Antonio Povedano Roldán abrió sus ojos a la luz de esta vida en Zamoranos (Priego), siendo bautizado el 3 de febrero de 1.878 en la parroquia de Nuestra Señora del Carmen. Sus padres Luis Povedano Ortiz y María Josefa Roldán Serrano, eran de Fuente Tójar (Córdoba).
Sus estudios en el Seminario Conciliar de San Pelagio fueron brillantísimos, resplandeciendo junto a una piedad fervorosa una inteligencia muy ágil y despierta, consiguiendo las máximos calificaciones en todas las asignaturas.
Ordenado sacerdote en 1.902 por el entonces obispo de la diócesis Dr. Pozuelo, cantó su primera misa en Zamoranos, comenzando su vida sacerdotal como capellán en el convento de Agustinas de Lucena. Es allí donde el joven sacerdote comienza una labor que bien pronto convierte todo el barrio en un foco de piedad, dando nueva vida a varias asociaciones piadosas, como el Apostolado de
Más adelante desempeña diferentes cargos, como la capellanía de las Carmelitas y la de
Carmen.
A la vez, el sacerdote Antonio sigue los estudios y formación teológica y literaria, sometiéndose a distintas pruebas en diversas disciplinas, obteniendo la licenciatura de Teología en
Es en 1.918 cuando se le nombra para el curato del término de Santo Domingo de Guzmán de Cabra (Córdoba), donde realmente desarrolla una labor de generosidad para los necesitados de cuerpo y alma; de caridad sin límites para los pobres; de celo espiritual para todos; de desbordamiento del bien, de la verdad y del cariño repartidos a manos llenos por todos los ámbitos de la hermana ciudad de Cabra, que se encariña con su consejero y bienhechor. Justo es que ello le nombrara Hijo Adoptivo y Predilecto.
Sus restos descansan en la iglesia egabrense como testimonio agradecido de los feligreses por su entrega, cariño y celo apostólico durante tantos años[1].
[1] ?Adarve?, número 388, 5 de marzo de 1960, página 3.