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RELIGIOSIDAD POPULAR. Cofradías y hermandades - Hablan del Nazareno de Priego

31. EL AÑO DE LAS ANDAS DORADAS

El trono barroco del tallista Francisco Tejero.

 



              

© Enrique Alcalá Ortiz

 

                        Durante más de doce años, no se van a tener noticias de las fiestas de mayo referentes al Nazareno, sólo una durante la Dictadura de Primo de Rivera y nada durante la República y la Guerra Civil.

                        Aparecen de nuevo con un resplandor inusitado en el año 1942. Ocurre durante el mandato del inquieto y trabajador Hermano Mayor, Julio Matilla Pérez que consigue construir unas andas talladas y policromadas.

                        Veamos algo de historia de estas andas que tanta historia han hecho. Hasta la fecha, el trabajo del tallista Francisco Tejero Stéger se había visto limitado a la realización de los adornos tallados que llevaban los dormitorios, comedores y otros muebles, además de arcones y cornucopias. Sin embargo, la oportunidad llamó a sus puertas para que hiciera una obra plenamente suya donde pudiera lucirse y echar fuera todo lo que llevaba dentro. Esto sucede en el verano de 1940, cuando sigue siendo nombrado como Gestor del Ayuntamiento. Por estas fechas, se iniciaría un proyecto que le daría a Francisco Tejero una fama inusitada y bien ganada como artista de la madera. Consistió éste en el encargo de unas andas, talladas y doradas para la imagen titular de la Pontificia y Real Cofradía de Jesús Nazareno.

            Se vieron en la junta de oficiales de la Cofradía dos proyectos que presentó el tallista y al que más gustó se le hicieron unas indicaciones para que lo reformara y lo presentara de nuevo. Lo que hace a finales de año, quedando los oficiales algo complacidos, pero no del todo, porque no obstante quisieron ampliar nuevas propuestas de otros artistas y deciden viajar a Sevilla para ver los tronos de aquella ciudad, quedando después maravillados de lo que allí vieron. Con los proyectos sevillanos en la mano y otro nuevo de Francisco Tejero, le piden que haga ciertos cam­bios y que vaya a Sevilla para que a la vista de aquellos tronos con tanto arte como allí había, adaptase su tercer proyecto. Por fin, a finales de mayo de 1941, a la vista de los proyectos de Se­villa, alguno de ellos de José Carrera, y el nuevo de Tejero con las reformas sevillanas se aprueba el de éste por unanimidad ?por ser el que merecía el máximo de arte y riqueza de tallas?, y ade­más por el precio pues algunos sevillanos se elevaban hasta las 125.000 pesetas.

                El 2 de junio de 1941 se firma el contrato para la realización de un trono en madera de pino de Flandes con los plafones de nogal, por un importe de 25.000 pesetas. Las dimensiones se­rían algo no visto en la ciudad de Priego: 400 x 200 x 80 centímetros. Los cuatro candelabros de los ángulos, desmontables, medirían un metro de altura y los del centro, proporcionados con los otros, irían tallados con hojas de gran relieve. En cuanto a la talla general se estipulaba una pro­fundidad de hasta cinco centímetros y los salientes de hasta diez. Los plafones de nogal irían ins­pirados en escenas de la pasión, excepto los escudos de España y de Priego. La entrega de la obra en blanco debidamente afinada para su dorado y policromada debería hacerla para primeros de febrero del año siguiente, dejando el dorado para contratarlo aparte, según las indicaciones del tallista. En el contrato queda claro que la Cofradía no quiere una obra cualquiera, sino algo extraordinario, llena de gusto y belleza: ?Deseando conseguir una obra de verdadero arte, no po­demos ceñirnos sólo a una talla de gran relieve y una exacta proporción en las medidas, sino que ha de poner el señor Tejero tal interés en la ejecución del trabajo, para lograr una verdadera obra tan afinada que resulte del más afinado gusto[1]".

                Por la consecución de esta loable gestión, se le concede al Primer Teniente de Hermano Mayor, Julio Matilla Pérez, un voto de gracia muy caluroso. Y no era para menos, todos eran cons­cientes de que estaban haciendo algo sobresaliente. Dentro de su actividad cofradiera, ésta era la segunda gran obra que conseguía el afán realizador del inquieto Hermano Mayor. Durante los años de la guerra civil, siendo también directivo máximo de la Cofradía de los Dolores consigue hacer una ermita nueva en el Calvario, sacando dineros de aquí y de allá. A pesar de los cambios externos que se han hecho posteriormente en la ermita, la estructura interna que él diseñó se mantiene igual[2].

                Por otra parte, Francisco Tejero podría darse por satisfecho con sus 31 años de edad ha­bía conseguido que las andas no las hicieran en Sevilla, sino en su taller que a la sazón lo tenía en una habitación de la fonda San Miguel. Allí empieza día y noche a esculpir madera para que el trabajo esté a su debido tiempo. Mientras tanto, a finales de este año de 1941 su esposa dará a luz un hijo varón, Tomás, al tercero de sus hijos y alquilan una casa en la calle Puertas Nuevas, justo enfrente de su casa actual, donde al fin, pondrá vivir la familia e instalar el taller y donde se le da al trono los últimos toques de lija, cumpliendo con ello el proyecto de tenerlo listo en los primeros meses de 1942.

