CANCIONERO POPULAR DE PRIEGO DE CÓRDOBA - Copletas
27. CON TODA LA GRACIA DE DIOS (IV)
Con la iglesia hemos topao.



© Enrique Alcalá Ortiz

 

4. Curas, frailes

 

2344

Bendita sea la madre

que te parió tan bonita,

y el cura que te echó el agua

para ponerte Dianita.

 

2345

Cuatro cirios, cuatro velas

y un hábito franciscano

necesita mi persona

para olvidar a quien amo.

 

2346

El cura de mi lugar

murió de una rascaúra;

aquél si que era un cura,

¡qué bien sabía rascar![1] 

 

2347

El día que tú te cases

quiera Dios que no aparezcan:

ni el cura, ni el sacristán,

ni las llaves de la iglesia.

 

2348

El día que yo me case

al cura lo vuelvo loco,

al sacristán lo emborracho

y se le pierde el guisopo[2].

 

2349

Estoy predicando en ti

como padre misionero

y no te puedo traer

al camino verdadero.

 

2350

Mariquilla tu roete

un fraile se lo llevó,

creyendo que era un rosquete

al bolsillo se lo echó.

 

2351

Me dijiste que era un gato

lo que entró por tu ventana,

en mi vida he visto

yo gatos negros con sotana.

 

2352

Mi marido es un Juan, Juan,

hago la cama y lo acuesto,

y yo me voy con el cura

a coger flores al huerto.

 

2353

Por un besito, ni dos,

echa penitencia el cura;

pero llegando al de tres

la penitencia es segura.



[1] Variante:             

?mira si sería buen cura

y si se supo rascar.

Y,

?aquél sí que era buen cura,

qué bien se supo rascar?.

[2] guisopo, hisopo.