El encabezamiento de este artículo, no se refiere a un nuevo paso de Semana Santa, aunque por su "tragedia" bien pudiera serlo. Es la triste situación que se produce en muchos municipios, que por la escasa preparación de algunos de sus componentes políticos, están condenados al fracaso. A veces, las cosas les vienen de rebote, sin esperarlas, y les cogen tan desprevenidos, tan tiernos y tan crudos, que luego no saben quehacer con ellas, y si las asumen como suyas, están expuestos a hacer el más espantoso ridículo, perjudicando a los demás, como les sucede a algunos políticos municipales.
No es que lo hagan ni mejor ni peor, es que algunos no están preparados, políticamente hablando, y para más "inri" y salvo raras excepciones, parece que el gato les ha comido la lengua o se han quedado mudos de repente, y no dicen esta boca es mía.
Se ausentan, o se sientan y encogen en sus sillones, de tal manera, que se mimetizan y parece que no estuvieran presentes, temiendo que los ciudadanos o la oposición les hagan algunas preguntas que no sepan contestar.
La sangre se les hiela en las venas y sus gargantas se secan sin poder hablar.
Por esto, no es de extrañar que, políticos, que no todos, sin preparación, acomplejados y mudos, sean tan solo figurones de la vida Municipal.
El poder, por el poder, no es bueno y así lo deben saber nuestros dirigentes políticos, ya que aunque ellos estén preparados, no pueden contar con la ayuda de muchos de sus compañeros, no porque estos no quieran, sino porque no están a la altura de poderles ayudar en sus cargos.
Esta situación, hace que la mayoría del trabajo se descargue en dos o tres concejales, agobiándoles, o en el peor de los casos dejándolo sin hacer.
Creo que ningún pueblo se merece esta clase de representantes políticos, y aunque hayan sido elegidos democráticamente, ellos, al presentarse a las elecciones municipales, debieron ser consecuentes y haber asumido, que administrar un municipio es una cosa muy sería y hay que estar preparado para ello.
Por eso, abogo para que cuando antes los políticos que vayan a administrar, sobre todo los Municipios, sean funcionarios de carrera, por oposición, y con los suficientes conocimientos como para poder llevar a buen fin la administración del erario público, que en resumidas cuentas es de todos los ciudadanos.