Poemas a Priego - Poesía
A LA VIRGEN DE LA CABEZA
Domingo Arjona Casado, erudito sacerdote prieguense del siglo XIX, nos demuestra una vez más su erudición en este poema dedicado a la Virgen de la Cabeza.

Por Domingo Arjona Casado 



 Ella les sintió venir,

fusión de fenicio celta,

hambrientos de los tesoros

que albergaba nuestra tierra.

 

Les recibió cariñosa

ocultándoles quien era,

pues aún sólo existía

dentro de la mente excelsa.

 

Y dando a los unos campo,

y dando a los otros tiendas,

al repartir su reinado ella

se erigió en cabeza.

 

"Éste es mi patrimonio,

dice a las gentes aquellas,

al que de Piélago éste

le doy nombre que convenga[1]".

 

"Abundad en la justicia,

seguid del honor las huellas,

porque al ser todo esto mío

me toca a mí la defensa".

 

Mas los celtas y fenicios

a los estragos se entregan,

y la Bella los castiga

con hordas cartaginesas.

                     

Y a Cartago sigue Roma,

y a Romas, los usipetas,

los cattos, los marcomanos,

los vándalos y los getas.

 

De entonces los visigodos

nos cobijan con su enseña,

revelándose la Hermosa

alguna vez a esta secta.

 

Por eso a Fernando el santo

su reconquista encomienda,

y después a Figueroa

y más tarde al de Antequera.

 

Al fin de nuevo cristiano,

Priego, reinando Isabela,

la Hermosa se da a sus hijos,

y a ser buenos los enseña.

 

Luego, a través de los siglos

ellos al ver su insistencia

en el más cercano monte

le levantan una iglesia.

 

Subid allí, a sus plantas

todo el pueblo se prosterna...

aquí Anfitrite y Neptuno,

allí techumbres de tejas.

 

Las torres de los visires,

su castillo en decadencia,

sus extensos olivares,

sus viñedos y sus vegas.

 

Y los altos campanarios,

con sus volubles veletas,

y en suma: un bello horizonte

entre su anillo de piedra.

 

Todo está allí, y porque todo

esté bajo la influencia

de la purísima Virgen,

por eso hasta allí la elevan.

 

Con lo cual ya se comprende,

por qué hace tiempo se muestra

a la cabeza del pueblo

la Virgen de la Cabeza[2].

 



[1] En la publicación se incluye la siguiente nota: "Priego tomó nombre de un piélago o lago que hoy no existe, merced a los primeros?.

 

[2] Adarve, 19 de febrero, número 177, página 8.