PRIEGUENSES EN LA HISTORIA - Percy en Adarve. (Sátira y humor)
19. ANTOLOGÍA DE PERCY. (José Madrid Mira-Perceval) (XV)
Con las poesías: "Mal parecido", "De pura raza", "Otro cantar", "Los nietos de D. Ricardo"

© Enrique Alcalá Ortiz   



           MAL PARECIDO

 

A la Srta. Paquita Constanzo, con simpatía

 

Me encontré un día en Madrid

a un simpático paisano,

que según me dijo a mí

un asunto de su hermano

le llevaba por allí.

 

Le ofrecí un aperitivo

que aceptó sin vacilar,

y así charlando conmigo

nos metimos en un bar

como dos buenos amigos.

 

Me dijo que allá en La Palma

donde ejerce su función,

charlaba con una dama

compañera de pensión

que de guapa tiene fama.

 

Que con frecuencia

leía esa bella damisela

lo que «Percy» escribía

y cuando estaba en su escuela

lo recordaba y reía.

 

Demostró gran interés

según mi amigo decía

en poderme conocer,

aún siendo en fotografía,

por tal de poderme ver.

 

El número extraordinario

que por feria se editaba

y que él tenía en su armario

mí fotografía llevaba

impresa en el semanario.

 

Y aquí está la mala hazaña

que hizo mi buen amigo,

quedando la dama extraña

pues me vio gran parecido

con el funesto de Azaña.

 

No es que quiera presumir

de ser el guapo de España,

no soy ningún querubín,

pero más guapo que Azaña

eso lo puedo decir.

 

Él, verrugas a millares

y, además, era «mellao».

Yo sólo tengo lunares

soy un viejo muy «salao»,

díganlo mis familiares.

 

Él nació feo con ganas

y feo fue a la sepultura.

Yo guapo en mi edad temprana:

¡cambian tanto las criaturas

cuando les salen las canas![1]

 

La vejez viene de prisa

porque el tiempo es insensato,

pero yo lo tomo a risa

y le mandaré un retrato

¡con dentadura postiza![2]

 

 

          DE PURA RAZA

 

Tengo en mi casa un gatito

negrito como el carbón,

se crió de pequeñito

y aún sigue solterón

teniendo sus nueve añitos.

 

También tengo una perrita

blanquita como la nieve

y continúa solterita:

con cuatro años que tiene

de amores no necesita.

 

Además un colorín,

o mejor dicho un jilguero,

que mi padre me dio 

como es natural, soltero,

con sus días más de seis mil.

 

Todo en mi casa es pureza

 gracias a Nuestro Señor.

¡Si existe alguna impureza

será la de un servidor

que viene de otra realeza![3]

 

 

          OTRO CANTAR

 

Quería cantar a Jesús,

nuestro Padre soberano,

y juro por Belcebú,

que me han cogido la mano

con más lirismo y más luz.

 

¿Pero me voy a callar

si no son mis intenciones?  

Como algo hay que contar     

haré un canto a los sayones,   

que ese ya es otro cantar.

                                            

Quitarlos ya se ha querido                        
pues en arte no son nada

y por el gran parecido

que tienen algunas caras

de amigos más distinguidos.

 

Otros, que por tradición

no se deben de quitar

pues siempre han visto al sayón

que de Cristo va detrás

con cadenas y escobón.

 

Yo francamente, señores,

con gusto los quitaría

de ese retablo con flores

y sólo los dejaría

¡cómo signos exteriores![4]

 

 

  LOS NIETOS DE D. RICARDO

 

El jueves por la mañana

los nietos de don Ricardo

se tiraron de la cama,

vistieron de azul y blanco

con impecable sahariana.

 

Si el viejo Wagner viviera

y los viera tan bonitos

seguro que así dijera:

estos son mis nietecitos

que parecen niños «pera».

 

Y no le habría de gustar

ese tan poco salero

de dejar la gorra atrás.

¿Es banda de camareros

o Banda municipal?

 

Que tienen razón, de sobra,

pero no hay que hacer alarde

pues tiene muy mala sombra

que porque toquen de balde

tengan que tocar de gorra[5].



[1] En tiempos de Franco, los líderes republicanos eran considerados como demonios con cuernos y rabo. Eran los únicos líderes políticos a los que se podría criticar y poner en ridículo.

[2] ?Adarve?, 129, 20 de marzo de 1955.

[3] ?Adarve?, número 134, 24 de abril de 1955.

[4] ?Adarve?, número 138, 22 de mayo de 1955.

[5] ?Adarve?, número 141, 12 de junio de 1955.