficialmente el alumbrado eléctrico en Priego. Y al día siguiente, invitados por José Tomás Carrillo, se reunieron  en los salones de su fábrica José Lozano Sidro, Rafael Serrano, Manuel Núñez, Juan Camacho, Carlos Fernández y Francisco Ruiz Santaella con objeto de presenciar el envase de la primera caja de sal que el industrial mandaba a la venta, cuyo producto fue premiado en la última Exposición Regional Andaluza de Córdoba[2].

        

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         Siendo teniente Eloy Caracuel Aguilera, y estando destinado en África, en el año 1893, el 28 de octubre demuestra su valor heroico en Melilla, salvando la vida a un teniente de artillería herido, mereciendo mención especial en el parte oficial[3]. Además en esta misma acción, cuenta Carlos Valverde López que el general Margallo queriendo castigar a los rifeños salió al campo pero cayó muerto. Percatados los moros que el general había muerto quisieron apoderarse del cadáver, pero tres valientes oficiales Eloy Caracuel Aguilera, Miguel Primo de Rivera y Arturo González Pascual viendo el intento no quisieron que el cuerpo de su jefe fuera profanado por la morisma, se arrojaron sobre ésta seguidos de algunos soldados y lograron recatar el cadáver.

         En Priego causó general satisfacción, y en el Casino muestran su satisfacción, le compran una espada por 500 pesetas, un retrato suyo se coloca e la sala de lectura y hacen 150 pesetas de donativo para los soldados que les habían ayudado[4].

         Con el cargo de capitán nos lo encontramos en Cuba en el año 1997, ayudante del Batallón de Granada. Allí recibe la triste noticia de la muerte de su hermano Rafael, un joven de 23, fallecido tras una larga enfermedad[5].

         En 1915, desde Lucena donde ejerce su profesión, envía una carta al director de Patria Chica, un semanario prieguense que acababa de iniciar su publicación. Se congratula que en su pueblo se empiece a editar un periódico que simboliza progreso, civilización y un medio de defensa, siendo eco y recuerdo constante para los que viven lejos del pueblo como él[6]. Este mismo semanario en sus crónicas de sociedad da noticia de una visita realizada por Eloy Caracuel, ya Teniente Coronel a Priego, acompañado de los abogados lucentinos Miguel y Antonio  Víbora[7] que habían venido para asistir a la primera comunión de los hijos mayores de Niceto Alcalá-Zamora y a la fiesta que se dio en la finca La Ginesa[8].

         Con ocasión de su ascenso al generalato leemos en la prensa cordobesa: ?BANQUETE A UN GENERAL.- A la una de la tarde de hoy se ha celebrado en el Casino Principal de ésta un espléndido banquete, en honor del general Eloy Caracuel Aguilera, al que hemos asistido hasta un centenar de íntimos amigos del festejado.

         Entre los concurrentes se encontraba también el ex ministro señor Alcalá-Zamora, pariente y amigo entrañable del homenajeado, quien, al terminar la comida y después de los brindis de rigor y de escuchar una sentida y brillante poesía de don Carlos Valverde, usó la palabra para recordarnos los méritos indiscutibles del bravo caudillo: el señor Alcalá-Zamora estuvo tan feliz en su breve discurso, que los delirantes aplausos de la concurrencia le impedían terminar los brillantes párrafos de su arrebatadora oración.

         La concurrencia ha salido del Casino a las cuatro de la tarde, con la grata impresión de haber cumplido un deber de amistad sincera y de haber escuchado uno de los más brillantes y entusiastas discursos, de ese coloso de la palabra, que pinta, esculpe, talla, cincela y describe con las modulaciones de su verbo incomparable.

         Un aplauso más al orador insigne y una recordación de afecto y simpatía al promotor, al alma de esta fiesta señor Ruiz Santaella, que, después de sentarnos a cada cual en su sitio, como amable profesor de párvulos, perdióse para siempre de entre nosotros, resurgiendo después, de terminado todo. ¡Rarezas! ¡Cosas de Frasquito!. Corresponsal. 6-9-1920?[9].

         Por este mismo motivo en este año de 1920, Eloy Caracuel Aguilera es nombrado Socio de Mérito del Casino.

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         En 1926, vemos de nuevo a Francisco Ruiz Santaella en otro banquete multitudinario. Los ayuntamientos de Cabra, Carcabuey, Almedinilla, Doña Mencía, Fuente-Tójar, Nueva Carteya, Zuheros y Priego se reúnen en el Hotel Rosales de Priego, para ofrecer un acto de homenaje de despedida al delegado gubernativo don Rafael Padilla Rodríguez de imborrable memoria en estos pueblos. La carta decía así: Minuta: entremeses, tortilla de jamón y espárragos, merluza salsa mayonesa, pollo con tomate, jamón York, mortadela, pavo trufado, ensalada, flan, postres. Vinos: Montilla, Los Manueles, Oro C.B., Tinto Bodegas Franco Españolas, Jerez, Champagne, café, licores y habanos.

          Ocupaban la mesa de respeto, presidida por el señor Padilla, los señores don Felipe Solís Villachenaus, alcalde de Cabra; don Andrés Muriel Palomeque, presidente de la Unión Patriótica de Cabra; don Elías Sánchez Villón, don Antonio Lama Valdevira, y don Carlos Fernández, de la misma expresada ciudad. El Ayuntamiento de Carcabuey representado por su Alcalde don Francisco Caracuel Ruiz, don Francisco Serrano Galisteo, diputado provincial, y don Joaquín Ayerbe Sánchez.

