©
Hicieron un romance íntegro
con tu existencial de persona
que se derritió sin el calor enérgico
que la transformara en ser diferenciado.
De momento, al menos, quedarán expresiones
en ese retrato que era sólo
un doblez del verdadero vestido
que configura tu falsa silueta.
Pero qué trompazo
se dieron los camellos
cuando por fin entendieron
lo que no eras.
Tu deseo de afirmación
fue una imagen de la que apenas se supo
‑sí dijeron esto y aquello‑,
pero nunca fue copia desierta de viaje,
aunque sí de espacio.
De ti, al ser existencial,
poco podía quedar
en tu romance de composiciones
pues torpes fotógrafos con "réflex"
aumentaron su mentira