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El martes
Solicitaron mi ayuda para que les hablara de la historia de la mujer en Priego, ya que necesitan datos para un montaje audiovisual y dramático que tienen proyectado hacer sobre la ?Historia de la mujer en Priego?, tema muy interesante que ningún historiador hasta ahora ha tocado con detenimiento. La hora y media larga se nos fue hablando de la marginación histórica de la mujer. Por lo que respecta a Priego les hice un repaso rápido de las escasas veces que me encontrado a una mujer en la historia de Priego de estos dos siglos. La profesión normal era el campo, las fábricas de tejidos, las labores domésticas y dar hijos sin cuento. No contaban nada profesionalmente, en los casinos, en las cofradías, en la política. Les conté como en un trabajo mío titulado ?Esas calles tan llenas de nombres? que hablo de los nombres que llevan las calles de nuestra ciudad no había encontrado una mujer que no fuera reina, virgen o santa. Mujeres sin estos atributos no había ninguna. La primera fue Marianita Pineda que bien pronto la quitaron. Igual pasó con Purificación Bidaburu, mujer de don Niceto cuyo nombre le dieron a la calle Alta. Eliminado igualmente cuando cayó la República. Ya en esta democracia que vivimos, nuestra Corporación Municipal nominó con el nombre de Elena Maristany a una calle de Priego por las innumerables necesidades que había remediado en la posguerra. Pero el acuerdo no se llevó a cabo hasta hace poco. Sin embargo, el título de Prieguense del Año sí recayó, en su segunda edición creo, en Salud Madrid Alcalá-Zamora por su ayuda ilimitada en obras sociales y a la iglesia, que fue compartido con las religiosas que había en el Hospital de San Juan de Dios. Otra mujer que dejó su nombre en Priego fue Paulina Castilla Ruiz al pagar la remodelación de las obras del camarín de Jesús Nazareno.
Les conté también algo de la historia de la participación de las mujeres en las cofradías y como, después de mucha oposición, fueron cofrades, ?o cofradas? de pleno derecho de tal forma que hoy han sido hasta hermanas mayores. Los pormenores y detalles están en mi libro ?Dolores del Alma? donde recojo la corta historia de la Hermandad de los Dolores, con sede precisamente en su barrio. La charla discurrió placentera recordando décadas pasadas cuando las mujeres debían ir a la iglesia con velos y en el verano usaban unos manguitos para taparse las desnudeces de brazos y antebrazos porque debían guardar de esta forma la debida compostura dentro del recinto. Por último le indiqué varias personas que igualmente le podían ayudar en su proyecto como el cronista Miguel Forcada Serrano, la concejala
Para cambiar de actividad, y después de un corto refrigerio, mi mujer y yo nos fuimos al cine Gran Capitán a ver ?La lengua de las mariposas?. Algo excepcional porque con las que tenemos en la tele es más que suficiente. Se trata de una película que viene rodeada de fama, situada en la proclamación de la II República y los primeros días del golpe de estado franquista, todo alrededor de un maestro que desea inculcar a sus alumnos un deseo de libertad, truncado como su vida por los integrismos de la derecha y de la religión. Da escalofríos ver como el miedo, cambia las ideas y convierte a las personas en animales. Virus de integrismos que hace despertar miedos en las almas de mayores de los niños que traicionan al que los educó en libertad. La soledad de un cine a oscuras siempre me hace filosofar.
Al salir, el reloj de la plaza estaba parado y el termómetro de neón marcaba 14 grados centígrados. Los escaparates del pueblo exponían las caretas más disparatadas y trajes de carnaval de colores chillantes. Este año hasta las ferreterías han traído útiles de disfraz. ¡Cómo si nos hicieran falta!