© Enrique Alcalá Ortiz

         En el año 1995 será la primera vez que el Ayuntamiento toma la iniciativa para revitalizar un Carnaval bastante apagado donde las únicas iniciativas partían de los pubs y discotecas que organizaban sus concursos de disfraces con el objeto de atraer clientes y hacer el consiguiente negocio. Incluso esos lugares se veían poco concurridos siendo esta tónica la general por las calles del pueblo

         Para este año, la Delegación de la Juventud realizó una fiesta extraordinaria en el Paseíllo que estuvo muy animada, porque acudió un público infantil y juvenil de los diferentes colegios públicos y privados.

         El corresponsal de ?Adarve? a la vista de unas fiestas tan apagadas hace un llamamiento a todos los grupos y asociaciones culturales para que no dejen perder el Carnaval en Priego, proponiendo organizar concursos de chirigotas y comparsas con grupos de la localidad.     

         Para el año 1996 la Delegación de Festejos del Ayuntamiento incrementa los actos iniciados el año anterior y en esta ocasión organiza y financia dos. El primero de ellos se organizó el viernes 16 de febrero en el patio de la Casa de la Juventud, donde acudieron más de mil niños con sus correspondientes papás, vestidos con una gran variedad de trajes multicolores como hadas, brujas, indios, payasos, animales variados, caperucitas, personal de hospital, dráculas y diferentes personajes de los cuentos y películas. La animación musical corrió a cargo del grupo de jóvenes Cambalache, que llevó a cabo una serie de juegos, canciones colectivas y karaoke tan del gusto de la grey infantil. Cuando llegó la hora de la merienda se repartieron más de mil bocadillos y otras tantas latas de refrescos. El pan y circo de los romanos había resultado todo un éxito,

         El segundo acto se llevó a cabo en el Paseíllo ya dirigido a jóvenes y adultos. Se organizó un concurso de disfraces y se contrató la orquesta Latino para amenizar una fiesta que no logró levantar vuelo, puesto que cuando se terminó el concurso de trajes, el recinto se quedó casi vacío y fueron pocos los que acudieron al karaoke organizado para distraerlos. De nuevo el corresponsal insiste que se deberían hacer concursos parecidos a los de Cádiz y organizar un desfile de máscaras por las calles de Priego y terminar con una gran fiesta, implicando en ello a las organizaciones culturales de Priego y aldeas. Finalmente, veremos más tarde que ambas ideas se hacen realidad, aunque la primera tuvo pocos años de vigencia.

         Para el año 1997, la Delegación de Festejos introduce algunas modificaciones en la fiesta. Parece que va buscando algo que cuaje definitivamente y llegue al gran público, incluso se edita un cartel y se reparte un programa de mano. Por ahora es el primer cartel del que tenemos noticias editado por el Excmo. Ayuntamiento para estas fiestas. Se inicia pues una tradición que todavía continúa.

Para abrir boca, el día del concurso de disfraces, el sábado, se organizó un pasacalles con la Banda Parranda y los Cabezudos Bailones de La Carolina que terminó en el Paseíllo donde se concentraron las máscaras para efectuar el concurso. La locutora Malu Toro fue invitando a diferentes grupos y vestidos individuales al escenario para ser vistos por el jurado y el público. Acción que se hizo excesivamente pesada porque desfiló además mucha chiquillería mezclada con los jóvenes y mayores. Los cinco premios se otorgaron de la siguiente forma:

* Disfraz más original, El Robot. Rafael Toro Sánchez. (9.000 pesetas)

* Más simpático, La Mariposa. Eugenia Montes del Caño. (9.000 pesetas).

* Mejor disfraz individual, Medio novia, Medio novio. Rosa María Pareja Toro. (9.000 pesetas).

* Parejas, Los San Pancracios. José María Espinar López. (19.000 pesetas).

* Mejor disfraz en grupos Transfusión sanguínea. Luis Carrillo Gutiérrez. (14.000 pesetas).

         Para el domingo, se preparó una fiesta infantil más parecida a una feria que a un Carnaval. Se instalaron en el Paseíllo una serie de castillos hinchables para que los numerosos niños, libres de zapatos, desafiaran las leyes de la gravedad, saltando por los aires y dando numerosas volteretas para quemar energías y hacer ganas de comer. Mientras tanto, un trenecito daba vueltas circulares iniciando su recorrido en la Plaza la Constitución y siguiendo por Casalilla, Trasmonjas y vuelta a la fachada principal de la Casa Consistorial, siempre atiborrado de clientes infantiles, que estaban animados por el grupo ?Casería de la Música? de Mancha Real.

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