         El recinto lo llenaban numerosos delegados de los pueblos citados. Entre los de Priego, podemos citar a Antonio Castilla Abril, diputado provincial; Antonio María Ruiz Amores jefe del Somatén; Francisco Ruiz Santaella. Antonio Casas López, notario; Pelagio Serrano Aguilera, José Luque Onieva, Carlos Valverde Castilla,  Antonio Gámiz Valverde y José García Bufill; los señores concejales de este Ayuntamiento, Juan Fernández Gómez,  Antonio Calvo Lozano,  Antonio Jiménez Luque, Arcadio Ceballos Hoyo, Rogelio Camacho Serrano, Francisco Gimeno Rico, secretario de la Corporación; Emilio Luque Muñoz, depositario; Francisco Luque del Rosal, interventor; Bergillos, recaudador y Parreño, veterinario.

         Al descorcharse el champaña, el señor Castilla Abril lee las adhesiones, que son tantas como personas de algún relieve conocen al señor Padilla, y terminada esa lectura el alcalde de Priego, José Tomás Valverde, ofrece al festejado el acto. Habla el señor Valverde con la exquisita corrección y mesurado tono que los son peculiares, con la bella sinceridad de las voluntades libres, sin cadena ni trabazón que los ligue a favores más o menos confesables y con el convencimiento que siente de la gran labor realizada en su gestión por el señor Padilla, y con un ¡Viva España! Y un ¡Viva el Rey!, termina su breve, su exquisito, su bordado ofrecimiento del homenaje. A continuación lee el señor Valverde (don José), un bello soneto de su señor padre (don Carlos), siendo muy aplaudido[10].

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         En las primeras décadas del siglo, nos cuenta Llosgiber unas sabrosas opiniones referentes a las tertulias musicales y sus componentes realizadas en el Casino, en las que destacamos una "mentalidad señorial", norma común de los "señores socios" de aquellos años: "El haber sido asiduo asistente al Casino, por mi próxima vecindad, me hizo disfrutar de aquel ambiente de cordialidad que en él se respiraba, debido, sin duda, a que entonces no existía entre los socios la "democrática camaradería" que ahora padece el mundo. Ello hizo que en el Casino de Priego, cada cual "ocupara su sitio", según su categoría social, cultura, aficiones, etc., formándose grupos separados en habitaciones distintas, como la cocina alta para los amantes de la cacería, la baja, para los juegos carteados, otra para billaristas: la biblioteca, para los amantes de la cultura literaria, y el salón de piano, donde los aficionados a la buena música, formaron la célebre "tertulia del piano" de la que era eje y alma, el inolvidable D. Laureano, a cuya memoria dedicamos estas notas.

                   La descripción de lo que era aquella tertulia o reunión, precisaría ser culto cronista, capaz de reflejar aquel ambiente cultural, ilustrado con las bellas y geniales interpretaciones que al piano hiciera aquel gran Maestro de varias generaciones de Priego. (...)

         Sus diarios conciertos en el Casino, crearon tan extensa cultura musical en Priego, que hasta los más ignorantes en esta rama del arte, llegamos a comprender y hasta "tararear" las más difíciles partituras, como la Quinta Sinfonía de Beethoven y otras, al igual que las de nuestras mejores zarzuelas y operetas. De este ambiente, surgieron las inolvidables veladas literarias y conciertos extraordinarios, que anualmente, por Navidades, tenían lugar en el Salón del Casino, así como la publicación de un semanario local (...)"[11].

         Solían asistir asiduamente: Trinidad Linares Martos, Pedro Candil Palomeque, José Gámiz Cáliz, Antonio Gámiz Cáliz, Cristóbal Gámiz Cáliz, Antonio María Ruiz-Amores, José Linares Serrano, Guillermo Ruiz Martínez, José Ruiz Martínez, Antonio del Espino Espinosa, Eduardo Jiménez Roldán, y en temporadas, debido a sus ausencias: Carlos Valverde López, Adolfo Lozano Sidro, Francisco Ruiz Santaella, Francisco Candil Calvo y José Tomás Valverde Castilla.



[1] CARRILLO: Ecos de la provincia, ?Diario de Córdoba?, número 14517, del 3 de agosto de 1899, ficha número 3 de nuestro libro ?Niceto Alcalá-Zamora y familiares en la prensa cordobesa (1888-1949)?.

[2] CORRESPONSAL: Nueva industria, ?El Defensor de Córdoba?, número 1499, del 4 de octubre de 1904. Ficha 2489 de nuestro libro ?Priego y prieguenses en la prensa cordobesa (1852-1952)

[3] REDACCIÓN: Valor heroico, ?La Unión?, número 732, del 7 de noviembre de 1893.

[4] Para más información sobre este punto consultar el apartado Prieguenses en Maruecos de mi libro El Casino de Priego y otras sociedades recreativas 1848-1998. Dos tomos.

[5] REDACCIÓN: Fallecimiento, ?Diario de Córdoba?, número 13833, 12 de agosto de 1897

[6] CARACUEL, Eloy: Adhesión, ?Patria Chica?, periódico semanal prieguense, 10 de marzo de 1915.

[7] REDACCIÓN: Gacetillas, ?Patria Chica?, periódico semanal prieguense, 6 de junio de 1915.

[8] RUIZ SANTAELLA, Francisco: Fiesta memorable, ?Patria Chica?, número 9, del 25 de abril de 1915.

[9] CORRESPONSAL: Banquete a un general, ?La Voz?, número 223, del 7 de septiembre de 1920. y ?El Defensor de Córdoba?, número 6880, del 14 de septiembre de 1920.

[10] CORRESPONSAL: Homenaje al Delegado Gubernativo de Priego y Cabra don Rafael Padilla, ?La Voz?, número 2428, 29 de abril de 1926. Ficha número 3902 de nuestro libro Priego y prieguenses en la prensa cordobesa (1852-1952)?.

[11]LLOSGIBER: Recordando...  Adarve, 1 de julio de 1962, página 11.





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