De nuevo será el corresponsal quien nos resalta como notas características de nuestra Feria el bullicio que se formaba en la Carrera de las Monjas y el precio de los ganados, destacando que las transacciones más frecuentes se realizan con el que se dedicaba al trabajo, exactamente lo contrario de hoy.

                          "Ha terminado la feria, que ha estado este año concurridísima, como no se recuerda otra.      

                         Las transacciones, a precios altísimos, han sido importantes. Se han vendido toda clase de ganados.

                         Aunque el primer día es el señalado como oficial, nada hubo en él digno de mención.

                         La animación en la calle de Prim, donde se encuentran instalados los puestos de feria, es la calle destinada a paseo, donde existen las bellezas de las mujeres de esta tierra y pueblos comarcanos que, en gran número, han visitado esta población, honrándonos con su presencia.

                         Esta está animadísima desde el día dos, siendo el centro de casinos, cafés, comercios, platerías, puestos, barracas, tiovivos y demás, que hacen imposible la circulación por ellas y que dura hasta altas horas de la madrugada.

                         En este día dos, el mercado de ganado, tan renombrado en toda la provincia y vecinas, ha adquirido también su animación con los miles de ejemplares de toda clase de ganado que se encuentra a la venta (por regla general ganado de trabajo) donde este año, además de su abundancia, han alcanzado buenos precios, siendo muchas las transacciones hechas.

                         El ganado de cerda, de cinco a seis arrobas, se ha vendido a cincuenta y dos reales.

                         Hay que advertir que no han abusado, pues en ésta, todos los días feriados, se hallan a la venta, desde que da principio el mes de mayo.

                         En el mular y vacuno se han llevado a cabo numerosas transacciones, vendiendo los muletos añojos a mil doscientos reales y las mulas de labor a cuatro mil el par.

                         Los becerros añojos a mil reales y los de labor, de tres años, a tres mil reales[1].

                         El consejo del periódico nos hace un resumen de las noticias aportadas por los corresponsales en el año 1899: ?Según las cartas de nuestros corresponsales que tenemos a la vista, la feria de dicha ciudad ha estado este año muy animada. La calle de Prim y la plaza del Palenque, donde la instalan, presentaba bellísimo aspecto, especialmente en las primeras horas de la mañana y de la noche. Ha habido muchos forasteros, gran número de vendedores, ganados de todas clases, de los que se han hecho bastantes transacciones a buenos precios y espectáculos para todos los gustos, sobresaliendo entre estos la corrida de toros, de que oportunamente informamos a nuestros lectores[2]".

                         También, en este año de 1899 nos enteramos de los furores que despertaba el nuevo invento de eso que ha venido en llamarse cine: "PRIEGO.- 23 de octubre.- El cinematógrafo, hasta el domingo último, ha estado llevando al teatro a la gente ávida de distracciones[3]".

                         Ya en el mes de octubre de este año, el corresponsal describe los último coletazos de la Feria, y cómo algunos puestos prolongaban su estancia en el pueblo durante varias semanas, realizando rifas muy concurridas por el bello sexo: "Prometí a usted en mi anterior que le tendría al corriente de cuanto por aquí sucediera, y voy con sumo gusto a pagarle esta deuda con unos cuantos reglones, confiando en que usted los corregirá, porque hasta lo han de necesitar.

                         Empiezo diciendo que pasada la feria, la calle Prim, alegre y animadísima de suyo, ha quedado transitable, y que ya no se corre en ella el peligro de ser estropeado por los apretones de la concurrencia, cosa que sucedía en aquellos días de bullicio y animación.

                         A propósito de la feria, ¿no cree usted, señor director, que la que se celebra en esta hermosa ciudad es de aquellas que tienen la mísera existencia de tres días? No.

                         La de aquí empezó con el mes, y su apéndice o cola, ha llegado hasta el día veinticinco, en que se levantó la última tienda, cuyos dueños han hecho buen negocio, vendiendo en forma de rifa gran número de cargas de su género.

                         Estas rifas, que se hacían al público y durante la noche, me han demostrado que muchas veces no es cierto aquel adagio tan conocido de siempre va la desgracia con la hermosura.

                         Digo esto, porque la mayor parte de las veces los números premiados estaban en manos de hermosísimas mujeres.

                         Si había fraude o no en estas rifas, es cosa que no podré asegurar, pero sí afirmo que por mi parte están perdonados cuantos amaños emplearon, porque las agraciadas fuesen las hermosas.

                         Hablando de otra cosa, diré a usted que como la época del año avanza, los paseos públicos, lo mismo el de la Fuente del Rey que el del Adarve, van quedando desiertos, especialmente de noche, y por esta causa las lindas muchachas, con sus inseparables mamás, prefieren dar unas cuantas vueltas por la calle Prim, a visitar aquellos lugares ya algo solitarios. O[4]".

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