PRIEGUENSES EN LA HISTORIA - Percy en Adarve. (Sátira y humor)
08. ANTOLOGÍA DE PERCY. (José Madrid Mira-Perceval) (IV)
Con las poesías: "Eso tiene bemoles", "El ponderaor", "Los trapisondistas", "Mala consulta", "Vacaciones sin...".

© Enrique Alcalá Ortiz



     ESTO TIENE BEMOLES

 

Soy una pobre criatura

que tiene que confesar

estar plenamente a obscuras

en cultura musical,

la mejor de las culturas.

 

No sé lo que es sinfonía

y en música soy tan?, paleto

que confundo la armonía;

ni sé lo que es minueto,

ni tampoco melodía.

 

No sé lo que es Sol menor

ni jamás .he comprendido

la sonata en La mayor;

ni sé lo que es sostenido

y menos en Si bemol.

 

Nunca pude distinguir

si la partitura es

de Beethoven o de Liszt

de Wagner o es de Grieg

de Mozart o de Chopin.

 

Sin embargo, yo me embobo

cuando siento una orquestina

con tambor, platillo y bombo

ejecutar: «Serafina»,

«Cirila, le pinché el globo»...

 

Y me causa admiración

cuando es música ligera.

Es para mí una ilusión

Cuando en la ?Vaca Lechera?

Tocan el ?Tolón? ?Tolón?[1].

 

 

         EL «PONDERAOR»

 

Un mediano labrador

se enamoró de una moza

y le pareció mejor

al pedirla por esposa

llevar un ponderador.

 

A un amigo aleccionó

como habría de ponderar

al presentarse ocasión,

aumentando el capital

en bastante proporción.

 

Puestos de acuerdo los dos,

de lo que habría de decir,

fueron a todo motor

para la mano pedir

de la que sería su amor.

 

Al ser la mano pedida

el suegro le preguntó:

¿cuáles son sus medios de vida?,

y el futuro contestó

los enumeraré enseguida.

 

En el campo de Zagrilla,

cuando ya el río se pasa,

tengo allí una huertecilla.

El «ponderaor» ¡huertaza!,

¡si eso es una maravilla!

 

También tengo un cortijillo

para que viva su niña

con un buen olivarillo,

una haza en la campiña

y algún que otro animalillo.

 

¿Cortijillo? ¡Un gran cortijo!,

contestó el ponderaor,

estoy seguro, estoy fijo

que no se encuentra mejor.

¡Qué modestia tienes hijo!

 

Mas de pronto el pretendiente

hizo un gesto de dolor,

 

tengo un granito en el vientre

y cuando hace calor...,

me molesta horriblemente.

 

¡No digo que es muy modesto!,

¿qué un granillo le ha «salío»?,

no le haga usted caso a esto,

¡si está «to» entero «podrío»

y hasta casi huele a muerto![2]

 

 

       LOS TRAPISONDISTAS

 

Aquí en la sacristía,

mientras pinto unos cacharros

escribo esta fruslería

en contra de columnarios,

para que salga en su día.

 

Son dignos de criticar

por motivos más que varios,

el que se queden atrás

estos pillos columnarios

para poder «rempujar».

 

Yo lo digo con certeza,

porque todos lo sabemos,

que cuando primero empiezan

y detrás los nazarenos

sacan fuerzas de flaqueza.

 

¿Qué se quedan por encima?

¡Seguro, ya lo sabremos!

El año que se aproxima

ya verás los nazarenos

si les hacen tragar quina.

 

¿Qué vendrán paracaidistas?

¿Y encima una novillada?

No ser tan... trapisondistas.

¿Y si a la postre no hay nada?

Yo me siento pesimista.

 

Y si queréis aprender,

pues a copiar de los de antes:

ser garbosos y traer

ese torito volante[3]

que tanto me hizo correr[4].

 

 

         MALA CONSULTA

 

A un médico cordobés

aficionado al alcohol,

llegó una pobre mujer

que su esposo y señor

lo quitara de beber.

 

Al momento el buen doctor

echó mano a la libreta

y muy rápido escribió

la consabida receta

que al final transcribo yo.

 

Para no ponerse alcohólico

y evitar la «beodocaldititis»,

sin que se produzca el cólico,

vinoterapia «liquititis»

con el «jamotano» sólido[5].

 

 

        VACACIONES SIN...

 

Te veo en la capital,

querido amigo Serrano.

¿Y este año no te dan

vacaciones de verano?

 

No seas tonto, ¿no lo ves,

que las estoy disfrutando?

¡Desde primeros de mes

tengo a mi suegra en el campo![6]



[1] ?Adarve?, número 30, 26 de abril de 1953.

Título de las canciones muy populares en la época. En esta composición nuestro autor se muestra muy valiente, puesto que ya hacía cuatro años que se celebraban conciertos de música clásica con enorme éxito de público.

[2] ?Adarve?,  número 34 24 de mayo de 1953.

[3] Como buen cofrade de la época pone de manifiesto los celos entre nazarenos y columnarios que rivalizan a ver quien le da más esplendor a sus fiestas votivas del mes de mayo.

[4] ?Adarve?, número 35, 31 de mayo de 1953.

[5] ?Adarve?, número 37, 14 de junio de 1953.

[6]  ?Adarve?, número 38, 21 de junio de 1953.