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Entre la sacristía principal de la iglesia de San Pedro y la fachada colindante con el recién construido mercado se quedó un pequeño solar sin destino que solicita Juan Bautista Madrid Linares, presbítero, y entonces encargado de la conservación de la iglesia. El Ayuntamiento acuerda concedérselo, después pasaría a los sacerdotes sucesores en el cargo, con la condición de construir una habitación para el santero o sacristán que esté al cuidado o vigilancia del templo. La concesión especifica muy bien que los
El edificio se estuvo explotando de una manera particular por los socios constructores, pero antes de llegar los cuarenta años, fecha en que pasaría a propiedad municipal, la Corporación republicana, redime las acciones que pasan a propiedad Municipal, se hace una profunda remodelación de toda la antigua construcción que amenazaba ruina y se construye una nueva techumbre.
Por los años sesenta del siglo XX se haría un nuevo edificio, cuya fachada fue remodelada posteriormente por el aspecto modernista que presentaba para adecuarla al entorno urbanístico de la plaza.
Actualmente existe un proyecto de remodelación total que está pendiente de aprobación y por lo tanto de ejecución.
[1] A.M.P.: ídem, agosto de 1905.