© Enrique Alcalá Ortiz
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l dato documental fue encontrado por Emilio Serrano Romero, fiscal de la Junta de Gobierno, y ampliado por el secretario de la misma Manuel Galán Arjona.
Con motivo del expediente que están celebrando la Agrupación de Cofradías junto a la Delegación de Turismo del Ayuntamiento por declarar "fiestas de interés turístico nacional e internacional" las celebraciones de Semana Santa y Corpus Christi, se está llevando por todas las cofradías y hermandades una intensa labor de recogida de documentos en la que están apareciendo datos de interés cultural para la localidad.
Uno de ellos es el encontrado por Emilio Serrano Romero en el libro de contabilidad de María Santísima de los Desamparados (Caridad), correspondiente al año 1796 en el que se dice textualmente: "En 23 de julio entregué a Remigio el Tallista treinta reales que llevó por hacer dos sayones para Jesús en la Columna".
En el primer momento se desbordó el entusiasmo porque se creyó que el asiento contable ponía de manifiesto el autor de los sayones que, a tamaño natural, brazo en alto y con rostros enfurecidos, simulan estar golpeando a la imagen de Jesús en la Columna que se encuentra en San Francisco. Pero las anotaciones aparecidas posteriormente fueron aclarando que los sayones a los que se refiere el anterior dato pertenecen a una urna, con la imagen de Jesús de la Columna que un año antes estaba haciendo la Hermandad, que colocaría en el retablo de su titular, y después bajo la dirección de una monja fue recibiendo culto de casa en casa. Un año anterior al señalado se anota: "Entrego al Hermano Mayor 20 reales de vellón para pagar una tabla comprada a Domingo Álvarez para una urna a Jesús en la Columna que tiene el retablo de Nuestra Señora de los Desamparados". Y días más tarde esta otra: "Entregué al Hermano Mayor 32 reales para pagar dos cristales grandes para las urnas".
Sin lugar a dudas ese "Remigio el Tallista" a quien nos estamos refiriendo es Remigio del Mármol, arquitecto y escultor alcalaino que había estado trabajando junto a Pedrajas, esculpiendo los apóstoles en la obra del Sagrario de la Asunción y que por estas fechas estaba haciendo, como obra tardía del barroco prieguense, el retablo y camarín de esta Hermandad, según consta en un contrato del año 1790. El trato continuado y familiar con el escultor hace que aparezca el nombre con el que se le conocía habitualmente. "Remigio el Tallista" realiza la remodelación de la iglesia del Carmen cuya fachada neoclásica diseña y es el encargado de proyectar y llevar a efecto el actual conjunto de la Fuente del Rey.
Estos sayones, en pequeño, que esculpe entre 1795 y 1796, y que haría en sus ratos libres, por los que cobra un precio módico, le sirvieron de inspiración para algunas de sus obras mayores. Y quizás radique aquí uno de los valores principales del dato que comentamos, ya que si observamos algunas de sus esculturas posteriores veremos que varias de ellas tienen un mismo rasgo en común: una figura con el brazo levantado y el puño cerrado sosteniendo castigos. Los sayones presentan el brazo levantado, con la mano empuñando el verdugo; el Rey Neptuno, brazo en alto, sostiene el tridente con la misma actitud de violencia que los sayones, aunque con cara de placidez; y, por último, San Elías, (obra cuya autoría no está documentada), es el que más eleva el brazo, empuñando la vara, como queriendo indicar su posesión al carro de fuego que finalmente lo recogería para llevárselo a los cielos. A pesar de nuestras gestiones, no hemos logrado identificar dónde podrían estar actualmente estas pequeñas esculturas, aunque sí sabemos que Luis Villena, administrador del Duque de Medinaceli en Priego, regaló a un doctor unos pequeños sayones que, después de reparados por un tallista, fueron utilizados por su hijo, allá por los años cincuenta, en las procesiones infantiles que organizaba con sus amigos.