© Enrique Alcalá Ortiz
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n este año de pertinaz sequía cuando muchos pueblos de nuestra Andalucía miran al cielo esperando recibir ese líquido elemento que tan restringido y escaso se les ofrece, Priego de Córdoba, enclavada en el centro de nuestra región, ciudad barroca, ciudad de la cal, recibe también otro nombre por el que se la conoce:. Priego del Agua.
Aunque hoy, muchas de las fuentes y manantiales con los que riega sus fincas y sus huertas han sufrido los efectos del estiaje y sus principales ríos se ondulan esqueléticos mientras recorren sus valles comarcanos, la ciudad conserva y aprovecha en el interior mismo de la población, la denominada Fuente de a Salud, nacimiento encalvado a unos 800 metros de altitud, manantial que surte, hasta ahora sin graves problemas, a toda la población. Al amparo de sus aguas la ciudad nació, creció y fructificó y más tarde una fuente que en su parte más antigua data de 1586 y según se cree pertenece a Francisco del Castillo que aprovechando lo abrupto del terreno construyó la citada fuente con un estilo manierista según la moda italiana, con paramento almohadillado parecido a muchos edificios que aún se conservan en Roma y Florencia e imitando al Palacio de Carlos V que se encuentra en la Alhambra de Granada. El segundo cuerpo, llamado Fuente del Rey, fue construido a principios del siglo XIX según un proyectó del artista alcalaíno Remigio del Mármol que esculpió el famoso grupo del Rey Neptuno y Anfitrite. Los lugareños, exagerando como buenos andaluces, dicen que la fuente tiene tantos caños como días el año, pero no deja de ser una mentira piadosa ya que su número se eleva exactamente a 139. Es una fuente para que el pueblo la disfrute con asientos de piedra que la circundan completamente y dos escaleras de acceso a ambos lados de la parte central donde uno puede beber agua directamente del caño o recogerla pera usos domésticos. El nombre de Fuente del Rey sólo se le cambió oficialmente el año 1842 por el de Fuente de la Fama o Fuente de Priego, pero duró poco el cambio. Al paseo-jardín que la circundan y embellecen se le nombró Paseo de María Cristina en honor a la reina.
La calle Río
Y siguen las aguas por una calle que necesariamente ha de llamarse Río. Las aguas de este cauce crean los topónimos de muchas de las calles de la ciudad, algunos de ellos perdidos oficialmente pero que deben ser recuperados: Lavadero, Puerta del Agua, Noria, Puente de Tablas, Horno Acequia, Calle de Tintes; Ribera de Molinos, Molinos, etc. Alrededor del curso de las aguas surgieron molinos, hornos, carnicerías, fábricas de tintes, industrias sederas y lavaderos.
En siglos anteriores al nuestro la pequeña burguesía prieguense fue acaparando todos los inmuebles de esta calle del Río por una razón muy simple: las aguas. Hasta el año 1926 que no se canalizaron las aguas para uso de todos los vecinos de Priego, sólo tenían agua las personas con suficientes recursos económicos que podían traerla a sus casas directamente del río, instalando ellos mismo sus propias cañerías.
Así de esta forma, se fueron construyendo hermosas casas residenciales que poseían agua cristalina tomada del limpio manantial, pero que al mismo tiempo evacuaban al cauce sus desechos. Vivir pues cerca de la fuente, por estas fechas, fue un privilegio de los económicamente fuertes. El agua corriente a domicilio era un lujo al alcance de unos pocos.
La calle Río haciendo honor a su nombre fue creciendo sinuosamente siguiendo los meandros del cauce y quizá sea éste un aspecto que la hace atrayente y misteriosa. El viandante no sabe las sorpresas que se va a encontrar en cada una de sus curvas serpenteantes. Destacamos en su recorrido la ermita de Nuestra Señora de las Angustias, mandada construir por María Josefa del Mármol en estilo barroco y la iglesia parroquial de Nuestra Señora del Carmen de interior barroco y fachada neoclásica.
La arquitectura de sus edificios tiene una mezcla que a veces hace romper su encanto. Se destacan la Casa de la Cultura, antigua residencia de la familia Castilla, que ha sido Instituto Laboral, Escuela de Formación Profesional y que actualmente alberga el Aula de Música del Conservatorio, la Biblioteca Municipal, C.E.P., E.P.O.E., Movimiento de Renovación "Marcos López? y la ?Escuela Taller Juan de Dios Santaella". Se conserva la estructura arquitectónica de la fachada del Colegio de las Angustias, obra del siglo XVIII, y algunas casas de dos pisos que siguen el modelo de construcción del siglo XIX y poseen bodegas. Pero lo más sobresaliente es el aspecto señorial del conjunto. En toda esa decoración tuvo mucho que ver Francisco Ruiz Santaella, paisano que diseño muchas de las portadas con que se enorgullece la calle. Un detalle típico son los faroles y lámparas que todavía existen en las fachadas de algunas casas y que nos recuerdan épocas en las que había poca iluminación pública. Otra casa destacada, por lo que significa para el pueblo, es la casa donde nació el primer presidente de la II República Niceto Alcalá-Zamora, donada por sus hijas a la ciudad y en cuyo patio existe un busto del presidente pagado con suscripción popular.
Desgraciadamente en las décadas de los sesenta y los setenta se hicieron edificios, pretendidamente modernos, de hasta cinco y seis plantas que han venido a poner una nota de mal gusto en lo que tan hermosamente se había conservado.
Sobre la calle Río, habrían de incidir necesariamente los avatares políticos y su nombre se ha visto cambiado en numerosas ocasiones. El año 1842 con las revoluciones liberales recibe el nombre de General Riego. En las postrimerías del siglo XIX -1897- con motivo del asesinato de Cánovas del Castillo se la bautiza con su nombre para honrarlo. Más tarde, en 1910, cuando Niceto Alcalá-Zamora, hijo predilecto de la ciudad, empieza a destacar en política se le da su nombre.
En el Alzamiento del año 1936 recibe el título de Héroes de Toledo, y con la llegada del actual régimen democrático se la denomina con el nombre que nunca llevó en este siglo: Río. El pueblo sabio, a pesar de tantos cambios, siempre la siguió llamando Río.
Aunque existen algunos comercios y bares, la calle Río es una calle residencial más que comercial. Desemboca en la denominada popularmente Plaza, y se abre como un abanico a las calles Torrejón, Mesones, Ribera, Solana, Cava, Paseíllo y Carrera de las Monjas. La calle termina, no así el caudal de las aguas que sigue siendo alimento de cuerpos y almas.