Al comenzar la Cuaresma, cada viernes de la misma, la Cofradía de María Santísima de los Dolores organiza la celebración del Vía Crucis. Desde hace algunos años participan en el mismo las distintas Hermandades y Cofradías de Priego, pero hace más años aún, eran los miembros de la Cofradía los que se encargaban de buscar entre los asistentes, voluntarios para leerlas y, recuerdo algunas voces muy particulares y especiales que resonaban en el silencio del amanecer por las vereíllas del Calvario. Era aún una adolescente cuando comencé a hacer el Vía Crucis acompañando a mi madre, después iba acompañada por mi novio que después sería mi marido y actualmente, nos acompañan nuestros hijos, y, como nosotros, vemos a otras personas que han recorrido el Vía Crucis cada año y que las hemos visto crecer, casarse, tener hijos, y a otras que henos visto envejecer, pues siempre hemos sido un grupo de personas fieles a esta costumbre, independientemente de las que van de forma esporádica. El viernes que más me gusta es aquel en el que participan los jóvenes que están en Catequesis de Confirmación, ¡qué alegría ver a tanta gente joven! Hoy en día es muy difícil ver a tantos jóvenes en algo que tenga que ver con la Iglesia, es por eso que disfruto tanto este día.

         Os aseguro que es una buena manera de prepararnos para la Semana Santa, pues cada una de las catorce estaciones que componen el mismo,  nos recuerda uno de los episodios que Jesús sufrió durante su Pasión y Muerte, y a la vez se hace una reflexión obre las circunstancias que vivimos en nuestra vida diaria y que puede tener similitud con la Pasión de Jesucristo. La verdad, nos hace pensar en nuestra propia vida. A parte, también es maravilloso ver el amanecer desde la explanada del Calvario, cómo el horizonte se vuelve rojizo y las nubes parece que tuvieran un foco de luz detrás, y así es, poco a poco va despuntando el sol, iluminando todos los campos y todo el pueblo, igual que Jesucristo va iluminando nuestra vida y nuestro corazón para que pensemos un poco más en los demás y menos en nosotros mismos.

         Desde estas líneas invito a los que las lean que vayan alguna vez al Vía Crucis y comprenderán mejor las vivencias que en las mismas expreso.

1013 Veces visto - Versión para Imprimir