            Para el dorado y policromado, después de haber pedido varios presupuestos, a primeros de abril se hace un contrato con José Gálvez Mata, un dorador de Granada discípulo de Garnelo que ya antes había dorado el camarín de Jesús, quien ante la premura de las fechas dice que no puede terminar el trabajo antes del 20 de mayo, por lo que la Cofradía tiene que atrasar hasta el 31 la celebración de sus fiestas votivas de mayo. El trabajo iría terminado en oro de 18 quilates y policromado al óleo con detalles dorados en las vestiduras, los seis medallones, los dos escudos, los cuatro bustos de los evangelistas, así como los demás detalles de frutas y flores, por un precio total de 35.000 pesetas[3]. Mientras el trono se doraba en la sacristía del Nazareno, proponen al artista de la talla hacerlo hermano oficial de la Cofradía, aprobándose por unanimidad la pro­puesta[4].

            Para el estreno del trono, la Cofradía preparó unas fiestas que se salían de lo común y que venían a poner de manifiesto lo orgullosos que estaban con las andas. Se nombra al general Franco Hermano Mayor Honorario y se le invita a las fiestas, delegando su representación en el Gobernador Militar de la Provincia, quien, por enfermedad, delega a su vez en un coronel de arti­llería; la avanzada edad del obispo, hace que sea representado por nuestro paisano Félix Romero Mengíbar, entonces canónigo de la catedral; se completó la lista de personalidades asistentes con miembros de la vida política como el Secretario Provincial del Movimiento Nacional y el Gestor Pro­vincial. La sagrada cátedra fue ocupada por el magistral de la catedral de Málaga, actuando du­rante el novenario la masa coral de Acción Católica y durante la procesión la banda municipal de música y la banda de tambores y cometas del Regimiento de Infantería número 45 de Córdoba. El Ayuntamiento, cuyo Alcalde también era oficial de la Cofradía, hace festivo el sábado y pone iluminaciones extraordinarias en las calles por donde pasa el trono. Quizás para acallar las con­ciencias de los organizadores ante tanto gasto, y en vista del hambre que pasaba el pueblo, el sábado dan un espléndido almuerzo en la Fuente Rey a niños pobres de Priego. Asistieron i 1.500! y mientras comían tocaba la banda municipal y exhortaba con sus palabras el ilustre predicador[5]. Por fin, a las 8 de la tarde del día 31 de mayo de este año de 1942 salió Jesús en su nuevo trono. "La gente quedó realmente sorprendida al aparecer la hermosísima imagen de Nuestro Padre Je­sús Nazareno en su bellísimo y regio trono", escribe el jefe de protocolo. A las alabanzas escritas se sumó la admiración y los elogios de todo el pueblo. Ya en el programa de mano se enorgulle­cían con estas palabras: '( ..) grandiosa procesión de Nuestro Padre Jesús Nazareno que estrena­rá un bellísimo trono del más depurado estilo barroco, feliz realización de los inspiradísimos artis­tas Sres.Tejero y Gálvez. Ofrenda de la Real y Pontificia Hermandad, que abre hoy una suscrip­ción general para que puedan contribuir todos los devotos de tan venerada imagen?. José Luis Gámiz Valverde, ex hermano mayor y encargado de protocolo y propaganda escribiría: "El espíritu fervoroso, creciente, incansable de la oficialidad nazarena, impulsado y dirigido siempre por su Primer Teniente de Hermano Mayor, don Julio Matilla Pérez, cuya sorprendente labor al frente de la Cofradía durante los tres años de su mando está plenamente reconocida, concibió la idea de que las Fiestas en honor de Nuestro Benditísimo Padre Jesús Nazareno, siempre atrayentes y destacadas en los anales de la ciudad, adquirieran esta año, si posible fuera, un exponente sin­gular y brillantísimo en la exteriorización del íntimo sentimiento nazareno de Priego. A tal fin, la Real y Pontificia Cofradía ofreció a su divino Titular un riquísimo trono de oro tallado en maravillo­sas y bellísimas filigranas barrocas, que, sin hipérbole de ninguna clase, forman una joya artística inimitable, de gusto exquisito y de valor inapreciable[6]".

                Desde luego llevaba razón el cronista cuando escribió la frase: ?La feliz realización artística del trono?, porque a lo largo de este siglo veinte todas las cofradías de Priego, en sus momentos de esplendor copiaron de alguna forma la impronta que habían recibido del trono de Tejero. Des­de entonces, las capas de oro bruñidas formaron avenidas barrocas por donde se pasean las im­presionantes imágenes del patrimonio local. La primera de ellas fue la de la Soledad que en 1954 siendo Hermano Mayor Rodrigo Fernández Gómez le encarga a Francisco P. López, fabricante de muebles de pueblo, un trono en madera de pino Flandes, dorado y con cuatro candelabros por un precio de 55.000 pesetas. El trono se estrenó en la Semana Santa de 1955[7]. La última en se­guir la idea de los tronos dorados sería la de la Columna, con un trono de soberbias dimensiones y variados motivos, obra de Niceto Mateo, aprendiz de talla en sus primeros años de formación en el taller de Francisco Tejero. La influencia de la Semana Santa de Sevilla ganaba la partida, toda su parafernalia se copió, no solamente en los tronos, sino en los cultos de calle y aderezo de las imágenes, sobre todo de las vírgenes que se fueron pareciendo poco a poco a la Macarena[8].

