© JUAN HIGUERAS MENJÍBAR

Pueblo de hombres cansados

bocas sin voz,

que no suenan,

campos de pueblos cercados?

por el muro de la pena.

Qué duro es verte apartado,

pueblo de la España nueva,

con tus calles tan hermosas?

tus hijos en otra tierra,

que te lloran en silencio

porque donde están?,

les quema,

y que esperan con el tiempo...

un pedazo de tu tierra.

Tierra de olor a podrido

donde  el agua cae,

y donde crece la hierba,

donde vivir es tan duro?

porque su vida está muerta.

Eres canto de garganta rota,

que no suena,

porque llora

y que pide pan...

para su boca.

Que espera y espera escondida,

la fuerza nueva que brota,

aunque se encuentre tendida,

en lo alto de una roca,

? Pero aquí sigues ?Priego?

dormido?,

rodeado de tus sierras,

aquí vives esperando?

ese aire que te mueva,

como el viento mueve al aire,

de las notas que le llegan,

cuando suena la campana?

en lo alto de la torre,

con sus sonidos que emanan?

silencios?

porque ha muerto un hombre[13].

[13] Nosotros, revista de la Cofradía de la Caridad, número 6, página 25.