POESÍA DE ENRIQUE ALCALÁ ORTIZ - Blanco negativo
04. HUELGA
Siempre de rodillas.

© Enrique Alcalá Ortiz



 

Pareceres y tristezas

entre el asfalto escondido.

Huecos que no se han llenado

y alegrías que se han ido.

 

Proletarios que se encuentran

con sus miradas de chivo,

aguardando una respuesta

y más sueldo para el hijo.

 

¡Es la huelga! Mañana pronta

que amanece con sus líos

esperando que sus rostros

serán del todo efectivos.

 

Quieren que sus caras logren,

lo que no dan los escritos

hechos repletos de forma

y que no son ni leídos

 

en burocráticas sillas

ocupadas por malditos

burgueses que sólo sueñan

con balances y ejercicios.

 

Quieren alrededor suyo

que sueños y panegíricos,

no supongan una duda

sino más bien un alivio,

 

que arrope sus esperanzas

alejadas de los "ismos"

que ennegrecen los papeles

e incendian lo más frío.

 

Quieren por necesitar

el pan y un poco de vino

que recupere el sudor

que en la jornada han perdido.

 

Sudor que les da pesetas,

pesetas que son vestido

con que cubrir sus deseos

que pensando por lujosos

el alma lleva escondidos.

 

Quieren, que su brega diaria

no sólo sea esto pido,

no sólo sea esto es,

no sólo sea esto ansío;

 

sino más bien al revés,

que amasado en lo divino

    puedan juntos caminar

      y decir que son amigos.

 

Pareceres y tristezas

en la fiesta del domingo

por no perder la labor

en pancartas se han unido.

 

Enjambres de ovejas muerta,

que con reclamos y anuncios

alborotando su jerga

asemejan un gran río

 

que derramando verdades

y escribiendo unos suspiros

desembocan en la senda

de los silenciosos gritos.

 

 Hombres solos, soledades

que desean que el olvido

aparezca victorioso

y se acabe ahora mismo.

 

Que renazca la justicia

que su caminar tranquilo

encuentre, mientras se anda,

limpia la senda de espinos.