            Así nos las cuenta el corresponsal en el diario Córdoba: ?FIESTAS DEL NAZARENO.- Con gran solemnidad se ha celebrado en Priego unas fiestas religiosas en honor de Nuestro Padre Jesús Nazareno. El Jefe del Estado, Generalísimo Franco, que había sido nombrado Hermano Mayor de la Cofradía e invitado para asistir a las fiestas, delegó su representación en el señor Coronel del Regimiento de Artillería de la capital, don Manuel Aguilar Galindo.

                         Invitados asimismo el ilustrísimo señor Obispo de la Diócesis, Excmo. Señor Gobernador civil e Ilmo. Señor Presidente de la Diputación fueron representados en estos actos por don Félix Romero, Canónigo de la Santa Iglesia Catedral, por el camarada Jesús Aguilar Luna, Secretario Provincial del Movimiento, y por el camarada Alfredo Castro Samaniego, Gestor Provincial.

                         A la llegada de las ilustres personalidades provinciales, rindió honores una Compañía de Regimiento de Infantería número 12, con banda, que fue revistada, en medio de grandes aclamaciones y vivas del vecindario a Franco y a España. Una vez terminada ésta, los jefes, mandos y jerarquías, recorrieron la población en medio de las mayores pruebas de agradecimiento por parte de vecindario hacia tan ilustres huéspedes.

                         La procesión, en la que la imagen de Nuestro Padre, estrenaba un magnífico trono, estilo barroco, obra del insigne escultor local señor Tejero Stéger, fue presidida por las personalidades citadas, en unión de todas las autoridades locales, Ayuntamiento en pleno y altos cargos de la Hermandad. Durante el recorrido, el pueblo manifestó con grandes muestras de entusiasmo, el fervor y cariño que profesa a la imagen del Nazareno. En el momento de entrar la imagen en la iglesia de San Francisco una gran multitud llenó la plaza.

                         Acto seguido comenzó la subasta de regalos hechos por los hermanos, prolongándose ésta hasta las primeras horas del día. La banda del Regimiento interpretó un bonito concierto de música española.

                         ...

                         Día 2 de junio. Han regresado a Córdoba, don Manuel Aguilar Galindo, don Félix Romero Mengíbar, camarada Jesús Aguilar Luna y camarada Alfredo Castro Samaniego, que vinieron a ésta para representar en las fiestas de Nuestro Padre Jesús al Jefe del Estado, Generalísimo Franco, Obispo de la Diócesis, Gobernador Civil y Presidente de la Diputación respectivamente. Fueron despedidos por las autoridades?[9].



[1] ARCHIVO DE LA COFRADÍA DE JESÚS NAZARENO: Juntas generales extraordinarias de los señores oficiales del 5 de agosto de 1940, 10 de diciembre de 1940, 6 de abril de 1941, 14 de abril de 1941, 16 de mayo de 1941, 29 de mayo de 1941, 3 de junio de 1941, 3 de junio de 1941.

[2] ALCALÁ ORTIZ, Enrique: Dolores del alma. Cofradía de María Santísima de los Dolores y Cristo de la Buena Muerte. Friego Córdoba). 1992.

[3] ARCHIVO DE LA COFRADÍA DE JESÚS NAZARENO. Junta extraordinaria de los señores oficiales. 1 de abril de 1942.

[4] ARCHIVO DE LA COFRADÍA DE JESÚS NAZARENO: Junta General y extraordinaria del 19 de abril de 1942.

[5] ARCHIVO DE LA COFRADÍA DE JESÚS NAZARENO. Programa de mano de los actos de mayo de 1942.

[6] GAMIZ VALVERDE, José Luis: Recuerdo de unas fiestas, páginas 3 y 4. Imprenta y papelería Serrano. Priego de Córdoba, 1942.

[7] ALCALÁ ORTIZ, Enrique: Soledad en todos. Historia de la Real Cofradía del Santo Entierro de Cristo y María Santísima de la Soledad Coronada. (1594-1994). Excmo. Ayuntamiento de Priego de Córdoba, Obra Cultural de la Caja Provincial de Ahorros de Córdoba y Real Cofradía del Santo Entierro de Cristo y María Santísima de la Soledad Coronada. Priego de Córdoba, 1994.

[8] Para ampliar este tema, véase mi libro Francisco Tejero: madera de hombre.

[9] CORRESPONSAL: Fiestas del Nazareno. ?Córdoba?, número 263, del 5 de junio de 1942.

 





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