TEMAS VARIADOS - Investigación literaria, folclórica y musical
VEINTE AÑOS DE MADUREZ Y EFICACIA INFORMATIVA. (Prensa)
Resaltando la labor informativa de la revista prieguense "Adarve".

                              Por Enrique Alcalá Ortiz



 

L

os que habitualmente tenemos el gusto de acercarnos a las páginas de nuestra revista Adarve aportando modestos trabajos, -pequeños en profundidad pero grandes en ilusiones-, nos hemos de sentir especialmente sensibilizados cuando se llega al vigésimo cumpleaños de lo que se ha venido en llamar la segunda época de Adarve. Nuestro deseo es que esta etapa se convierta en definitiva en lo referente a continuidad histórica, porque obviamente los contenidos y tratamientos informativos deberán ir adaptándose a cada época y circunstancia, estando quizás en este punto la clave de su supervivencia.               

Estoy seguro que sin la revista Adarve mi vida sería otra. Por supuesto que nunca se me olvidará el día que fui a la calle Huerto Almarcha, a ver a don José Luis Gámiz Valverde, quien me recibió con esa amabilidad que le caracterizaba, escuchándome en mi balbuciente exposición, teniendo más tarde el atrevimiento de publicarme algunas de mis poesías juveniles. Describir las primeras emociones de ver en tinta de imprenta, lo que como mucho estaba a máquina, es tarea difícil que solamente comprenderá la pléyade de colaboradores que nos hemos iniciado en esta revista. 

Si cito mi caso, es porque lo tengo más a mano. Y por supuesto no es único, sino que se encuadra dentro de un amplio grupo de amantes de las buenas letras que poco a poco fuimos llenando cuartillas y más cuartillas, y esto porque seguramente serían publicadas y verían la luz en el pueblo. Este perfil de descubridor de vocaciones, encauzador de aprendices escritores y talentos en sus variadas facetas y temas es una parcela destacada que se engrandece constantemente. Basta mirar como cada día aumenta la nómina de colaboradores y cómo se mejoran los artículos y reportajes, tantos los referentes a opinión, crítica, creación, información o investigación histórica.  

También estoy seguro que sin nuestra revista, la vida de muchos paisanos que viven la emigración voluntaria o involuntariamente, no digo que sería otra, pero sí muy diferente. Para ellos, la llegada de Adarve es una bocanada de aire fresco, perfumado de olivares, con una mentalidad diferente a la de su entorno, lleno de las inquietudes de esos paisanos que están tan lejos. El amplio número de los suscritos con residencia fuera del Municipio demuestra la especial satisfacción que les produce la lectura de este camino de encuentro, empedrado con letras negras pero luminosas donde vuelven a topar el ayer de sus días, además del hoy de sus ausencias.

Afortunadamente, nos debemos congratular porque actualmente el estado de independencia económica conseguido por su administración a través de suscripciones y propaganda, le abre la posibilidad de tener las manos libres y la crítica pronta que se ejerce sin acíbar amargo ni dulzores empalagosos, aunque por supuesto pique a unos o atragante a otros. Raramente, pues, no recibe subvenciones. Demostrando que el trabajo bien hecho se autofinancia por sí mismo. Su función de cuarto poder ejercido con moderación y constancia puede gustar menos o desagradar más, pero en cualquier caso surte frecuentemente los efectos apetecidos. Los sinsabores de esta postura sembraron por momentos de desánimo a sus gestores, y a pesar de las presiones etéreas, bajas de suscriptores y actitudes negativas, el esfuerzo continuó, se resistió el oleaje y por esta razón los lectores saben agradecerlo.   

Resalto la conclusión, ya expresada anteriormente por nuestro amigo Antonio Flores Muñoz, cuando dice que nuestra revista se ha convertido en la "Gran enciclopedia de Priego de Córdoba y su comarca", puesto que recoge cualquier asunto que interese a su comunidad, a lo que debemos añadir sus cualidades, entre otras, de ser cauce de inquietudes, plaza de encuentro, ágora de debate, identificación con la patria chica, conciencia pública, cronista histórico, cauce de opinión y notario de mentalidades.  

A la labor meritoria, y por muchos homenajes que se les haga nunca será pagable, de los directores de estos veinte años, de Manuel Mendoza Carreño, Julio Forcada Serrano, José Adolfo García Roldán, Luis Rey Yébenes, Miguel Forcada Serrano y el actual equipo directivo, había que añadir una larga lista de colaboradores, redactores, empaquetadores, ayudantes, fotógrafos, etcétera, que con el único objetivo de ver su Adarve en la calle, han trabajado lo indecible, callada y constantemente, sin ningún interés económico, sólo buscando la realización personal y el bien comunitario y cultural. De este segundo grupo, cuya relación omitimos por lo extensa, hemos de destacar el continuado y enorme quehacer durante estas dos décadas de Antonio Jurado Galisteo. Antonio Jurado se ha "juramentado", dentro de las muchas veces tediosas tareas de administración y tesorería, para que durante este período la revista llegue al buzón de sus suscriptores. Quizá uno de sus días más felices fuera el 27 de septiembre de 1982 cuando en un acto notarial y representando a la revista, recibe del presidente del Casino, Alberto Ribadeneyra Galisteo la marca y cabecera de su querido semanario, ahora quincenario o el otro también importante en el que se compra el inmueble de la sede o éste del vigésimo cumpleaños. Las vicisitudes, crisis, alegrías, fracasos, éxitos, renovaciones de directores y consejo de administración hicieron templete de cobijo en su persona. Ha sido la humedad que la planta necesitaba para crecer, a la vez que luz y clorofila. Por esta razón, más que suficiente, el amplio abanico de lectores tenemos una deuda pendiente con este hombre tesonero, actual presidente de la "Asociación Cultural Adarve", que se ha embarcado de lleno en la edición de números extraordinarios, (extraordinariamente buenos), mapas, pósteres y últimamente la publicación de importantes libros y nombramiento de prieguenses del año.

Si el famoso tango gardeliano dice que "veinte años no es nada" para los que editan, colaboran y leen Adarve estos veinte años de nada han representado veinte años de madurez y eficacia informativa. Aunque deseamos que sean nada en comparación con los éxitos venideros.