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1279
Anda vete, anda vete,
pámpano loco,
que mi madre no quiere
ni yo tampoco. (74/147)
1280
Anda vete, anda vete,
yo no te llamo;
donde has pasao el invierno,
pasa el verano[1]. (62/11)
1281
A la orillita del río
llora un cabrero,
que se le ha muerto un chivo
de los primeros. (70/99)
1282
Cabito primero,
no me pegue usté,
que traigo caenita perpetua
por una mujer[2]. (67/61).
1283
Cásate, vida mía,
con un albañil,
y a las doce y media
lo verás venir. (67/62)
1284
Con un mal pañolillo
que tú te pongas,
todas las de tu calle
las arrinconas. (72/125)
1285
El amor del soldado
es de una hora,
que en tocando a retreta:
agur, señora. (69/83)
1286
El hombre que es celoso
no duerme a oscuras,
que le pican los celos
más que las pulgas. (69/89)
1287
El pañuelo de seda
de la hortelana
se ha caído a la alberca:
¡quién fuera rana[3]! (72/124)
1288
El que come morcilla,
caga moreno;
por eso como gachas:
me está tan bueno. (67/60)
1289
En la puerta del cielo
venden zapatos,
mi madre que lo supo
compró un capacho[4]. (65/36)
1290
Estamos tan unidos
y tan conformes,
que cuando yo digo pares,
tú dices nones. (69/88)
1291
Es un mal incurable
la tontería,
aquél que tonto nace,
tonto se cría. (68/74)
1292
Los ojos de mi niña
son de pan tierno,
y los míos de hambre
se están muriendo. (65/43)
1293
Por saber cosas nuevas
no sus matéis,
que ellas se harán viejas
y las sabréis. (71/113)
1294
Si quieres que te quiera,
mércame un rosco;
y así que me lo coma,
me mercas otro[5]. (63/17)
1295
Una vieja revieja
dijo al pan duro:
"Si te pillara en sopas...
yo te aseguro... " (73/132)
1296
Un lucero en la frente
tiene mi burra,
hasta los animales
tienen fortuna[6]. (74/146)
1297
Ventanas a la calle
son peligrosas,
pa las madres que tienen
hijas hermosas. (72/127)
1298
Ya viene la requisa,
ya suenan las llaves,
ya me llora a mí el corazoncito
gotitas de sangre. (66/57)
1299
Yo no soy de esta tierra,
ni conozco a nadie;
el que me diera una limosnita
Dios se la doblare. (67/58)
[1] Hemos recogido oralmente:
«Anda vete, vete,
yo no te llamo,
donde paso el invierno
paso el verano».
[2] MACHADO, A:. etc., página 157, número 39, en martinetes, recoge:
?Señó cabito primero;
¡por Dios!, no me pegue osté,
Que me quean cuatro meses
Me va osté a comprometer?.
[3] En próximos tomos veremos otra variante más larga que hemos recopilado con esta misma seguidilla.
[4] capacho, espuerta de juncos o mimbres.
[5] La hemos recopilado igualmente, pero donde dice mércame, nos dice cómprame.
Véase en el capitulo de seguidillas como variante la número 1057.
[6] Oralmente la hemos recogido igual, con la sola variante de mula en lugar de burra.