PRIEGUENSES EN LA HISTORIA - Carlos Valverde López
EL ULTIMÁTUM
Poesía festiva. Las dificultades del "casorio" cuando no hay dineros

 Carlos Valverde López



 

  De la niña más angélica

que Dios puso en el vestíbulo

de lo gloria?vulgo Málaga?

estoy enamoradísimo.

Es una chica... de órdago

con unos ojos magníficos,

una cintura de sílfide

y una boquita de díptero:

Nos queremos como tórtolos,

nos arrullamos muchísimo,

pero los arrullos truécanse

de tiernos en terroríficos

cuando mi mamá política

(¿dónde tendrá lo político?)

nos sorprende en tierna égloga,

y con gesto casi olímpico

a mí me manda a hacer gárgaras

y a ella la castiga ad libitum.

 

Preguntaréis que potísimas

razones tiene ese bípedo

con faldas, para su cólera

descargar contra este mísero

mortal que ama a su unigénita

con un amor casi místico...

pues ninguna. ¿Soy yo inválido?,

¿soy vicioso?, ¿soy ridículo?,

¿soy hereje?, ¿soy escéptico?,

¿soy negligente? ¿soy pícaro?,

todo al contrario: soy célibe,

joven, honrado, buenísimo,

católico y apostólico,

y además me llamo Críspulo.

 

Pues con todos estos méritos

y con todos estos títulos,

mi señora doña Bárbara

(hay nombres elocuentísimos)

no me quiere para cónyuge

de su pimpollo magnífico

porque dice que «paupéribus

non aceptabit per fílios».

¿Pobre yo?, lo soy de pápiros,

pero no lo soy de espíritu.

Yo soy un don Juan auténtico

aunque de nombre más lírico,

y en esta empresa romántica

seré atroz, y si no dígalo

una carta casi bélica.

que a esa especie de cernícalo

he formulado, y ad literem

dice lo que copio al integrum.

«Respetable doña Bárbara:

Harto de hacer el ridículo

y de sufrir impertérrito

su genio tirano y díscolo

y su oposición vesánica

a los efectos más íntimos

de mi corazón, negándome

a su hija, que es mi ídolo,

he decidido raptársela,

lo que haré, si en plazo mínimo

no me otorga su alba diestra

para consagrar el vínculo.

 

Tal es mi palabra última

o mi ultimátum, y fírmolo

in testímonium de véritas,

con mi propia sangre.- Críspulo».

(Eso de la sangre es música,

pues usé un producto químico

que para casos análogos

se usaba en tiempos del Fígaro).