PRIEGUENSES EN LA HISTORIA - Percy en Adarve. (Sátira y humor)
17. ANTOLOGÍA DE PERCY. (José Madrid Mira-Perceval) (XIII)
Con las poesías: "Quinielas porcinas", "Pérdida", "Croniquilla", "Dios te lo pague, Melchor", "Los centros de enseñanza media y profesional"

© Enrique Alcalá Ortiz



        QUINIELAS PORCINAS

 

Los señores carniceros

están ya que echan las muelas;

dicen que los consumeros

les da por hacer quinielas

a costa de sus dineros.

 

No sé si tendrán razón

y si estarán en lo cierto,

pero es verdad que al jamón

lo toman por un boleto

que llenan con ilusión.

 

Con una larga chivera

ponen detrás un empate

que es como una X cualquiera;

con lo cual todo el que mate

ya sabe lo que le espera.

 

Que no lo podrá salar.

Pero el resultado es nulo

y nadie lo ganará.

iiSi no pone un dos o un uno

ninguno lo acertará!![1]

 

 

               PÉRDIDA

 

Con una pluma prestada,

porque he perdido la mía,

escribo hoy la Percylada

faltándole la ironía

que mi pluma le prestaba.

 

Acaso sería algún «rojo»

quien la pluma me robó

o como tenía el clip flojo

la hubiese perdido yo

(lo del hurto fue un antojo).

 

Pero tengo comprobado

que la pluma se perdió

¡El que se la haya encontrado

tal como dice el pregón

será bien gratificado![2]

 

 

         CRONIQUILLA

 

Nada en la semana

digno de mención,

niños en la cama

con sarampión.

 

Algunos catarros

que son pasajeros,

las calles sin barro,

pues no hubo aguaceros.

 

Hallé al fin la pluma

y al que la ha encontrado

ya, con cierta suma,

lo he gratificado.

 

Con la Nochebuena

se aproxima enero

y desde de Lucena

llega el turronero.

 

Ya no hubo elecciones,

fue cosa pasada,

ni más procesiones;

en resumen, nada

 

digno de mención

en tan corto espacio;

el día del patrón,

que fue San Nicasio.

 

Una novedad

ya la conocéis

¡¡qué en nuestra ciudad

se ha casado un Rey![3]

 

 

DIOS TE LO PAGUE MELCHOR

 

Un mago que en la cultura

es un rey del occidente

me dejó, con galanura,

un rico y bello presente

de fina literatura.

 

Para restarle importancia

él, lo titula «Un retrato»,

porque tiene la elegancia

el gracejo y la fragancia

de todo un gran literato.

 

Me causó grata impresión

y aún me dura la emoción,

de tan simpático trato

¡porque eso más que un retrato

es... favorable ampliación![4]

 

 

LOS CENTROS DE ENSEÑANZA MEDIA Y PROFESIONAL

 

Institutos Laborales,

gran acierto del Gobierno,

acierto de autoridades

que con cariño paterno

van creando en las ciudades[5].

 

Hoy ya se puede afirmar,

por ser cosa bien segura,

que la población rural

ha de tener más cultura

como es lo natural.

 

Y no se malograrán

los talentos naturales

que con frecuencia se dan

en muchos de los rurales

que por esos campos van.

 

Esto lo vengo a decir

por un caso muy curioso

que ahora voy a transcribir.

Fue un lechero muy famoso

bien conocido de aquí.

 

Si la memoria me es fiel

al lector su nombre dejo

tal y como era él:

se llamó Julián Pellejo

y no sabía ni leer.

 

Pero sí versificar

como los grandes talentos,

por esto voy a recitar

sus famosos mandamientos:

Mucha atención; escuchad.

 

Un cortijero simplón

que vendiendo leche va,

ha compuesto esta oración,

(sin conocer ni la a),

que los mandamientos son[6].

 

«El primero amar a Dios

sobre toítas las cosas;

considera que el Señor

sufrió una muerte amargosa

para nuestra salvación.

 

El segundo, no jurar

el su santo nombre en vano;

juramentos nunca echar

porque aquel que jura en vano

por andequiera que va

Dios lo deja de su mano

y lo pasará mu mal.

 

El tersero es dir a Misa

y oírla con devoción

como cosa mu precisa.

No trabajar; distrarción

es lo que Dios mus avisa.

 

El cuarto, honrar pare y mare

como se debe jaser,

porque a la mare y al pare

siempre se deben querer

ya que al hijo dan su sangre

además de dale el ser.

 

El sexto, no fornicar:

el hombre ha de conoser

que se debe de esposar,

disfrutar de su mujer

y disfrutar sin pecar,

porque Dios con su poer

que el mundo mandó acabar

en el arca de Noé

de cá clase dejó un par.

Dejó al hombre y la mujer

para poder procrear

y ese aumento viene a ser

el de toa la cristianad.

 

El sétimo es no robar

y condena al que hace un hurto;

el que nunca robó ná

ya puede vivir a gusto

y tener tranquilidá. 

 

Ortavo, no levantar

nengún farso testimonio,

ni mentir, ni mermurar;

que d'esa forma el dimonio

no se pué a uno arrimar.

 

Noveno: no endiquelar

nenguna mujer ajena.

El que se yega a esposar

es que la iligió por güena;

sí otra pone en su lugar,

¿no es un doló u una pena

y hasta un pecao mortal?

¡Cuántas almas se condenan

tan sólo por variar!

Lo mismo mujer que hombre

porque en tar caso es igual,

que tó lo que no está en orden

siempre resulta mu mal.

 

Désimo, no codiciar

nengunos bienes ajenos.

El que codicia ase mal

y se pone en mal terreno

para la groria ganar.

 

Estos diez mandamientos

se puen encerrar en dos:

tener güenos pensamientos

y servir y amar a Dios

                  y al prójimo al mesmo tiempo.»[7]


[1] ?Adarve?, número 113, 28 de noviembre de 1954.

[2] ?Adarve?, número 115, 12 de diciembre de 1954.

[3] ?Adarve?, número 116, 19 de diciembre de 1954.

Se refiere a Luis Rey, administrativo empleado en el Ayuntamiento.

[4] ?Adarve?, número 120, 16 de enero de 1955.

[5] El Instituto Laboral de Priego, modalidad Agrícola y Ganadera, se inauguró en el curso 1952-1953, comenzando las clases a principios de febrero del año 1953. Paralelamente, una academia privada, llamada ?Espíritu Santo? preparaba bachilleres que se presentaban a examen en el Instituto Aguilar y Eslava de Cabra.

[6] Un amplio y exhaustivo repertorio de música y cultura popular de Priego y comarca está recogida en mi obra de ocho tomos titulada Cancionero Popular de Priego?.

[7] ?Adarve?, número 122, 30 de enero de 1955.