POESÍA DE ENRIQUE ALCALÁ ORTIZ - Aplausos cumplidos
10. A MIGUEL MUÑOZ SÁNCHEZ
En su jubilación.

© Enrique Alcalá Ortiz



 

A un Muñoz inteligente

que este banquete nos dio,

pero no nos sorprendió

porque en él...es lo corriente.

 

Se desengancha en cascada

un ejército de alegría

que en gozosa gritería,

en tu cara, esta jornada,

se transforma en carcajada

y luz de satisfacción,

porque ya tu situación

que antes era laboral

ahora es un platanal

llamada jubilación.

 

Ríes gozoso, so tunante,

apenas sexagenario

te has quitado el sudario

que tiene cualquier currante.

Pero sigues trajinante

con negocio y librería

y es porque todavía

tiene fuelle el carruaje:

pues no te falta coraje

ni a tu cañón..., artillería.

 

Tú elegiste el camino

que terminó en Cataluña,

que ya tu afición empuña

con un furor leonino

tanto el sabor del buen vino

como los tonos blau y grana;

y no es por ser tarambana

ni ser rifeño africano...

es por ponerle a tu hermano

el dedo en la almorrana.

 

En la huerta de Los Prados

tú cultivaste un jardín

donde el rosal y el jazmín

y los verdes emparrados

dan olores perfumados

donde tu gente se goza...

Coge la flor más hermosa

y con voz que no se corte,

ve y dile a tu consorte

con todo mi amor, ¡Rosa!

 

Me tuviste trabajando

y me tendrás jubilado

siempre estaré a tu lado

porque yo te sigo amando.

Yo me iré multiplicando

para hacerte emperatriz

de nuestra vida feliz...

Me hago mutis por el foro

y le gritamos a coro:

¡y qué que comáis la perdiz!

 

Las perdices y capones,

o estofado cortijero,

ya que ser buen cocinero

destaca en sus aficiones.

Entre sartenes, fogones

y el Barça de su obsesión

pasea su devoción

al Cristo y a la Soledad.

Te deseamos, en verdad,

feliz tu jubilación[1].



[1] Leída a Miguel Muñoz Sánchez con motivo de la comida que nos dio para celebrar su jubilación, el día 27 de abril de 2003.